Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
¡Xalapa, no es Xochimilco!
La capital del estado se encuentra atrapada entre la arrogancia, la ineptitud y el aprendizaje.
Y las consecuencias son muy graves: baches, basura, escasez de agua y ausencia de obras que den a la ciudad el brillo que merece.
La Atenas Veracruzana está sumida en un socavón sin precedentes donde permea la ignorancia política de la autoridad municipal.
Dicen que el alcalde, Hipólito Rodríguez Herrero nació cerca de los canales de Xochimilco, el otrora Venecia de México, convertido hoy en un centro turístico doméstico con aguas negras y pestilentes.
Quizá, por eso, su atracción por los fétidos olores del medio ambiente.
Xalapa, no es Xochimilco. Aquí las noches huelen a jazmín.
Aquí no hay trajineras. Hay cultura, sinfónica, museos, gastronomía y mucha política.
Sus primeros meses de gobierno han sido de aprendizaje y aunque presume de ser un “académico impoluto”, sus conocimientos teóricos lo han traicionado en materia política.
El edil no ha tenido los tamaños para administrar en forma cuerda la capital, sede de los poderes de Estado, con quien también se ha enfrentado.
Además, ha sido desleal con sus “padrinos políticos” quienes lo impulsaron, recomendando su trayectoria académica ante AMLO.
Hoy manifiestan su arrepentimiento.
Hipólito se siente merecedor de tan importante envergadura.
Despreció a los xalapeños por considerarlos mediocres. En cambio, otorgó importantes responsabilidades a personas traídas de CDMX.
Proclive al buen vino francés, el edil ha tenido problemas con burócratas, con trabajadores de CMAS, con colonos y hasta con humildes trabajadores de limpia pública.
Puede más su arrogancia que su vocación de servicio.
El Senador Ricardo Ahued, aprendió muy rápido el oficio de la política. Puntualiza que no es partidario del “fuego amigo” contra Hipólito, pero que no es “alcahuete” de nadie. Los funcionarios deben ser responsables y dar resultados, comenta.
“Seguiré siendo crítico cuando sea necesario y se haga algo mal”, desliza.
Por todos estos actos insensibles de gobierno, corre la voz de nuevo en la Casa de Transición de CDMX, de un posible relevo en la silla principal de Palacio Municipal de Xalapa.
Lo podrían ubicar en un cargo menor de Educación Pública, para que el aún edil pueda recordar tiempos añejos y ejercitarse en los canales de su natal Xochimilco.
Hipólito, como funcionario público, debería ser humilde y tirar al cesto de la basura, su arrogancia impertinente.
ACORRALAN AL NAIM
En política la forma es fondo y el fondo es forma.
Célebre frase acuñada por el ínclito tuxpeño Jesús Reyes Heroles, que encierra la esencia del quehacer político, no sólo en México sino del mundo.
Cuidar las formas es tan elemental como atender con esmero el fondo de la política.
Quién preserva las formas, está siempre pendiente del fondo de la actividad gubernamental.
Por el contrario, a quién no le interese cumplir con las reglas de la urbanidad política, difícilmente sabrá cómo atender el quehacer público.
Y en el actual cambio democrático, la frase se ajusta como anillo al dedo.
Tanto a nivel federal como local existe un escenario político diferente, que se acuñó en las urnas a través del voto libre y soberano de los ciudadanos.
Los mexicanos decidieron un nuevo rumbo político en la administración pública nacional y estatal, por lo que el mandato debe cumplirse puntualmente.
Sin embargo, la relación de madurez y mesura política entre Peña Nieto y López Obrador, no es aterciopelada, sino todo lo contrario.
Cada uno, “montado en su macho”, sostiene sus propuestas de gobierno.
Para el presidente en funciones, el NAIM es la mejor opción para el desarrollo aeroportuario de nuestro país.
En cambio, para AMLO no. Él propone la integración de tres aeropuertos: el actual de la ciudad de México, el de Toluca y la ampliación de dos pistas en Santa Lucía.
Dos opiniones diferentes.
Y ahora resulta que, a través de una consulta ciudadana (que para muchos es “a modo”), se resolverá el destino final del nuevo aeropuerto internacional.
Para la consultora Eurasia Group, el proceso está totalmente sesgado contra el proyecto de Texcoco, porque el fraseo de la consulta subraya las implicaciones negativas de continuar el proyecto actual.
Es decir, se acabó la luna de miel entre Peña y el tabasqueño.
Adiós a la tersura.
Salta a la vista la verdadera actitud de gobernar de AMLO.
En Veracruz, no hay relación alguna y como dicen los que saben: ¡Ni la habrá!
Nada de terciopelo, pura piedra pómez.
Sin embargo, hay expectación por lo que pueda suceder en la entrega-recepción.
Cuitláhuac García va y viene a lo largo y ancho de la entidad. Conversa con los sectores sociales y económicos, planteando sus primeras acciones y haciendo amarres.
Suelta a cuentagotas la integración de su gabinete.
Pero eso sí, lanzó una seria advertencia:
¡¡¡Revisará con lupa las cuentas de la administración que se va!!!