Crecimiento y fiscalización: segunda entrega
¿Usted cree en el nuevo cambio?
El eufemismo de las precampañas político-electorales llega a su fin.
Este domingo 11 concluye esa fina ironía que el INE llama “campañas internas en los partidos”.
Primer round en una pelea de campeonato a 12 episodios que llaman “de calentamiento”.
Se supone que es para conocer las técnicas de los adversarios, pero en política es para que los electores identifiquen a los candidatos.
Gracias a esta manifestación de ideas, los votantes mexicanos y en particular los veracruzanos, tenemos la información de quién es quién en el proceso electoral.
Sin duda, el más beneficiado con la precampaña es José Antonio Meade, ya que era el menos conocido entre los aspirantes a la Presidencia.
No había aparecido en los millones de spots con los que se publicitaron los otros dos.
“El Peje” va por su tercer intento para conquistar la Silla del Águila y por lo mismo, es el más popular entre la tropa.
“El Chico Maravilla” utilizó en su beneficio la propaganda destinada a su partido. Sin embargo, su arrogancia lo podría ubicar en la tercera posición.
El “Peje” lidera las encuestas con una ventaja clara, pero no definitiva.
Ya sabemos que Anaya toca instrumentos musicales y baila al compás del niño huichol la tan difundida canción de Movimiento Naranja. Además, presume que habla inglés y francés.
En Veracruz, los aspirantes a la gubernatura están plenamente identificados.
Pepe, por su labor de muchos años como legislador y gestor de los intereses de sus paisanos, tiene una excelente imagen y conoce por nombre y apellido a los líderes de diferentes sectores.
Cuitláhuac, va por segunda ocasión como candidato en la boleta de su partido; es impulsado por la sombra de AMLO. Sin embargo, es un aspirante que no tiene la estatura política para gobernar una entidad tan importante como Veracruz.
Este “suspirante” es un caso raro, pues no empata su astucia y conocimientos con la respetabilidad y aquiescencia entre sus copartidarios.
Y Miguel Ángel, el ex alcalde de Boca del Río, cuenta con el respaldo de la estructura gubernamental y con los recursos económicos suficientes para dar la pelea en las urnas.
Con este panorama culmina el show preelectoral el próximo domingo.
Vendrá un período de “silencio” donde los partidos confirmarán a sus candidatos.
Después siguen días frenéticos de campañas por todo el país y a lo largo y ancho del solar veracruzano.
Mayo y junio, serán de locura.
Pepe Toño Meade podría ser un espléndido presidente pese a que su pre campaña no es del todo exitosa.
Tiene los tamaños para enfrentar la pobreza creciente de las mayorías, la bancarrota financiera del país, lo mismo pública que privada y el endeudamiento bajo control del FMI y del Tesoro norteamericano.
Ricky Anaya promete un cambio que ya padecimos y que no se cumplió en nuestra entidad. Sus bonos van a la baja. No tiene estatura presidencial.
Y “El Peje”, ya se siente entronizado en Palacio Nacional, pero esto no se acaba hasta que se acaba.
En Veracruz no es difícil augurar que habremos de vivir una batalla campal electoral de denuestos, descalificaciones, invectivas, vituperios e insultos.
Pepe Yunes, seguirá con sus propuestas, con las fórmulas para levantar al estado que entró en una espiral inimaginable de violencia, desempleo y crisis financiera.
Una tormenta perfecta para destruir el tejido social en la entidad.
Sin duda, y eso lo dicen analistas sin sesgos partidarios, Pepe es el mejor candidato, el más preparado y experimentado para desenredar la maraña en que se ha visto envuelto el estado.
Tiene capacidad y habilidad política para lograrlo.
Es honesto, serio y preparado.
Lo de “huevos tibios” es solo una campañita inventada por sus adversarios, pero cuando el de Perote debe ejercer mano firme, lo hace pero con gran sensibilidad política y humana.
Cuitláhuac García seguirá bajo el manto sagrado de Andrés Manuel, montado en la ola de su innegable popularidad. Es su botarga en Veracruz. Es recoge bolas de MORENA.
Repite los “beneficios” que propone su patrón, que es una descarada compra de votos con la promesa a futuro de repartir dinero a manos llenas a cambio de nada.
Y Miguel Ángel Yunes Jr., recibe los “beneficios” del gobierno estatal, que multiplica los apoyos “sociales” por todos lados pero no resuelve de fondo ningún problema.
Ni la inseguridad ni el desempleo, mucho menos la crisis financiera, pues la deuda estatal sigue creciendo.
Alguien dijo por ahí: Estábamos mejor cuando vivíamos peor.
Fue lo malo de votar llenos de coraje y creer las promesas de la llegada del cambio.
Lo malo es que la reversa también es un cambio.
Termina el primer round.
Comienza la verdadera batalla y seguirán los mismos dimes y diretes, transformados en guerra de lodo.
El domingo solo termina el primer asalto.
Por ello, es válido preguntar:
Y usted ¿Cree en el nuevo cambio?…
Yo tampoco.