YUNES LINARES COMO CHENTE FOX
A lo mejor cuando Miguel Ángel Yunes Linares tuvo los primeros resultados electorales, debe haber pasado por su cabeza que ya se había jodido a sus enemigos para siempre y desde ahora tendría el control absoluto de la entidad, como es su sueño.
A lo mejor cuando tuvo su constancia de mayoría, pensó entonces que de un plumazo se borraron los 2 millones de veracruzanos que no votaron por él, de los tres millones y tanto que participaron, en números redondeados.
Pero además, como seguramente creyó Fox –el más payaso y mediático presidente que ha tenido México– pensó que de ahí en adelante sería todo miel sobre hojuelas, que podía realizar cualquier acto, decir cualquier babosada, sin ser criticado luego de que se supone (como en el caso de Yunes Linares) que se vendió como la “esperanza” de cambio para México.
Y es que hay un mundo muy distante entre la realidad y las promesas que todos los políticos, de todos los colores, realizan.
En el caso de Fox, éste incluso hasta prometió barrer para atrás como una forma de castigo a los gobiernos priistas del pasado. Creó una Fiscalía para Delitos contra el Pasado (una vacilada, porque la ley no es retroactiva), y lo único que consiguió fue una “prisión” domiciliaria contra Luis Echeverría, que ya está más allá que para acá.
Lo mismo también fue parte de sus promesas de campaña, que al final de cuentas no sacó a relucir ninguna verdad histórica de las matanzas del 68, el Halconazo, la Guerra Sucia de los 70, los magnicidios de Colosio y Ruiz Massieu, y otros sucesos sangrientos. Todo se fue al basurero de la burocracia y de gastos inútiles.
Lo único que quizás alentó –aunque tampoco es todo el mérito suyo– fue la creación de organizaciones civiles y una mayor apertura en medios de comunicación que se deleitaron con criticar y ridiculizar al presidente en turno, y de ahí en adelante (con el avance del internet y redes sociales) con cualquier político mexicano que anteriormente se sentía intocable. Incluso fue el presidente Fox que recibió la primera recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos acciones del pasado realizadas por priistas.
Volviendo al pedacito de tierra donde hacen su nido las olas del mar, la cantaleta mitotera del gober electo que le funcionó como punta de lanza para su campaña, fue la de prometer encarcelar al actual gobernador y hasta obligarlo a devolver el dinero, adornado con su monosílabo “¡YA, YA, YA!” (también robado a la campaña de Fox).
Y al igual que Fox, no dude que Yunes Linares seguirá haciendo campaña en pleno gobierno, convertirse en quizás no el mejor gobernador, pero sí el más mediático; aprovechar la coyuntura de la alternancia y la ausencia del PRI en Palacio de Gobierno para seguirse luciendo cual reina del Carnaval en paseo.
Tanta es la promoción, que a sabiendas que a duras penas tendrá un año para gobernar (el resto se lo llevará en procesos electorales locales para alcaldes y el nuevo gobernador), que todavía sigue en campaña y ya hasta quiere hacer eventos oficial y hasta disponer del gobierno estatal.
Se entiende la desesperación: dos años (menos uno) son pocos para realmente cumplir tanta palabrería empeñada y resolver problemas de un estado tan complejo como Veracruz, pero tampoco puede hacerse la víctima o el mártir, aunque Yunes Linares se ha vuelto experto dadas las circunstancias locales de violencia e irregularidades administrativas.
¿A poco realmente creyó el gobernador electo que al momento de recibir los resultados de encuestas de salida o la constancia de mayoría todo le iba a salir terso? ¿Neta no se acordó cómo le fue a su ex patrón Fox? ¿La cruda que le dio luego de darse cuenta que no era lo mismo gobernar que emborracharse en público para caerle bien a la gente?
Se reitera: no es lo mismo ser candidato que gobernante; el primero puede tener toda la popularidad de una reina de belleza, pero al convertirse en jefe de instituciones (como Yunes ya se anda promoviendo con ansias) la ciudadanía exige resultados.
Tampoco el electo debe olvidar que él mismo fue quien propició el desencuentro que actualmente lo tiene en entramado previo a su bienio: ¿qué reacción esperaba de alguien al que le estás diciendo que lo vas a meter a la cárcel? ¿A poco en serio pensaba que nadie se iba a defender (como en cualquier proceso legal) de las acusaciones? ¿A poco creyó que le iban a entregar el poder así con la devoción que le prodigan sus aduladores?
Por lo pronto Yunes Linares está más que intricado con su promesa de que va a meter a varios en la cárcel, pero la pregunta del millón será ¿y si no lo cumple? ¿y si resulta que a duras penas agarra unos charalitos y no los peces gordos, como también le pasó a Fox?
Ya en el poder, Yunes Linares será el responsable de conducir los destinos de Veracruz por un corto plazo, luego entonces ¿qué venderá a sus simpatizantes que lo creen mártir si ya no tendrá villano favorito a quien inculpar?
Y sí, no dude usted que entonces la nueva cantaleta será echarle la culpa a medio mundo de que nadie lo dejó gobernar… Sí, también como Fox.
*Este texto es responsabilidad absoluta del autor.