Raúl López Gómez/Cosmovisión
El riesgo de una guerra mundial ha resurgido en los últimos años debido a crecientes tensiones internacionales, rivalidades entre potencias y el reajuste de alianzas geopolíticas. Aunque parecía que el mundo se dirigía hacia un orden más estable tras la Guerra Fría, los conflictos recientes en Europa Oriental, Asia y el Medio Oriente revelan lo volátil del panorama actual. Las principales potencias, con grandes reservas de armamento y tecnología avanzada, podrían desencadenar consecuencias devastadoras si no se establecen soluciones diplomáticas y pacíficas.
ENFOQUES DE KAMALA HARRIS Y DONALD TRUMP EN POLÍTICA EXTERIOR
Kamala Harris, actual vicepresidenta de Estados Unidos y candidata a la presidencia de la república, ha respaldado el enfoque de la administración de Joe Biden, centrado en el multilateralismo y en fortalecer alianzas como la OTAN. Harris priorizaría la diplomacia, el uso de sanciones económicas y la colaboración internacional antes que recurrir a la acción militar directa. Su estrategia busca estabilidad con potencias rivales como China y Rusia, minimizando así el riesgo de un conflicto directo y favoreciendo soluciones negociadas a través de organismos multilaterales como la ONU. Sin embargo, si la diplomacia fallara en reducir tensiones, Estados Unidos podría verse arrastrado a un conflicto mayor para apoyar a sus aliados.
En contraste, Donald Trump adoptó un estilo más unilateral y menos predecible en política exterior durante su presidencia. Desafió alianzas tradicionales y negoció directamente con líderes autoritarios, como sucedió con Corea del Norte. Aunque evitó involucrarse en conflictos militares importantes, su enfoque «América Primero» y su retórica confrontativa crearon un ambiente de incertidumbre a nivel mundial. Su política de presión sin depender de alianzas fuertes podría desestabilizar la seguridad global, elevando el riesgo de errores de cálculo que escalen hacia un conflicto.
POTENCIAS CLAVE EN UN CONFLICTO GLOBAL
En un hipotético conflicto mundial, las potencias involucradas serían:
1. Estados Unidos y la OTAN: Con una vasta red de aliados, EE. UU. sigue siendo una de las principales potencias militares y económicas, apoyado por países en Europa, Canadá, Japón, Corea del Sur y Australia.
2. China: China ha crecido como superpotencia económica y militar. Su expansión en el Mar de China Meridional y su interés en Taiwán han elevado las tensiones, especialmente ante la rivalidad económica y tecnológica con Occidente.
3. Rusia: Rusia, bajo el liderazgo de Putin, ha adoptado una política exterior agresiva. Sus acciones en Crimea y Ucrania han incrementado las fricciones con Europa y EE. UU.
4. Irán y Corea del Norte: Aunque no son superpotencias, ambos países tienen el potencial de desestabilizar sus regiones. Irán, en conflicto con Israel y las monarquías del Golfo, y Corea del Norte, con su capacidad nuclear, representan riesgos en Medio Oriente y Asia.
5. Pakistán: La ubicación estratégica, arsenal nuclear y alianzas de Pakistán en el sur de Asia le asignan un rol importante en cualquier conflicto global. La situación en la región es compleja, con tensiones latentes con la vecina India, que también es una potencia nuclear.
POSIBLES BLOQUES DE PODER Y SUS ALIANZAS
En un escenario de conflicto global, podrían formarse dos grandes bloques:
1. Bloque Occidental: Liderado por Estados Unidos y la OTAN, integrado por la mayoría de los países de Europa Occidental y algunos de Europa del Este, como Polonia y los países bálticos. Japón, Corea del Sur, Australia, Canadá y algunas monarquías del Golfo, como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, también podrían respaldar a este bloque.
2. Bloque Euroasiático: Encabezado por China y Rusia, probablemente incluiría a Irán, Corea del Norte y ciertos países de Asia Central. Potencias emergentes como India, África y América Latina podrían verse presionadas a tomar partido, aunque algunas optarían por mantener una postura de no alineamiento.
FACTORES QUE AUMENTARÍAN LA PROBABILIDAD DE CONFLICTO
La probabilidad de un conflicto a gran escala podría incrementarse por factores como:
1. Conflictos Regionales Escalados: Una escalada en Europa Oriental (como el conflicto en Ucrania), una confrontación en el Mar de China Meridional o un enfrentamiento en Medio Oriente podría involucrar rápidamente a las principales potencias.
2. Carrera Armamentista y Proliferación Nuclear: La modernización de arsenales nucleares y el posible colapso de tratados de control de armas pueden aumentar las tensiones y la probabilidad de que un incidente aislado desencadene un desastre global.
3. Competencia Tecnológica: La pugna por el dominio de tecnologías como inteligencia artificial, ciberseguridad y 5G podría convertirse en un frente de conflicto. Un ciberataque a gran escala o una manipulación de estas tecnologías podría tener repercusiones militares serias.
4. Crisis Económica Global: Una gran recesión o depresión económica podría exacerbar las tensiones entre naciones, creando un clima de inestabilidad en el que los gobiernos recurran a conflictos bélicos como solución a problemas internos.
Sin embargo, el riesgo de una guerra mundial, aunque todavía lejano para muchos, no es una posibilidad que deba descartarse completamente. Los bloques de poder se están formando, y las tensiones entre los protagonistas globales están escalando. Sin embargo, es posible que las potencias más importantes sigan recurriendo a la diplomacia y a mecanismos internacionales de mediación para evitar una catástrofe que, en un mundo con armas nucleares, tendría consecuencias devastadoras para toda la humanidad.