Raymundo Jiménez/Al pie de la letra
“Midegaray kuriPeña…”
Dos talentosos amigos comunicadores políticos (Helio Flores y Julio Hernández), han bautizado al precandidato del PRI, como Midegaray Kuripeña.
Ingenio puro y creativo.
José Antonio Meade Kuribreña, es un servidor público sin afiliación partidista.
Sin cargos de elección popular.
Sin militancia activa.
Es solo un simpatizante del PRI.
Cuando el 18 de febrero sea investido formalmente como candidato oficial del tricolor en busca de la presidencia de la República, entonces sí llevará el color rojo en el corazón, aunque para el tema publicitario, prescinda de él.
Todo lo que huele a PRI, molesta, incomoda.
El instituto ha perdido credibilidad ante una sociedad harta de políticos corruptos.
Meade, rebasó, por la derecha y a una velocidad impresionante, a Osorio Chong y a José Narro, los más posicionados en las encuestas serias.
Goza de fama pública y ahora enfrenta “El gran desafío” y es un auténtico candidato competitivo para enfrentarse al Peje y Lagarto en la gran batalla.
Es un hombre cauto, con una honestidad intachable.
Ha servido con eficiencia a gobiernos panistas y priistas.
Con Meade, las pasarelas y los debates políticos se fueron al cesto de la basura.
Aunque Videgaray se atravesó en el destape, Peña Nieto no dio marcha atrás y ratificó, incómodo, lo que estaba decidido.
Fue un destape sui géneris.
No ocurrió conforme a los cánones tradicionales.
Ahora, no deberá ganarle la adulación, ni el entreguismo. Si no se lo traga el triunfalismo, la imputación de hombre probo podrá prevalecer.
Y su amigo del ITAM, Videgaray, volvió a dar en el blanco.
Por segunda ocasión, a pesar de la incomodidad presidencial, acertó en su lectura política.
La primera vez que se adelantó a los tiempos fue cuando llevó a Los Pinos al beligerante candidato Donald Trump.
En esa ocasión provocó un alud de críticas hacia la investidura presidencial que culminó con la renuncia del entonces secretario de Hacienda.
Sin embargo, el tiempo le dio la razón: el invitado indeseable (y el más odiado), es hoy en día el presidente del país más poderoso del mundo.
Videgaray, fue incorporado al gabinete con más fuerza; fue nombrado secretario de Relaciones Exteriores.
El jueves 23 de noviembre se desvivió en elogios con José Antonio Meade, lo que fue interpretado como un pre destape del secretario de Hacienda rumbo a la presidencia de la República.
Sin querer queriendo adelantó las manecillas del reloj político, sacudió por momentos la ortodoxia y tuvo que recular ante su atrevimiento insensato.
72 horas después el propio ejecutivo nacional y las circunstancias políticas, le dieron otra vez la razón.
Algo de Meade:
Fue secretario de Energía y de Hacienda con Felipe Calderón (PAN).
Con Peña Nieto (PRI), estuvo al frente de Relaciones Exteriores, Sedesol y nuevamente como titular de Hacienda.
Hay que puntualizar que es economista por el ITAM; abogado por la UNAM y Doctor en Economía por la Universidad de Yale, EEUU.
A su paso por estas instituciones académicas hizo buenas y fuertes amistades, especialmente con dos de sus compañeros: Luis Videgaray y Pepe Yunes Zorrilla.
De ahí que las aspiraciones políticas del peroteño se fortalecen, independientemente de su gran labor que realiza en el Senado.
Sin duda, el candidato presidencial tendrá voz y voto en la designación de los aspirantes a las 9 gubernaturas que se disputarán en 2018, entre ellas Veracruz.
Además, a Pepe ya le toca bailar con la chamaca del pueblo.
A Veracruz le urge una mano firme; una mano que una a la clase política para sacar al buey de la barranca.
José Antonio Meade, es el segundo precandidato seguro en la recta final rumbo a las elecciones presidenciales del 1 de julio de 2018.
El otro, lleva 18 años en campaña: López Obrador.
El propietario de MORENA, se auto-destapará el 12 de diciembre, Día de la Guadalupana.
Por el Frente no hay nada definido y es posible que se desmorone si Ricardo Anaya mantiene su obsesión por la candidatura.
Y Miguel Ángel Mancera sostiene que si no abren la elección se hace a un lado.
Para presionar al Frente Ciudadano pedirá al PRD que lo impulse como su candidato.
Es el escenario de la sucesión presidencial.
Viene lo bueno. La verdadera lucha política.
De ahora en adelante Meade podrá hacer labor proselitista que le permita ganar adeptos e incrementar la intención del voto.
Por lo pronto, el domingo 3 de diciembre se registrará como precandidato en el PRI y hará precampaña del 14 de diciembre al 11 de febrero.
El reto: labor titánica para lograr que el priismo se sostenga en el gobierno.
A 4 días del destape de “Midegaray KuriPeña”, la cuasi omnipotencia peñista empieza a eclipsarse.
Y un plus más para el aspirante presidencial: el arte, cultura y carisma de su esposa Juana Cuevas Rodríguez.