Gabriel García-Márquez/Sentido común
A dos años de haber aparecido el Covid 19 los contagios continúan, provocando una de las mayores pandemias en la historia de la humanidad, no nada más por la cantidad de contagios y muertes causadas, sino también por haber llegado a todos los rincones del planeta, incluso los lugares más apartados, lo mismo grandes urbes que pequeños conglomerados.
Durante este tiempo se implementaron medidas para evitar los contagios y se experimentó con un sinnúmero de medicamentos para curar a los enfermos en tanto se creaban las vacunas que comenzaron a aplicarse disminuyendo así la gravedad de la enfermedad.
Con la aplicación de las vacunas se ha logrado abatir la letalidad de los contagios, sin embargo, las variantes del Covid 19 siguen apareciendo y enfermando a la población, que por fortuna si es atendida oportunamente logra salvarse y curarse a un costo menor que en el principio, toda vez que también los médicos han aprendido a fuerza de ensayo y error, a curar esta enfermedad de todos desconocida.
Ahora cualquiera puede enfermarse de Ómicron, la variante de moda, pero los síntomas son más leves siempre y cuando el paciente se encuentre con sus vacunas de rigor y con el refuerzo.
Sin embargo, algunas personas se siguen resistiendo a cumplir con las medidas sanitarias como son el uso del cubrebocas, la aplicación de gel antibacterial y el cuidado de la sana distancia, lo que provoca contagiarse y contagiar, o llevar el virus a su familia.
Los efectos secundarios que deja el Covid 19 a su paso, van desde la caída del pelo hasta daños cerebrales como la llamada niebla mental, hipertensión, dolores musculares, daños nefrológicos y digestivos, daños respiratorios, dermatológicos y problemas de coagulación, entre muchos otros.
ENTRE CUARENTENIALS Y PANDEMIALS
Aun cuando los niños han sido los menos afectados por esta enfermedad, se ha dado el síndrome de los llamados “cuarentenials o pandemials”, que son los niños nacidos durante estos dos años de pandemia e incluso los que han crecido durante este periodo, que por causa del confinamiento han estado expuestos a la violencia intrafamiliar, por lo que ahora ven con normalidad los hechos violentos y algunos se han vuelto violentos también.
La falta de sociabilización ha hecho de estos niños, personas hurañas y aisladas, por lo que es necesario cuidar no nada más de su salud física, sino también de la salud mental.
Estos niños serán la generación del cambio y de la resiliencia, pero debido al encierro deben ser tratados de manera distinta, con un método especial de enseñanza para que logren salir adelante y sean resilientes ante este nuevo estilo de vida al que se tendrán que enfrentar.
Se cumplen dos años de una pandemia inesperada, que deseamos esté ya en su etapa final, para volver a la normalidad, que la vida cotidiana vuelva a ser como antes y que los niños tengan un futuro mejor, y que los adultos puedan seguir trabajando por un mundo ideal y un país mejor.