Preserva Secver identidad de los veracruzanos con Festival del Son Jarocho
VERACRUZ, Ver., 29 de diciembre de 2024.- Con una puesta en escena dirigida y actuada por Sandra, una sobreviviente a una tentativa de feminicidio, buscan concientizar a la sociedad sobre las problemáticas que viven las víctimas y, aunado a ello, la actriz se ayuda en su proceso de sanación.
Sandra Eloisa Hernández es dramaturga y ahora autora y directora de la obra Digna Rabia que conjuga las historias de muchas sobrevivientes de feminicidio y las problemáticas que enfrentan.
“Lo que hace la obra es concientizar un poco al público de todo lo que tenemos que pasar, muchas veces la gente nos dice que debemos agradecer para estar vivas pero no saben todo lo que hemos pasado (…) se pasan procesos muy complicados como la tortura institucional que las autoridades lo hacen bastante difícil”, contó la directora.
Ella se convirtió en una sobreviviente en el 2018 y para el año 2023 conoció a la Colectiva Sobrevivientes de Feminicidio donde se dio cuenta que no está sola con los problemas que enfrenta, lo que la llevó a terminar la obra que esperaba escribir y que le ha ayudado como una forma de ayuda emocional ante los procesos que ha tenido que enfrentar.
“Encontrar una red que te ayude a poder pasar por esto, fue lo que más me ayudó en mi proceso de reconstrucción hacia esta nueva vida que ahora tengo (…) Para mí es sanador, yo que me dedico al teatro creo que es una forma de hacer catarsis y sanarse, poder hablarlo y expresarlo en esta obra de teatro es parte de un proceso de sanar”, señaló.
La obra es un monólogo donde la actriz Karem Manzur muestra las secuelas que deja a las personas el convertirse en una sobreviviente y actualmente se ha presentado en Xalapa pero esperan poder llevarla a más ciudades para que las personas puedan conocer esta problemática.
Manzur comentó que ha sido un reto poder interpretar esta obra debido a la fuerte carga emocional que ha implicado pero dijo que es importante que las personas puedan ver y conocer esto problemas a través de su voz.
“Habla sobre una chica que no tiene nombre, que la nombramos como ella para no darle ninguna identidad porque podría ser cualquiera, que está lista para contarnos acerca de su renacimiento, en la obra se hace una metáfora del proceso que llevan todas las mujeres que han sobrevivido a una tentativa, que es un proceso muy doloroso (…) La tortura institucional, la depresión, las secuelas, etcétera, ella nos va narrando por medio de diferentes objetos que se encuentran en escena las cicatrices”, dijo la directora.