
Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
CATEMACO, LO QUE HIERVE EN EL FONDO DEL CALDERO…
CATEMACO, VER.-Amaneció silencioso el pueblo: las trazas de la hoguera se mantienen y las risas y el trajín de un lunes, aquí no se ve ni se siente: las clases se suspendieron.
** Anoche domingo, casi un ciento de policías de la Fuerza Civil de Veracruz, durmieron como pudieron en las inmediaciones del Palacio Municipal quemado en cuyo frente, aún se apilan los muebles utilizados para la hoguera y en donde se ve aún tirado un chaleco azul de la policía municipal. Alrededor del inmueble público frente al zócalo, un perímetro » resguardado» con cinta plástica amarilla y por todo Catemaco la murmuración sobre el paradero del sacerdote José: realmente solo se sabe lo dicho por la Diócesis de San Andrés Tuxtla: que fue «abandonado con notables huellas de tortura…»
** La gente aquí sigue enardecida. En la Parroquia de Los Doce Apóstoles se mantiene un reducido grupo en espera de noticias. Orando.
** Pero la OGAI no ora: la Organización del Gobierno Autónomo Indígena liderado por Wilfrido Reyes respeta a Católicos, Pentecostés, Evangélicos, «a todos…» pero ellos son mas bien «espirituales…» a la usanza de sus creencias que sostienen en su pasado indígena. Afirma Wilfrido que él no participó en la quema del Palacio y menos del Registro Civil «¿por qué íbamos a quemar nuestra Historia…?» plantea.
** Se indigna por la confusión de la foto enviada a esta reportera por la Diócesis de Veracruz de un -ahora sabemos- atleta de Polonia, mientras que lo que se solicitaba eran pistas ciertas del paradero del sacerdote supuestamente «abandonado con notables huellas de tortura…»
** Porque tanto los 300 indígenas que aseguran que son más y casi 20 mil en toda la región de la Sierra de Santa Marta y colindancias con Los Tuxtlas, como la Feligresía Católica desde anoche decían a esta reportera que no están conformes con la falta de información sobre el bienestar del sacerdote: que si realmente estuviera bien, como dicen las autoridades, ya hubiera procurado enviar un mensaje, ponerse en contacto con su Comunidad.
** Aquí en Catemaco la situación se explica así: el plagio del sacerdote fue el detonante del profundo enojo social por una infinidad de abusos perpetrados desde la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por recibos y medidores «amañados». Por el rejuego del alcalde Jorge González Azamar que ahora pretende culpabilizar a los indígenas de la OGAI.
** Los taxistas de este pueblo turístico afirman sin titubear que «aquí hay algo más…» y lo explican así: los índices criminales antes nunca vistos -secuestro, abigeato, extorsión- son tolerados por el presidente municipal a quien le atribuyen «tratos» con los delincuentes.
** Casi todos ellos, trabajadores del volante, afirman que «fueron policías, la misma gente de Azamar» la que se llevó al sacerdote católico quien había anunciado que el próximo día 22 de noviembre haría una denuncia pública de la situación de este pueblo de Los Tuxtlas que sobrevive del turismo nacional, local y extranjero, que ahora ha huido.
** Desiertas las calles, abiertos la mitad de los negocios, la población se debate en la incertidumbre: temen que se les diga que el sacerdote murió por «los golpes» y realmente ellos nunca lo vieron. No saben pues a estas horas si realmente el «padre José» se halla sano y salvo.
** No está en el Hospital de San Andrés, no está en la Casa de Monseñor, construcción moderna, enrejada, de cuidado jardín y portero electrónico que nadie contesta, con un medallón de piedra que luce un escudo eclesial y la leyenda: «Apacentar la Iglesia»; y menos está en el Convento de Clausura de las Monjas Capuchinas en lo alto de una calle cerril de San Andrés: pura pista falsa.
** Del padre José a estas horas realmente no se sabe nada.
** Nada mas de lo que afirma la carta firmada por el Obispo de la Diócesis de San Andrés Tuxtla, monseñor Fidencio López Plaza: que fue abandonado con «notables» huellas de tortura.
** Aquí en Catemaco nadie duda en la calle, en los pequeños comercios, en los locales a orilla de la laguna Encantada: «fue la gente de Azamar, nunca se imaginaron que la gente iba a protestar así, se asustaron…»
** Rodeada de policías, la pequeña población espera. Espera Noticias ciertas. Y ninguna autoridad da la cara. Ayer la OGAI ni pudo acercarse a Flavino Ríos «estuvo minutos y se fue, no hay gobierno…» no duda en decir Wilfrido. Su gobernador dice, es el Pueblo, y ellos le piden información que no tiene.
** La gente no católica acepta que aquí el problema es de fondo: grandes abusos cometidos en nombre de la CFE. Del ayuntamiento en tema de agua y tierras. Cobros exorbitantes a habitantes empobrecidos: en pagos mensuales y sumas que rebasan los 20 mil pesos, 27 mil, 32 mil, obligados a pagarlos a plazos por un tal «ingeniero Vladimir» de cuyo apellido nadie sabe, pero sí que obliga bajo amenazas, a pagar dichas sumas, sin extender certificados de la CFE.
** La Historia de siempre de muchos pueblos mexicanos.
** Y del padre José ni sus luces en estas horas.
DEL DICCIONARIO A LA DIABLA…
INDIGNACIÓN.-Sensación que se experimenta ante la Mentira.
FONDO.-Lo que siempre subyace en una acción: y que los propios protagonistas explican sin ser escuchados.
PUNTO CIEGO.-Lo que en Periodismo y Política es el ángulo invisible, no detectado, de una Realidad.
@DiccionarioALaD