Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
Sin duda alguna la mejor noticia de la semana fue la decisión de instalar Tesla en Nuevo León, la planta automotriz del multimillonario Elon Musk, aun cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador se oponía abiertamente a que esta planta se instalara en Santa Catarina, con el pretexto de la escasez de agua que sufre Monterrey. Sin embargo, ante el amago de que no había un plan B que pudiera cambiar el rumbo hacia otro estado del sur o del norte del país, sino que al no autorizar la inversión en Nuevo León, de plano no invertirían en México y se llevarían el proyecto a Austin o incluso se llegó a decir que a Indonesia.
Por fortuna para México, bastaron dos o tres videollamadas entre el presidente López Obrador y Elon Musk para ceder y conceder autorizando la realización del proyecto en Nuevo León, el estado gobernador por el feliz gobernador Samuel García, quien aún sigue festejando y colgándose la medalla de haber logrado atraer esta importante inversión.
Así que Nuevo León está de plácemes, en especial Santa Catarina, donde están deslumbrados con la llegada de Tesla, que además de la creación de dejará una importante derrama económica, no nada más dentro de la planta sino de manera colateral, toda vez que vendrán nuevas empresas con Tesla y se convertirá en un detonante económico que ayudará a proveedores y microempresarios, incluso académicamente habrá beneficios a través de convenios con universidades y escuelas técnicas. Se incrementarán los consumos en las tiendas y se generará un incremento en la plusvalía que beneficiará a los ciudadanos, no nada más al gobierno.
Nueve meses dicen, que tardarán en construir la planta, donde se invertirán alrededor de 5 mil millones de dólares en la primera etapa hasta llegar a 10 mil millones, creando hasta 35 mil nuevos empleos directos e indirectos durante la construcción de la planta, para producir alrededor de un millón de autos por año.
Es importante tomar en cuenta que esta no fue nada más una decisión política, sino que hubo un trabajo de planeación muy profesional para que el empresario Elon Musk tomara la decisión final y se decidiera por Nuevo León. Este tipo de industrias requieren de un clúster industrial, que son los factores que determinan el uso de nuevas tecnologías en sus procesos y en la adquisición de insumos, mediante empresas interconectadas, lo cual es necesario especialmente en la industria automotriz. Esto no lo tuvieron ni Veracruz, donde había gente muy ilusionada, especialmente en el Corredor Interoceánico, donde por cierto tendrán que comenzar por construir los primeros parques industriales que tanto han cacareado; en Hidalgo donde la infraestructura es mínima y Tabasco donde están en las mismas condiciones.
De manera que el resto de las opciones no contaban con la infraestructura necesaria para la construcción y operación de una megaempresa como es Tesla, donde encontraron costos más bajos y la disponibilidad de mano de obra especializada y los proveedores adecuados, además de las facilidades gubernamentales que nunca se escatimaron.
Sin duda habrá una gran transformación en el estado de Nuevo León y muchos voltearán a ver a esta entidad industrial, que se ha convertido en fuerza de trabajo y empuje empresarial en la capital industrial de México. Ahora, todos querrán irse a vivir a Monterrey, donde siguen deslumbrados y perplejos.