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Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
Lo Blanco y lo negro del Tío Fide
Una afamada casa editorial está a la espera de que Rafael “El Negro” Cruz, entregue la biografía no autorizada que detalla un grupo de comunicadores, sobre los secretos mejor guardados del ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán.
El libro tiene como título inicial “Lo blanco y lo negro del Tío Fide”, que revelará a la clase política nacional, pasajes desconocidos del habilidoso personaje cuenqueño.
“El Negro” Cruz ni es periodista y menos escritor, pero a su edad, posee una labia jocosa admirada por simpatizantes y temida por adversarios.
Saldrán a la luz pasajes negros y blancos del ex gobernador y de otros políticos incluyendo a los “Niños de la Fidelidad”, a quienes “El Negro” Cruz “les mató el hambre en su changarro de mariscos de Tepito”, cuando la fortuna no les sonreía.
Era la época de las vacas flacas, el tiempo de hacer talacha y medio comer a base de tortas, tamales y tacos, chesco por delante.
Hoy, la suerte y las circunstancias políticas los favorece; son millonarios gracias al gobierno próspero y al aprendizaje de los cuentos de Alí Babá.
Y ahí siguen trepados en cargos de elección popular.
Unos sobreviven protegidos por el fuero y otros andan a salto de mata.
Desde que tiene uso de razón “El Negro” ha convivido con políticos de altos vuelos y comunicadores del primer círculo nacional, gracias a la relación que desde muy joven forjó con su amigo, paisano y cómplice Fidel Herrera Beltrán.
Los dos son del mismo pueblo: Nopaltepec.
Los dos se las vieron muy “negras” para salir de sus penurias e inmiscuirse, con gran esfuerzo, a una vida distinta.
Los dos caminaron juntos en busca de la chuleta y una vida decorosa.
Uno vendía dulces de tamarindo y cocadas.
El otro trabajaba en una vulcanizadora. Parchaba llantas.
Los dos tuvieron “jaloneos” muy fuertes que llegaron a los manoteos y hasta recordatorios maternales.
Uno afirma que le salvó la vida en el arroyo de “La Peña” allá en el cerro de los nopales.
El otro lo niega.
“El Negro”, astuto y sagaz como es, ha seleccionado las leyendas urbanas de mayor impacto para plasmarlas en esta biografía no autorizada.
Salpicará a cada uno de los personajes de una cruda realidad que ha estado oculta por años en la bóveda de los secretos:
Lo bueno y lo malo del Tío.
Los amigos, las novias y las traiciones.
Su relación y matrimonio con Rosa Borunda.
Lo bueno y lo malo de su malograda amistad con el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, que será uno de los capítulos más relevantes y escabrosos.
Lo bueno y lo malo de Javier Duarte, Beto Silva, Juan Manuel del Castillo, Jorge Carvallo, Erick Lagos y Gina Domínguez, entre otros.
Lo blanco y negro del Tío Fide, narrado por su alter ego, su sombra durante años, el secretario sin cartera y el hombre de confianza del ex gobernador.
Llegó la hora.
Bomba política, en tiempos electorales.
Víctor Rodríguez Gallegos…
“El Negro” agitador
De niño tuvo que ingeniárselas para sobrevivir. Se las vio muy negras, como el color de su piel.
La pobreza invadía su hogar y tuvo que vender pan, ser mandadero, albañil, cerillo, plomero, mesero y hasta taxista, entre otros muchos oficios.
Era de cuna humilde.
Creció a base de golpes y porrazos.
Su nombre: Víctor Rodríguez Gallegos, originario de Coatzacoalcos, o sea, proviene de las aguas estancadas de un pantano.
Gracias a su mentor Marcelo Montiel, ex alcalde de Coatzacoalcos, vive plácidamente con una economía familiar resuelta.
Con una enorme habilidad, se hizo incondicional de Marcelo quien lo impulsó hasta colocarlo como administrador de los recursos federales de la delegación SEDESOL Veracruz.
Hoy en día perdió el rumbo y la humildad.
Repudia y se mofa de su ex patrón, quien lo sacó de la pobreza extrema.
Para llamar la atención, utiliza y agita a unos cuantos colonos que viven en la zona sur de Las Ánimas.
Los incita a que exijan al alcalde Hipólito Rodríguez que detenga la construcción del “Puente Paseo Netzahualcóyotl” mismo que representa una importante obra de infraestructura urbana.
Esta obra dará acceso y movilidad a 16 fraccionamientos, centros educativos y zonas comerciales ubicadas en ambos extremos. Más que un problema, representa un beneficio.
Los quejosos argumentan que el problema vehicular podría agudizarse y que se afectaría al medio ambiente.
Hay que puntualizar que los inversionistas cuentan con todos los permisos legales por las autoridades correspondientes para el desarrollo del fraccionamiento y la construcción del puente.
Se llevaron dos años para tener todo en regla y, ahora, por la actitud prepotente de un soñador a la alcaldía de Coatzacoalcos, la obra en cuestión se encuentra paralizada.
Víctor, “El Negro” Rodríguez tiene residencia en Coatzacoalcos y Xalapa (Las Ánimas), donde espera ansioso un milagro para obtener un espacio político en la próxima gubernatura, para seguir “cachando” y ordeñando los cargos públicos.
El alcalde Hipólito Rodríguez sabe que los inversionistas cumplen con todos los requisitos, por lo que debería actuar con mano firme y conforme a derecho.