Raúl López Gómez/Cosmovisión
BARAJA ELECTORAL
Mañana viernes 30 de marzo inician las campañas electorales presidencial que tendrán una duración de 90 días.
Será una auténtica batalla campal, sin precedentes.
El PRI, con una edad muy avanzada, se juega su permanencia en la vida política nacional.
El PAN, después de la elección, quedará despedazado y quemado.
El PRD, dividido y sin fuerza política.
El VERDE, desprestigiado y siempre “acomodaticio”.
MC, “cachando” y quitando cargos públicos.
MORENA, o “canta” la victoria tan anunciada o tendrá que llevarse al tabasqueño a Palenque.
Las cartas están sobre la mesa.
A nivel estatal los electores saben quién es quién en la baraja partidista.
El árbitro promete imparcialidad, pero una gran mayoría considera que los naipes están marcados.
La mesa está lista y corren las apuestas; a pesar de las manifiestas triquiñuelas, no se sabe quién ganará la partida.
En la disputa hay un As, un Rey y un Comodín.
La Dama que aparecerá en la boleta del Estado sólo va de relleno para restar votos a los morenistas.
Las diferencias personales y profesionales entre los aspirantes son abismales.
El As tiene mayor experiencia por su trabajo político, administrativo y legislativo, a nivel federal y estatal: Pepe Yunes Zorrilla.
El Rey, que busca ceñirse la disputada corona que ostenta su padre para instaurar una monarquía, es Miguel Ángel Yunes Márquez, “El Bodoque” como lo llama el suspirante de MORENA.
Y el Comodín, sin experiencia en cuestiones de gobierno, y principiante en tareas de gestoría en la Cámara de San Lázaro, es Cuitláhuac García Jiménez.
La Dama es Judith González Sheridan, protegida de Vicente Benítez, por órdenes superiores azules.
El As tiene el apoyo del PRI y Verde. Su imagen es la de un caballero de la política; sin embargo, arrastra el desastre político, económico y social que dejaron las administraciones del tricolor.
El Rey siente que cabalga “viento en popa” impulsado por el PAN-PRD-MC y la estructura del gobierno estatal, lo que al mismo tiempo representa un lastre.
Su padre, el gobernador, se ha empeñado en encumbrarlo para contener sus propias ansiedades y angustias, para verter las ambiciones insanas y pueriles.
Miles de veracruzanos rechazan el nepotismo y lo identifican con el fracaso gubernamental, sobre todo por la inseguridad galopante que se vive y el desempleo.
Y el Comodín que es producto del azar, tiene el apoyo de MORENA-PT-PES y se fortalece por el posicionamiento de su patrón López Obrador quien lidera por amplio margen las encuestas.
Su trayectoria más que política es en la academia. No ha desempeñado jamás un cargo administrativo gubernamental.
De la Dama hay poco que decir. Se la ha pasado saltando de partido en partido y ahora, por boca propia sostiene que su misión es restarle votos al Peje y a su “mandadero” en el Estado.
Pepe, con 48 años, ha sido alcalde de Perote, diputado local y federal; senador, así como dirigente del PRI. Es el más experimentado en lides políticas y con serias relaciones en las esferas administrativas del más alto nivel del gobierno federal.
Miguel Ángel junior, a sus 41 años, es el más joven de los tres. Impulsado por su padre incursionó de tiempo completo en la política hace 10 años y logró ser presidente municipal de Boca del Río en dos ocasiones y una vez legislador.
Cuitláhuac, a sus 50 años es, paradójicamente, el más bisoño en política. Su única elección fue la que ganó para diputado federal, representación a la que solicitó licencia para contender por la gubernatura.
Yunes Zorrilla es egresado del ITAM como licenciado en administración de empresas y es un especialista en cuestiones económica/financieras. Es un gran gestor de recursos en beneficio de los veracruzanos, como lo ha demostrado a lo largo de muchos años.
Es el As, la carta mayor del juego electoral para gobernar.
El Rey fue presidente de Boca del Río de 2008 al 2010, después diputado local de 2011 al 2013 y otra vez alcalde boqueño de 2014 al 2017.
García Jiménez es ingeniero mecánico electricista y tiene dos maestrías en el extranjero. Militó en el Partido Mexicano Socialista y desde 2013 hace política de tiempo completo.
En 2015 ganó la diputación federal por Xalapa y en 2016 compitió por la gubernatura de dos años. En esa ocasión dio la pelea pero no logró su objetivo. Ahora va por la revancha, enarbolando la bandera de la honradez a toda prueba de la que se jacta.
Los evangélicos lo cuestionan porque a sus 50 años es un “solterón” que huye del matrimonio y no tiene hijos; él se ríe y sigue obsesionado con la gubernatura.
Pero en la jugada electoral no gana el más valioso, el más experimentado. Gana quien tiene mayores recursos financieros y un “padrino” con toda la fuerza política para encumbrarlo.
Las encuestas son únicamente referentes que dibujan trazos de quien pudiera ser el virtual ganador el próximo 1 de julio.
Sin embargo, son los votos de los electores los que definirán el nombre del próximo gobernador.
En la auténtica democracia es el pueblo el que manda.
Para presidente de la República, Andrés Manuel, sigue puntero; Mead y Anaya, disputan el segundo lugar.