
Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
Cuitláhuac…
¡¡¡A cuentagotas!!!
Los dos son del mismo partido.
Los dos ganaron abrumadoramente en las urnas.
Los dos son de izquierda y tomarán protesta el mismo día.
Pero hay enormes diferencias entre ambos y, por tanto, actúan de manera distinta.
El presidente electo tiene una amplia experiencia política que acumuló a lo largo de una perseverante carrera por la presidencia.
El gobernador electo, logró su meta tras una batalla relativamente corta en las lides político-electorales, apoyado por la inercia que despertó la necesidad de un cambio radical.
El futuro jefe del Ejecutivo Nacional tiene un numeroso equipo de trabajo que se ha unido a su causa, pese a las tormentas padecidas.
García Jiménez, es un académico de carrera que incursionó en las lides políticas como diputado federal y que ya ha padecido derrotas electorales.
Andrés Manuel marca la agenda nacional, aun antes de protestar como presidente y toma decisiones que influirán en su administración.
Cuitláhuac mantiene una distancia prudente del actual gobierno y permite, sensiblemente, que cumpla con su mandato.
Ya tendrá tiempo para inmiscuirse y marcar agenda política.
López Obrador mueve los hilos y hace jugadas políticas poniendo tensos a muchos y encabronados a otros tantos.
Tiene una ventaja: Un Congreso federal de mayoría que adelanta proyectos que se pondrán en práctica durante su gestión.
García Jiménez analiza el panorama administrativo del Estado y espera que la próxima semana esté en funciones la LXV Legislatura para empezar a mover sus piezas en el Congreso local.
El presidente electo hace foros (inconclusos) y consultas polémicas, mientras elabora la ruta para iniciar a tambor batiente su gobierno.
También suspendió visitas de cortesía a algunos estados, Veracruz entre ellos, para ‘concentrarse’ en los intríngulis de la administración pública federal y conocer, sobre todo, sus finanzas.
El futuro gobernador recorre el Estado para aglutinar simpatizantes en su entorno y manda a sus ya nombrados colaboradores a que se empapen de la situación real que vive Veracruz.
Hace declaraciones por aquí y traza algunos proyectos por allá, pero no ha definido su programa de gobierno; sin embargo, empieza a ponerle lupa a los dineros federales y estatales.
Andrés Manuel, rompió moldes. Dio a conocer con anticipación gran parte de su gabinete y recientemente definió a los titulares de Defensa y Marina.
Desató polémica, pues integró a viejos conocidos del sistema, al que él mismo había rechazado y que ahora, con su perdón y olvido apapacha.
Cuitláhuac navega con la parsimonia que le permite el largo plazo entre la elección y la toma de posesión, soltando a cuentagotas a quienes lo acompañarán en su viaje político.
Se ha ocupado porque sean veracruzanos para evitar críticas, pero hay escepticismo debido a la falta de experiencia administrativa de algunos.
Sin embargo, será hasta el 1 de diciembre cuando diga quién estará en Seguridad Pública, que ya lo tiene decidido, pero que se lo guarda para evitar reacciones inconvenientes.
El nombre del titular de Comunicación Social ya lo tiene más que definido.
López Obrador da muestras de lo que será la austeridad republicana, que no es compartida por todos, en tanto el Congreso da trámite a la profunda reestructuración administrativa.
La compactación de cargos, la eliminación de puestos de primer nivel, así como de privilegios para los funcionarios que quedarán, son algunos de los aspectos que son el pilar para sus programas sociales.
La preocupación de Cuitláhuac es la situación financiera del Estado, que lo ha llevado a señalar que se requieren 30 mil millones de pesos para evitar la quiebra, mismos que negocia con futuros funcionarios.
Se piensa que, en noviembre, al tiempo que se da la entrega recepción, el Congreso local recibirá sus propuestas de austeridad y los lineamientos para reducir la burocracia de primer nivel.
El escritor y periodista Ricardo Ravelo describió con crudeza lo que se piensa de Veracruz en el altiplano:
“Algunos actores políticos nos aseguran que el caso de Cuitláhuac García y su circunstancia actual preocupa y mucho a López Obrador. Hasta donde se pueda, dicen, se tratará de impedir que este barco llamado Veracruz no termine de hundirse después de enfrentar grandes tormentas financieras y saqueos que la justicia local ni federal todavía no terminan de esclarecer”.
Como se puede observar, AMLO y Cuitláhuac pertenecen al mismo partido, ganaron con amplia ventaja y son izquierdistas a morir, pero sus rutas son distintas.
Cada uno lleva su trote.