
Raúl López Gómez/Cosmovisión
En un giro inesperado y en una contienda dominada por mujeres del oficialismo, todo apunta a que podría ser un hombre originario de Oaxaca quien presida la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), aun cuando varias mujeres afines al actual gobierno figuran entre las más votadas en esta inédita elección judicial. Hugo Aguilar Ortiz, abogado y activista mixteco, lidera con holgura los cómputos preliminares. Su posible llegada a la presidencia de la Corte no solo rompe con las expectativas de género, sino también con la tradición elitista de quienes usualmente ocupan ese espacio.
La primera elección popular de ministros en la historia del Poder Judicial ha movilizado a cerca de 13 millones de mexicanos, y con ello ha puesto sobre la mesa una pregunta fundamental: ¿estamos ante una democratización de la justicia o ante una nueva forma de control político del máximo tribunal del país?
Mientras el Instituto Nacional Electoral (INE) avanza en el conteo, ya se vislumbra el perfil de quienes podrían integrar esta nueva Corte. Y aunque los resultados finales se darán a conocer el 10 de junio, las tendencias no dejan lugar a dudas sobre el protagonismo que el sur indígena está por tomar en la justicia nacional.
ASPIRANTES QUE ENCABEZAN ESTA ELECCIÓN
Según los datos del INE, estos son los nueve candidatos más votados hasta el momento:
La contienda se caracteriza no solo por la diversidad de trayectorias, sino también por una marcada presencia femenina con vínculos cercanos al gobierno federal. Sin embargo, la amplia ventaja de Aguilar Ortiz ha sorprendido a más de uno y podría dar un nuevo rostro territorial y social a la SCJN.
HUGO AGUILAR ORTIZ: DEL CORAZÓN DE LA MIXTECA A LA CÚSPIDE JUDICIAL
Hugo Aguilar Ortiz no es un nombre común en las élites jurídicas de la capital, pero su historia lo convierte en un símbolo de lo que esta elección representará: una justicia con raíces. Nacido en San Miguel el Grande, Tlaxiaco, Oaxaca, Aguilar Ortiz ha dedicado más de tres décadas a la defensa de los derechos indígenas y al litigio en favor de comunidades marginadas.
Licenciado y maestro en Derecho por la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), se ha desempeñado como abogado de comunidades, asesor del EZLN, y defensor legal en controversias constitucionales contra leyes que limitaban la autonomía indígena. En su paso por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), coordinó consultas comunitarias para los grandes proyectos del sexenio obradorista, como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico.
ENTRE EL OFICIALISMO Y LA LEGITIMIDAD POPULAR
La presencia de perfiles cercanos a Morena en la lista de los más votados no es casualidad. Muchas de las candidaturas tienen respaldo del Ejecutivo o han formado parte de sus estructuras gubernamentales. Lenia Batres es ministra en funciones y hermana del actual jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Yasmín Esquivel, por su parte, ha sido fuertemente cuestionada por su cercanía con el expresidente López Obrador.
Hugo Aguilar Ortiz también ha trabajado de la mano con el gobierno federal, lo que lo coloca en la zona gris entre el activismo autónomo y la colaboración institucional. La pregunta es si esa cercanía será un obstáculo o una oportunidad para abrirle paso a una Corte más conectada con los territorios y las realidades sociales.
PROPUESTAS PARA UNA JUSTICIA EN CLAVE SOCIAL
El perfil técnico de los candidatos será clave en esta etapa. Las propuestas de Hugo Aguilar revelan un enfoque innovador para el Poder Judicial, particularmente en tres frentes:
Más allá de la retórica, este enfoque plantea una visión distinta de la justicia: menos tecnocrática, más situada, más dialogante. Pero también implica enormes desafíos para no caer en populismos judiciales o en decisiones sin sustento constitucional.
ENTRE LA ESPERANZA Y EL RIESGO
La elección judicial abre una puerta a la democratización del Poder Judicial, pero también exige vigilancia ciudadana para que esa democratización no termine subordinada a intereses partidistas. Si Hugo Aguilar Ortiz logra consolidar su victoria y presidir la Corte, México podría ver por primera vez a un indígena mixteco liderando el máximo tribunal. Un hecho histórico en sí mismo.
Sin embargo, esta nueva Corte no solo deberá representar al pueblo, sino defender con rigor la Constitución y los derechos humanos. Ahí radica el verdadero reto: que la esperanza no sea devorada por la política, y que el cambio no sacrifique la justicia.