
Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
Meade…
¡Para abril o para mayo…!
En la guerra y en el amor, todo se vale.
Frase popular que se aplica sin restricciones en las contiendas electorales.
En ese tenor, se vale inventar cualquier cosa con tal de lograr el objetivo.
En política, se recurre, sin sonrojo, a lo que sea con tal de conseguir posiciones en la administración pública.
Estamos, precisamente, en plena ofensiva electoral en donde, literalmente, casi todo está permitido.
No hay límites para la imaginación de los artífices de la guerra sucia.
Lo mismo difunden una mentira que a fuerza de tanto repetirla se convierte en verdad.
Recurren a todas las estrategias probadas e inventan otras en una batalla de lodo en donde nadie se salva. Todos quedan salpicados.
Los partidos políticos han definido su ruta rumbo a la elección presidencial y se han alineado en tres alianzas.
Los votantes podrán sufragar por tres candidatos, que van por los 9 partidos registrados, más los independientes que logren superar las barreras del INE.
La alianza con más tiempo es la del PRI con el Partido Verde, al que se les unió el PANAL, “Todos por México”, y llevan como candidato a José Antonio Meade.
Le sigue, en el mismo orden de antigüedad, el
PAN con el PRD, al que se sumó de manera más que estratégica, Movimiento Ciudadano, “Por México al Frente”.
Tienen como abanderado al “Niño Maravilla”, Ricardo Anaya, quien se quedó con la nominación después de una guerra fratricida llena de traiciones.
Y la tercera alianza es la de MORENA con el PT, en donde contra todos los pronósticos se sumó el PES, un partido confesional contrario a los principios que enarbola la izquierda.
Esta alianza se autonombró “Juntos haremos historia” y catapultan como aspirante formal a Andrés Manuel López Obrador, dueño y señor de Regeneración Nacional y de todas las demás candidaturas.
Las veleidosas encuestas pagadas por el mejor postor indican lo que el cliente quiere, pero en todas hay dos tendencias que son contundentes:
Una, por el tiempo que tiene en campaña “El Peje”, es el más conocido y lidera preferencias electorales, pero también es una realidad que llegó a su tope y no ha crecido en los últimos meses.
La otra tendencia irrefutable es la del precandidato del PRI, Pepe Toño Meade, quien desde que apareció en el escenario electoral, ha repuntado de manera consistente.
Dicen los “encuestólogos” que el ex secretario de Hacienda afina puntería para competir, al tú por tú, para abril o para mayo, con el más posicionado adversario.
Pero como en la guerra y en el amor todo se vale, coincidentemente, tanto Anaya como AMLO se han ocupado más de combatir a Meade, en lugar de elaborar propuestas al electorado.
Unos dicen que el ex canciller no levanta, que está estancado.
Otros aseguran que no llegará a la boleta electoral, porque su alianza lo cambiará, porque, rumoran, no garantiza el triunfo.
Lo ubican en el tercer sitio.
Y está muy claro, porque es Pepe Toño el único que suma puntos en las encuestas y eso pone muy nerviosos tanto al que es puntero, como al que baja un día sí y otro también.
No quieren que repunte, ya que sería un gran infortunio para quien se siente y actúa como ganador absoluto, el que no tiene rival, pero que su peor enemigo es él mismo.
¿Ya saben quién?
Lo mismo ficha a un ex futbolista (El Cuau) y lo manda como candidato a la gubernatura de Morelos que a una crítica acérrima (Lily Téllez), a la que convenció con una curul, o a un stripper (Sergio Mayer) cuyo único mérito es encuerarse para las señoras de abolengo.
Es decir, está reciclando cascajo que lo podría contaminar.
Hace exactamente a lo que se opuso con vehemencia en el pasado, tanto que le costó la Presidencia.
Ahora es pragmático, pues ya aceptó bajo su manto purificador a los más cercanos de Elba Esther Gordillo, incluyendo a su yerno y nieto consentido. Éstos se han unido a su clan sin importar que la ex dirigente sindical haya sido catalogada como parte de la “mafia del poder”.
Todo eso al final, podría sumar en su contra.
Por ello, los nervios se le ponen de punta, inventa y arremete cuando ve crecer a Pepe Toño.
Por su parte, Ricardo Anaya, no sabe qué promover (toca jarana, toca teclado y baila con el niño huichol para llamar la atención) y cae en lo más fácil: atacar al que se deje y como “El Peje” no lo “pela”, se lanza en contra del “Meade ciudadano”.
Hay que considerar que esto es apenas la precampaña que culmina dentro de 10 días.
Si esto es ahora, ¿qué no inventarán los estrategas sesudos de los “cuartos de guerra” cuando los tres tengan seguro un lugar en las boletas electorales?
La única encuesta que vale es la del 1 de julio.
Ninguna otra.