Raymundo Jiménez/Al pie de la letra
A pesar de la monumental derrota sufrida en el pasado proceso electoral, los líderes de los partidos de oposición Alejandro Moreno del PRI y Marko Cortés del PAN se niegan a renunciar a las dirigencias, alegando que se apegarán a los estatutos de su partido, aun cuando durante la campaña el propio Alejandro Moreno había ofrecido renunciar a la dirigencia a cambio de que Jorge Máynez declinara a favor de Xóchitl Gálvez, cosa que no ocurrió.
Los líderes nacionales de estos partidos se aferran al poder que les pueda dar la dirigencia que ostentan, aun cuando en los últimos procesos han demostrado su ineficiencia y su falta de liderazgo, lo que ha llevado en caída libre a los partidos que dirigen y a los que ya no aportan prácticamente nada más que desprestigio.
Ante la derrota aplastante sufrida el pasado 2 de junio, los líderes del PRI y del PAN han sido cuestionados sobre la posibilidad de que renuncien a sus cargos como consecuencia de los pésimos resultados obtenidos, pero sobre todo por su mala actuación como dirigentes. Alejandro Moreno, presidente del PRI, fue tajante al decir que no abandonará su responsabilidad en este momento que considera complicado para la democracia del país, que seguirá dando la batalla y que no va a tirar el arpa. Aun a sabiendas de que se le permitió a Alejandro Moreno extender su mandado por un año más, para poder concretar las alianzas con otros partidos, en este caso PAN y PRD, y se escudó en que la renovación de la dirigencia del PRI se llevará a cabo cuando tenga lugar la Asamblea Nacional de su partido. Sin embargo, por vergüenza, ante el pésimo papel que ha desempeñado al frente del PRI, debería renunciar de manera inmediata por el bien de su partido.
Por otra parte, el presidente del PAN, Marko Cortés también señaló que no renunciará y que en breve comenzará el proceso de renovación de la dirigencia de su partido, afirmando que en los estatutos del PAN se establece que pasando el proceso electoral federal se renovarán las dirigencias, tanto nacional como las estatales. Sin embargo, aun cuando Marko Cortés ha sido uno de los peores dirigentes que haya tenido el PAN, se aferra al poder y no presenta su renuncia a la dirigencia como debiera hacerlo tan solo por dignidad.
El caso de Jesús Zambrano, presidente del PRD, es un caso distinto, toda vez que se encuentran en una situación muy delicada por los resultados obtenidos, que los pone en riesgo de perder el registro al no alcanzar el 3 por ciento de la votación nacional mínima requerida. Por lo que habrá que esperar a que sean oficiales los resultados, para determinar el futuro del PRD como partido y por ende el futuro de su dirigencia nacional.
Por otro lado está el partido Movimiento Ciudadano, cuyo presidente y “propietario” es Dante Delgado Rannauro, quien tal parece que en sus planes no está ceder la dirigencia a nadie, porque le ha resultado ser un jugoso negocio y no le conviene democratizarlo, de manera que el ir solo en esta elección aun cuando su candidato presidencial Jorge Álvarez Máynez haya obtenido solamente el 10 por ciento de los votos, le permite seguir vivo y recibiendo un jugoso presupuesto que no tiene que compartir con nadie, vendiendo caro su amor en el congreso.
EL TIEMPO DE LA DOLOROSA AUTOCRÍTICA
Después de una derrota electoral, sobre todo una de esta magnitud, los partidos perdedores deben entrar en una etapa de autocrítica, para llevar a cabo una serie de acciones estratégicas, para entender las causas de su fracaso y proceder a reorganizarse y renovar sus estrategias. Al implementar estas acciones los partidos pueden aprender de sus errores y adaptarse a las necesidades del electorado, para aumentar sus posibilidades de éxito en futuros procesos electorales.
En este momento de análisis y reflexión los partidos políticos deben evaluar su desempeño en la reciente campaña, realizando un análisis detallado de los resultados obtenidos, para entender en qué áreas, regiones, estados y sectores no lograron captar suficiente apoyo de los electores. Tienen que revisar detalladamente la campaña para identificar los errores tácticos o estratégicos, como mensajes ineficaces y la mala gestión de recursos o errores logísticos. Para esto las dirigencias deben de recoger las opiniones de los candidatos, los promotores, voluntarios y miembros del partido para evaluar lo que funcionó y lo que no funcionó bien, y hacer los ajustes necesarios.
RENOVARSE O MORIR
Después de que se den los resultados finales, es importante que los partidos políticos hagan todo lo necesario para reagruparse, tomar fuerza y estar listos para la futura contienda. No esperarse a que inicie el proceso electoral, tienen que actuar con prontitud y aprovechar el impulso de la campaña anterior para seguir en la mente de los electores. Los dirigentes y los integrantes de los partidos deben buscar de inmediato la renovación del liderazgo, haciendo cambios en la dirigencia si esto fuera necesario, para inyectar al partido nuevas ideas y enfoques.
Para alcanzar sus objetivos deben impulsar la capacitación, fortaleciendo la formación de cuadros y militantes para mejorar su desempeño en futuras elecciones. Implementar una nueva estrategia de comunicación, para asegurarse de que los mensajes del partido resuenen de mejor manera entre el electorado.
Deben entender que los tiempos han cambiado y que hace falta una reformulación de la plataforma electoral, por lo que tienen que reevaluar sus políticas y propuestas para alinearlas con las necesidades y deseos de la gente. Escuchar a la ciudadanía, involucrándose más con la comunidad, para entender sus preocupaciones y aspiraciones, con otras formas de hacer activismo político.
Deben de fortalecer la base del partido, reforzando la presencia local, trabajando en las estructuras del partido en el nivel local, creando una base más sólida y comprometida. Es necesario movilizar y reclutar electores para ampliar la base de miembros y simpatizantes, incluyendo una diversidad de voces y perspectivas.
Voltear a mirar a los jóvenes que tienen tanto que aportar, con ideas políticas novedosas, recuperando las estructuras que anteriormente tenían los partidos como el Frente Juvenil Revolucionario en el caso del PRI y otras formas que inspiren a los jóvenes que son las bases que vienen empujando a la militancia y que están alejados de los partidos, pero que llevan la política en el corazón.
Sin embargo, no deben perder de vista que el tiempo se viene encima y que aun cuando haya que planear estrategias de largo plazo, también se debe pensar en los procesos que ya están a la vuelta del año siguiente, manteniéndose flexibles con las nuevas formas de hacer política y tratar de adaptarse a los cambios en el panorama social que se vive en la actualidad. Es tiempo de evolucionar e implementar nuevas tácticas, que incluyan alianzas y la participación de la sociedad civil que ha demostrado su preocupación y su deseo de participar en política de manera activa.
Al implementar estas acciones los partidos pueden aprender de sus errores, adaptándose a las necesidades del electorado y aumentando sus posibilidades de éxito en futuras elecciones. Es tiempo de renovarse o morir, no hay de otra.