
Raúl López Gómez/Cosmovisión
Conversación imaginaria…
Duarte…
¡Torito: soy inocente!
(Primera parte)
Motivado por los análisis políticos certeros de Maquiavelo, autor de la leída columna SE DICE QUE…del prestigioso diario IMAGEN, Voz en Libertad, fui en busca de Javier Duarte, el ex gobernador veracruzano en prisión, a quien, como el nopal le siguen apareciendo propiedades por todo el mundo.
De inmediato me trasladé a CDMX para encontrarme con mis enlaces quienes movieron cielo, tierra y mar para lograr una conversación con el personaje; las autoridades prometieron que habrá una respuesta tan pronto sea posible.
En tanto, nos imaginamos un encuentro con el ex mandatario, con la entrevista soñada:
“Pasé el peor 19 de septiembre de mi vida, fecha en que se unen dos acontecimientos imborrables: mi cumpleaños y la muerte de mi padre en el terremoto del 85. Cumplí 44 años, encerrado en una pocilga, sin mis hijos, sin esposa, sin hermanos y sin madre, pagando culpas que no son mías”.
“Los cumplí en la soledad y la tristeza”.
“Y me pregunté: ¿Dónde habrán quedado mis amigos, mis damas de compañía y mis aduladores?”
“Pensé en los que se hacían pasar por incondicionales: Juan Manuel del Castillo, Vicente Benítez, Moisés Cisneyros, Flavino Ríos, Toño Gómez Pelegrín, los Porres, Betty del Toro, Tarek Abdala, Beto Silva, Gabriel Deantes, Gina Domínguez, Erick Lagos, Adolfo Mota, Jorge Carvallo, Arturo Bermúdez, José Antonio Manzur, Enrique Jackson, Rubén Aguilar, entre otros”.
“¡Ni el polvo de ellos!, pero ahí andan vivitos y coleando. Unos, con la traición en la boca, y otros ya “compraron” su libertad”.
Directo, explayándose en sus respuestas el ex gobernador Duarte no deja al garete ninguna pregunta y aprovecha la coyuntura para gritar a los cuatro vientos que es inocente como “Torito” (Pedro Infante) en las escenas dramáticas del cine de oro mexicano.
En su “miserable” celda de 3.1 metros de fondo por 2.6 de ancho en el Reclusorio Norte, el ex de la Tress y de otras tantas guapetonas que impulsó, se queja del maltrato político que recibe él y sus ex colaboradores.
Llegar hasta su celda especial en la zona de admisión del Reclusorio Norte (RENO), en Cuautepec, delegación Gustavo A. Madero, donde el jarocho-cordobés está aislado, fue toda una odisea.
Expresa no tener privilegios.
Insiste en su inocencia.
Extraña la gastronomía española y los buenos vinos de procedencia extranjera.
Sin embargo, ocupa una celda especial —el RENO está saturado con más de 10,500 internos, casi el doble de la población calculada (5,631) —, que mueve a sospecha.
El ex mandatario, quien protagonizó una huelga de hambre parcial de 17 días, para protestar por el juicio “político” que se le sigue (tratamiento para bajar de peso dicen otros), aceptó gustoso la entrevista.
Dentro de la prisión que es vigilada las 24 horas del día por cuatro custodios que se turnan cada 6 horas y cámaras de video, se realizó la conversación imaginaria sin interrupciones, pero con altibajos.
P.- ¿Qué se siente estar preso acusado de saquear al pueblo de Veracruz?
R.- En primer lugar, tengo algo que declarar: hay que tener paciencia y prudencia, verbal continencia, para aclarar que no soy responsable de lo que se me acusa. Yo soy un preso político, no se te olvide. Me pusieron un cuatro y ¡me llevaron al baile!
P.- Pero dejó un gran boquete en la administración pública de más de 50 mil millones de pesos.
R.- Que lo demuestren. Yo no firmé nada para desviar recursos, mi firma no aparece en ningún documento oficial. Los responsables son quienes estuvieron al frente de las distintas áreas…Ellos son los que deberían estar aquí en el reclusorio y no yo. Pagamos justos por pecadores.
P.- ¿Así que ahora responsabiliza a sus ex colaboradores…?
R.- Un momento. No ponga palabras en mi boca. Yo no culpo a nadie. Lo que exijo es que se demuestre que yo firmé una orden para desviar recursos. Eso no lo haría por nada del mundo. Si de algo he de presumir es que desde niño, cuando me llamaban “Caremo” (Cara de Moco), me enseñaron a no meterle mano al cajón. Siempre fui bien portadito.
P.- Pero Usted era el Gobernador, el responsable, el que nombró a los funcionarios.
R.- Que cada uno responda por sus obligaciones, a mí me embarraron igual que a Bermúdez, Gina y Mauricio Audirac. Eso escríbalo en sus comentarios joven. ¡Somos presos políticos!
(Continuará)