La despolitización del pueblo y sus nefastas consecuencias
Alfombra Roja para AMLO
Tercer Grado, programa de análisis que difunde Televisa en su segunda temporada, se ha convertido en un escaparate de los presidenciables.
Es un importante ejercicio que permite la confrontación entre quienes aspiran a suceder a Peña Nieto.
En su serie “Conversaciones”, cada aspirante expone a su modo y conveniencia, lo que puede y le permite el moderador de esta emisión.
Es, además, una oportunidad para difundir ideas, contrastar programas y visiones del país que los candidatos proponen para el futuro de los mexicanos.
Es una isla en un mar de spots en donde se ha podido observar a los aspirantes tal como son, con sus virtudes y debilidades, sin el maquillaje de sus promocionales.
Los tres primeros entrevistados fueron los principales aspirantes que lideran las encuestas, y que tienen posibilidad de llegar al poder.
Andrés Manuel entró al programa, ¡como Juan por su casa!
Ya no era un entrometido. Era un invitado especial por los Jeques de ese reinado.
Extraño, muy extraño, porque la empresa había vetado la imagen del incansable político tabasqueño en la programación de esa televisora.
Alguien aconsejó al Hijo del Tigre, retomar el espacio en mención para “conversar” con los candidatos al gobierno de la República.
El escenario, la alfombra aún teñida de rojo y la estrategia de “no agresión”, se planeó con semanas de antelación.
Y así sucedió.
El primero en pasar lista fue quien lidera las preferencias en las encuestas, el que rebasa con una alta viabilidad electoral.
López Obrador, percibió una extraña condescendencia de los comunicadores, y entró en confianza por el buen trato y razonable rigor en sus cuestionamientos.
Andrés Manuel respondió, con gran paciencia, cada uno de los planteamientos.
Los periodistas dejaron explayarse al aspirante quien sin presiones explicó el por qué quiere ser Presidente.
El acercamiento de Televisa con el propietario de Morena, marcó un hito en la historia política de México.
Saben que el tricolor no da señal de vida y menos la de ganar la elección presidencial.
Tercer Grado fue el programa elegido para sanar las heridas entre el consorcio y el aspirante que tiene un pie, y el otro también, en Palacio Nacional.
Le siguió José Antonio Mead. Fue severamente cuestionado, principalmente por representar a un partido en desgracia; no aceptó una anticipada derrota y remarcó que sigue en la pelea.
Su explicable tercer lugar, incapaz de emerger, se lo debe a su manager Peña Nieto y a su marca (PRI).
El tercero fue Ricardo Anaya. Se mostró evasivo y más resbaladizo que un pez enjabonado, esquivando preguntas prometedoras y dejando en el limbo muchas respuestas.
Por su parte, Pepe Meade, se enfrentó a los conductores del programa que de pronto se olvidaron de la condescendencia con que trataron a su primer invitado.
Los comunicadores se transformaron con preguntas de doble filo, punzantes e incisivas, buscando hacer caer al entrevistado en contradicciones, situación que no ocurrió.
Meade se mostró optimista a pesar de las encuestas que lo ubican en tercer sitio, pues comenta que apenas va el 41% de la campaña, pero eso sí, dedicó gran parte de su participación a “contrastar” sus propuestas con las de López Obrador.
«Tres veces, en tres ciclos electorales hemos visto inestabilidad cada vez que Andrés Manuel está cerca de ganar una elección», sostuvo el candidato “ciudadano”, que ahora está más cerca del PRI que nunca.
En el turno de Ricardo Anaya, los periodistas fueron picantes y sus respuestas no fueron tajantes en temas como la despenalización del aborto o los matrimonios del mismo sexo.
El panista afirmó que no tiene “absolutamente ningún interés” de dialogar con el presidente Peña Nieto para una negociación sobre el proceso electoral.
Y puntualizó que él no va a encarcelar al actual mandatario, ya que eso será función de una Fiscalía realmente autónoma.
“El Chico Maravilla” sostuvo una y otra vez que la actual elección es “una contienda entre dos” y que “al PRI ya no lo quiere el 85 por ciento de la población, pero a AMLO tampoco”.
En este escaparate político, Andrés Manuel… ¡Es puntero!