Necesario, escuchar todas las voces de Jáltipan: Romualdo Hernández
TAPACHULA, Chis., 1 de septiembre de 2021.- Mientras elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) y Guardia Nacional (GN) desmantelaban de forma violenta la segunda caravana de migrantes en Mapastepec, una tercera partió por la mañana de Tapachula con unos 500 migrantes de Haití y Centroamérica.
El contingente de hombres, mujeres y niños, cansados y con ampollas en los pies, descansaron unas horas y se resguardaron de la fuerte lluvia en la comunidad de Ulapa, ubicada a unos 15 kilómetros de Mapastepec, lugar donde el pasado martes fuerzas federales desmantelaron la primera caravana que partió el fin de semana de esta ciudad.
A la medianoche, y bajo la oscuridad, el contingente de extranjeros con trámites se refugió en la COMAR, y siguió su camino hacia el municipio de Mapastepec, que los esperaba con una fuerte lluvia.
Ahí también se encontraba medio millar de agentes del INM y antimotines de la Guardia Nacional que con brutalidad se lanzaron contra hombres, mujeres y niños cansados y lastimados con ampollas en los pies, producto de la caminata de tres días y 100 kilómetros bajo el fuerte sol y temperaturas de 40 grados.
En medio del llanto y miedo, los menores fueron arrancados de forma violenta de las manos de sus padres, mientras observaban como éstos eran golpeados y arrastrados hasta las unidades del INM.
A pesar del llamado del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) para que se respeten los estándares internacionales durante los operativos, éstos siguen siendo con uso excesivo de la fuerza.
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