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Estamos trabajando por un futuro más sustentable para Veracruz: regidora
XALAPA, Ver., 17 de agosto de 2018.- Actualmente se viven escenarios de violencia en todos los aspectos, de los cuales la escuela no es “aséptica”, pues los profesores no saben qué hacer en situaciones complejas, dijo el especialista en temas educativos, Rodolfo Cruz Vadillo.
Previo a su participación en la conferencia “Educación inclusiva, perspectiva y posibilidades frente a la violencia escolar 2018”, que organizó la Universidad Pedagógica Veracruzana (UPV), consideró que el problema es que se ha dado una respuesta equivocada en esos espacios de violencia por los profesores, además de que los contenidos académicos que deben aprender los menores también deben incluir la convivencia escolar.
“Lo que es evidente para los profesores han sido los síntomas de la violencia y son los que atacan, pero no van a las causas, a la génesis, y es desde el espacio escolar y de la educación inclusiva que se tiene una propuesta para hacer frente a esa violencia, que no se pueden erradicar desde la escuela, pero pueden servir desde la institución en espacios para hacerle frente a los escenarios adversos en los que vive”.
Rodolfo Cruz lamentó que la primera solución ante una conducta de violencia sea suspender o expulsar al chico del espacio educativo en lugar de que el profesor se convierta en una luz para sacarlo y salvarlo de la violencia.
“El primer paso antes de todo tiene que ver con la sensibilización y comprensión de los fenómenos que están viviendo los profesores, una vez que cambian el paradigma de que el problema está en el otro, el profesor es capaz, por sí mismo, se puede autoformar con una visión más clara”.
Detalló que cuando al joven la única opción que se le da es expulsarlo del espacio educativo, es muy probable que se refugie en los grupos de delincuencia organizada, que los reciben con “los brazos abiertos”.
“Cuando uno se acerca a sus historias de vida, se da cuenta que la única solución que ha tenido es los golpes, ¿qué hace el profesor?, lo castiga, lo expulsa, nos damos cuenta que seguimos reproduciendo los mismos mecanismos de afuera, pero cuando el chico se va expulsado no se va con una orden de las Carmelitas Descalzas, se va con el crimen organizado, que es el que los recibe, apoya y lo hace sentir parte de”.