Pablo Jair Ortega/Columna sin nombre
AMLO…
¡¡¡Campeón de las encuestas!!!
Lo que se ve no se juzga.
La revista Proceso lo resumió, en la edición que circula, en dos palabras: El Inamovible.
O, sea, que no puede moverse o cambiarse, pese a las embestidas de la “mafia del poder”.
Es el caso de Andrés Manuel López Obrador, quien, contra viento y marea, tiene una amplia ventaja que le dan todas, absolutamente todas las encuestas de intención de voto.
Según el periódico El Financiero, el candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”, encabeza las preferencias electorales con un 46 a 50 por ciento.
Ya falta menos para el 1 de julio y la figura del creador de Morena se agiganta día con día.
El estratega político Antonio Sola, artífice en 2006 de la campaña: “López Obrador, un peligro para México”, no solo reconoce que AMLO ya no es un peligro, sino que, además, pronostica se convertirá en el próximo presidente de nuestro país con una ventaja de 40 puntos.
En su reciente visita a Xalapa el líder de Morena pidió el voto parejo para todos los candidatos de su coalición, ante una multitud que le reiteró su apoyo incondicional.
Hay que reconocer que la encuesta es de quién la paga, y quien paga manda, pero en el caso del tabasqueño es una excepción a la regla, algo inédito.
Las hay “cuchareadas”, de “sastrería”, “patito” y también “serias” pero siempre expuestas al margen de error.
Los estudios demoscópicos ofrecen diferentes mediciones, aun cuando se apliquen en la misma circunscripción, pues todo depende de la intención de las preguntas.
Constituyen un instrumento fundamental de propaganda proselitista, pero no definen ningún proceso electoral. Lo que sí representan son “jugosos negocios”.
Se gastan miles de millones de pesos en un año electoral, dinero que proviene, en la mayoría de los casos, de nuestros impuestos.
Sin embargo, como una estrategia en la etapa final de las actuales campañas, algunos “genios” consultores han descubierto el hilo negro: los estudios de opinión son imperfectos.
Esto lo hacen para acabar de confundir al electorado.
Para fundamentar sus dichos hacen rigurosos análisis de los estudios y presentan deducciones a modo.
Lo que pretenden demostrar es que se pueden “operar encuestas” para inclinar la balanza hacia un candidato de su interés.
Pretenden dejar la impresión que la considerable ventaja que tiene Andrés Manuel López en la carrera presidencial es una quimera, que no hay nada decidido porque estos estudios no son certeros.
A tres semanas de la elección algunos encuestadores sostienen que la Silla del Águila aún no tiene dueño.
Sin decirlo abiertamente insisten en que “El Peje” es un peligro para México y que una muestra es la incertidumbre en las finanzas y la devaluación del peso.
En forma paralela, se desarrolla una campaña en redes para reimpulsar la candidatura de José Antonio Meade, al mismo tiempo que se asegura que Ricardo Anaya ya se estancó.
Tan es así que René Juárez, “El Zamorita del PRI”, afirma que, para el 10 de junio, dos días antes del tercer debate, Meade ya habrá remontado a Ricardo Anaya.
Hay que puntualizar que las encuestas fluyen y el candidato de MORENA, registra una enorme ventaja…y con amplio margen.
Unos aseguran que el primogénito del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien afirma que dos de sus hijos serán mandatarios “pese a quien le pese”, va ganando de calle.
Otros, comentan que se trata de una carrera cerrada y que hay un empate técnico con Cuitláhuac García.
Existen estudios demoscópicos que sostienen que el candidato de MORENA, gracias al efecto “Peje”, lleva una ventaja de 15 puntos y lo demuestran con actos masivos de López Obrador por la entidad.
Y para no quedarse atrás, la gente de Pepe Yunes sostiene que es el único candidato que creció 10 puntos en el mes de mayo.
Es factible, pues ha sido incansable su recorrido por el solar veracruzano para difundir sus propuestas de gobierno con todos los sectores de la sociedad.
Su gran reto es crecer un punto diario para hacer la gran travesura y llevarse la gubernatura.
Los que no se ven muy favorecidos por los estudios de opinión afirman que la verdadera encuesta es la del 1 de julio y a ella se atienen.
Mientras llega el día de la verdad, seguirán las mediciones y los bonos del tabasqueño difícilmente se verán afectados.
La misma clase política adversaria a los morenistas, reconoce que el día de la elección, el nombre de Andrés Manuel le dará la vuelta al mundo.