Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
Mientras que Marcelo Ebrard le hace la guerra frontal a Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López va avanzando con paso firme en eventos multitudinarios por todo el país, dejando muy rezagados a Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco. Estos tres últimos por más esfuerzos que hacen, no más no levantan el entusiasmo de nadie.
El discurso pausado y aburrido de Claudia Sheinbaum contrasta con el mensaje claro y optimista de Marcelo Ebrard y la voz firme de Adán Augusto López. Atrás, muy atrás se escucha el discurso chocarrero y chafa de Fernández Noroña y las voces apagadas de Ricardo Monreal y el fan de RBD, Manuel Velasco que pasa desapercibido, aún cuando él mismo se denomina “la corcholata verde” como se ve en sus espectaculares.
Aun cuando todos los aspirantes se deslindan de la colocación de espectaculares, lo cierto es que los hay por todos los estados, financiados o promovidos por quién sabe quién.
Claudia Sheinbaum se desmarca declarando que no es copia de López Obrador, pero en cada intervención que tiene en sus actos de campaña pronuncia párrafos textuales de los discursos del presidente. Además de que se molesta fácilmente cuando los reporteros le hacen preguntas que le resultan incómodas.
Marcelo se aventó la puntada de presentar su propuesta de seguridad bautizado como Plan Ángel, aun cuando entre las prohibiciones establecidas por el INE no se pueden hacer promesas de campaña como tales. Ebrard busca ganar la delantera y tener protagonismo con esta propuesta que considera el uso de cámaras de reconocimiento facial, drones y bases de datos con inteligencia artificial.
Mientras Claudia Sheinbaum lo que propone es fortalecer al gobierno de la Cuarta Transformación, siguiendo al pie de la letra el plan de López Obrador sin cambiar puntos ni comas.
Adán Augusto afirma que se ganará la batalla a la inseguridad con la participación de la Guardia Nacional con formación militar en funciones de Policía Municipal. De manera que no quita el dedo del renglón para que la Guardia Nacional, esté bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional. Y reafirmó que “si el soldado es pueblo ¿por qué no vamos a confiar en el propio pueblo?”.
A quien no le ha ido nada bien, aun cuando las encuestas lo ponen en cuarto lugar, es a Fernández Noroña, que un día sí y el otro también se le descompone el famoso “Noroña-bus”, que no es otra cosa que una combi que compró nada menos que en 656 mil pesos y acondicionó como librería móvil para vender y regalar libros.
Así va la campaña de los aspirantes de Morena, que ya se andan haciendo la guerra unos a otros y hasta se han retado a debatir en algún programa de noticias.