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NANCHITAL, Ver., 4 de junio de 2021.- Con un profundo dolor e indignación, familiares y amigos velan los restos de la adolescente Itzel Dayana, quien fue violada y asesinada en su propio domicilio al mediodía del jueves en el municipio de Nanchital.
En una vivienda ubicada en la colonia San Miguel se dieron cita compañeros, amigos y familiares que con música cristiana la recordaron y se despidieron de ella.
Su madre, la señora Martha, con un llanto desgarrador, pidió a las autoridades que se haga justicia por este cruento crimen, que le arrebató los sueños a su hija. “Quiero que se llegue hasta lo último, era mi bebé, que se le haga justicia a mi niña y que su caso no quede impune, como siempre quedan”.
Su prima Daniela Rosette Cisneros, describió a Itzel como una joven estudiosa, amable, dedicada y creyente de Dios. “Era una niña que no se metía con nadie, era obediente, la única que seguía a Dios, ni siquiera usaba faldas cortas, sino abajo de la rodilla, no se metía con nadie, ni si quiera era grosera o maleducada, llevaba excelentes calificaciones”, reveló.
Itzel Dayana, a pesar de tener 16 años, tenía bien claro lo que quería estudiar, su sueño era ser contadora, por eso se esforzaba sacando buenas notas en la escuela. Ella cursaba el segundo semestre en el Cobaev 34 de Nanchital.
MARCHARÁN PARA EXIGIR JUSTICIA
Con varias marchas pacíficas que se tienen planeadas durante este día, familiares y amigos exigirán justicia ante las autoridades para que den con los responsables y paguen por este crimen.
Grupos de feministas se han unido al dolor de la familia y participarán en marchas que planean realizar a las 14:00 y 16:00 horas de la tarde.
LA MATARON CON SAÑA
De acuerdo con lo relatado por familiares de Itzel Dayana, ésta fue encontrada maniatada de pies, manos y boca, fue violada, golpeada y finalmente murió asfixiada.
Ni si quiera pudo defenderse o gritar para pedir ayuda, pues su agresor no le permitió que tuviera una oportunidad para escaparse.
La menor de edad ya había sido vigilada, pues ella nunca se quedaba sola y siempre se mantenía en constante comunicación con sus padres; ayer fue una de las pocas veces que se quedó en su domicilio estudiando.
Se desconoce si los asesinos conocían muy bien a la familia y sabían las entradas y salidas de cada integrante.