Carlos Ramírez/Indicador político
El PRESI AMOROSO
No, no es que el presidente López Obrador ande de amoroso, de “coscolino”, de “ojo alegre”.
Lo cierto es que “le anda echando los perros” a la Cuarta Transformación.
¡Esa sí lo trae de “cabeza”!
Y cuando se fija una meta, no la suelta; no la pierde de vista.
Para lograrlo, a veces cae en un estilo grotesco, atropellado.
Lo bueno que reconoce ser terco y Peje, pero no lagarto.
Para otros, es simplemente ocurrente y caprichoso.
Pero el dueño del poder omnímodo, también tiene su lado amable.
Es tierno, siente y expresa amor porque pretende lograr la transformación prometida.
Por eso, cuando un servidor público es “apapachado”, acariciado con palmaditas cariñosas por el presidente de la República, su responsabilidad se acrecienta, es mayúscula. Se convierte en el gran reto de su vida que debe vencer a la brevedad posible.
En “Las Mañaneras”, López Obrador no ha reparado en elogios, en “meter las manos al fuego” por la imagen política de tres funcionarios: Ebrard, Sheinbaum y el gobernador de Veracruz, quien, por cierto, ha sido el más mimado por la mano del poder absoluto.
Son contadas las coyunturas políticas que se presentan en un funcionario para que goce del afecto presidencial.
Son circunstancias privilegiadas, colmadas de mucha suerte.
La primera figura central del momento es el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien en la práctica se desenvuelve como un vicepresidente; es como el Videgaray de Peña Nieto.
Una vez que evitó la imposición unilateral de aranceles a productos mexicanos por parte del presidente Donald Trump, se metió de lleno en satisfacer las exigencias migratorias.
“Se despiertan celos y sentimientos, quiero que quede claro que es mi facultad, no se autonombró Marcelo Ebrard…tiene toda la experiencia para encabezar al grupo…está preparado, es un profesional, lo acaba de demostrar ahora, no fue fácil la negociación”, puntualizó en su momento AMLO.
La migración es una bomba de tiempo que trae entre sus manos Ebrard, a quien deseamos que no lo extravíe su megalomanía.
Muchos de sus adversarios opinan que “la política migratoria de Andrés Manuel se caracteriza por la demagogia y la manipulación”.
Otra morena que tiene el afecto del tabasqueño es la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum.
Ante los ataques por la inseguridad en la capital debido al secuestro y asesinato de un joven universitario que estaba a punto de titularse, López Obrador soltó:
“Es que hay veces que la maltratan mucho, unos grandulones abusivos, ventajosos, pero no está sola, tiene el apoyo del presidente de la República y del pueblo de la capital”.
Y estalló una reacción en cadena. No por la defensa de Sheinbaum en sí, sino por la falta de tacto, ya que lo hizo en el momento menos oportuno, en pleno duelo familiar del joven inmolado.
El tercero en el ánimo del “choco-jarocho”, es el gobernador Cuitláhuac García.
Pero en realidad, fue el primero que sintió el afecto, el cariño del mandatario. Cada vez que se presentan en público, AMLO le desliza un “apapacho” presidencial, sin rubor alguno.
Cuitláhuac, es el ejemplo de honradez que siempre expresa el jefe del Ejecutivo, por sobre los señalamientos de corrupción, ineficacia y nepotismo.
Nunca hemos escuchado de AMLO hablar de la eficiencia del mandatario veracruzano.
Tampoco de que sea un político sensible.
Estas muestras de aprecio del presidente, comprometen a los tres funcionarios a realizar su máximo esfuerzo.
Además, no son monedita de oro, son seres humanos que tropiezan ante eventos que los rebasan.
La inseguridad (secuestros, levantones y homicidios dolosos) es un tema que se ha incrementado tanto en la CDMX como en Veracruz.
La ominosa presencia del crimen organizado en tierra veracruzana, es un factor latente que entorpece y amenaza la actividad política.
Al más pinto “se le va la cochina al monte”, cuando los malosos se apoderan de las plazas para cometer fechorías.
El secretario Ebrard, Sheinbaum y Cuitláhuac, se han convertido en los funcionarios consentidos del mandatario mexicano.
¡No desperdicien la oportunidad!
Solo el tiempo dirá si los tres “mosqueteros mimados” responden a los “apapachos” del jefe mayor.
Mientras, Donald Trump, recorre la Unión Americana en busca de la reelección que lo encumbre otros cuatro años más en el salón oval de la Casa Blanca.
Lo que llama la atención es que en los mítines de campaña, presenta a México como un socio contra la migración irregular y también en el plano comercial.
¡Vaya tipo!