Bryan LeBarón/A 5 años, no dejemos solo a nadie
Los Napoleones
Hijo de tigre, pintito.
Genio y figura, hasta la sepultura.
Lo que se hereda no se hurta.
Así, el imperio creado por Napoleón Gómez Sada en el Sindicato Minero, que mangoneó por más de 40 años, lo perfeccionó su hijo, Napoleón Gómez Urrutia, quien lo lideró a control remoto, a larga distancia, pues.
Hay que sacar cuentas. Los Napoleones han controlado a los mineros por más de medio siglo; 57 años para ser exactos.
40 años del viejo Gómez Sada y 17 de su hijo, pero éste desde el exilio en Canadá.
Astucia y ambición.
En el tiempo que vivió en Canadá se le enviaron, en promedio, 40 mil dólares mensuales. Más de 6 millones de dólares por parte del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana.
Gracias a ello y a sus “ahorros” se estableció en una zona exclusiva de Vancouver, en un condominio con un valor estimado en 1.8 millones de dólares y una superficie de 670 metros cuadrados.
Ahora, Gómez Urrutia, “Napito”, de 74 años, también es ciudadano canadiense. Posee doble nacionalidad.
Vivió en el exilio, porque se decía perseguido político. Tres presidentes intentaron meterlo a la cárcel. No lo lograron.
El primero fue Vicente Fox. Nunca lo aceptó como líder minero.
Felipe Calderón intentó extraditarlo.
Y a Enrique Peña Nieto, le tocó la desgracia de verlo ungido como senador.
La persecución fue porque se “agenció” 55 millones de dólares destinados al sindicato.
La verdad es que disgusta a muchos “poderosos” su forma de negociar los contratos colectivos de trabajo para evitar huelgas en minas del país.
Siempre se beneficia de cualquier convenio laboral.
Eso lo aprendió de su padre, pero lo elevó al cuadrado, lo que incomodó a los dueños del subsuelo en nuestro país.
Licenciado en Economía por la UNAM con postgrado en Oxford, Inglaterra, gusta de la buena vida: trajes, vinos caros, lujosos automóviles y viajes de placer.
Un junior en toda la extensión de la palabra.
En 1999 se hizo líder del Sindicato Minero, porque su padre enfermó y a su muerte en 2001 heredó el cargo y desató la polémica.
Hasta mayo del 2002 le dieron posesión. En el exilio fue reelecto para un nuevo período en 2008 y nombrado presidente en 2012.
Al principio todo fue alegría y jolgorio. Grandes fiestas en la ex Hacienda de Xala, en Hidalgo, con artistas pagados por los dueños de las minas, como “La Nacha Plus” y Maribel Guardia.
Pero las desavenencias saltaron muy rápido y el clímax llegó con la tragedia de Pasta de Conchos, el 19 de febrero de 2006.
La PGR dio a conocer la orden de aprehensión en contra de Gómez Urrutia y otros integrantes del sindicato por la probable comisión del delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita, en las modalidades de adquirir, cambiar, depositar y transferir recursos mal habidos.
Todo se debe a que Gómez Sada, antes de morir, negoció con Grupo México (Germán Larrea), dueño de Minera de Cananea y Pasta de Conchos, que aportara 55 millones de dólares que serían depositados en un fideicomiso para indemnizar a los mineros afectados por la privatización de la empresa. (Fideicomiso F/9645/2).
Se sabe que de esos 55 millones de dólares “Napito” distribuyó 22 millones a los trabajadores de Cananea y los 33 restantes los repartió en cuentas privadas a su nombre y de parientes.
Esta es la versión de Carlos Pavón Campos, quien fungió como secretario de Asuntos Políticos del Sindicato Minero y al final opositor de Gómez Urrutia.
Lo cierto, es que 12 años después, ya no hay orden de aprehensión en contra del aún líder minero, quien cuenta con el apoyo de importantes y poderosos sindicatos mineros de Canadá, Estados Unidos e Inglaterra, los “steelworkers”.
Muchas de las historias que se cuentan sobre Gómez Urrutia pueden ser ciertas, aun cuando parezcan contradictorias.
En efecto, es un líder minero que nunca trabajó en una mina.
Fue reelecto en ausencia a través de una videoconferencia.
No le pudieron probar que se agenció millones de dólares de los mineros, pero la sospecha está vigente.
Y ahora es poseedor de un escaño plurinominal por MORENA.
La gran pregunta es ¿A cambio de qué?
Solo ocurre en México.