Bernardo Gutiérrez Parra/Desde el Café
Iglesia: pacto con crimen, agenda
histórica y capturar al Estado
La historia nacional recuerda que cada intervención pública de los intereses de fe
de la Iglesia católica ha terminado en guerras internas, invasiones extranjeras y disputas
por el poder terrenal. El Episcopado, con la anuencia de la Curia de Roma a la que le debe
obediencia, ha dado un paso estratégico para capturar al Estado durante la próxima
administración.
El tema de la seguridad aparece como la línea estratégica más débil e incumplida
del Gobierno del presidente López Obrador, pero más como una mala gestión de
comunicación política que de resultados reales: se ha pasado de la inseguridad que
involucraba a funcionarios y organismos policiacos a una numeralia que deriva de la
disputa entre cárteles por el control de territorios.
Detrás del Compromiso por la Paz que la iglesia sembró como una trampa a los
candidatos presidenciales –sobre todo a la abanderada oficial Claudia Sheinbaum Pardo–
se localiza la intención de convertir a la iglesia en un eje de seguridad pública, cuando por
razones constitucionales y de soberanía la seguridad pública en México es un asunto de
seguridad nacional y de seguridad interior del Estado y del gobierno federal.
El trasfondo del documento del Episcopado es muy directo: obligar al próximo
gobierno a pactar una nueva gobernanza con las bandas del crimen organizado, como ha
estado ocurriendo en las zonas donde obispos se sientan a negociar con criminales para
ofrecerles garantías de impunidad a cambio de una disminución de la violencia. No se
debe olvidar que el crimen organizado sólo respeta a la iglesia porque representa el poder
de Dios y las jerarquías locales se han beneficiado de las narcolimosnas.
En el fondo, la propuesta de la Iglesia no difiere mucho de la estrategia del
presidente López Obrador: un punto central se localiza en la propuesta religiosa de
restaurar el tejido social, pero en términos terrenales no es otra cosa que la tesis
lopezobradorista de atacar las causas de la violencia con atención a las corrientes sociales
que han sido abandonadas por las políticas públicas.
El documento de la Iglesia reveló una de las insuficiencias más importantes de la
estrategia de reconstrucción política del Gobierno de López Obrador: su origen religioso
cristiano y de algún grupo no dominante del catolicismo. La jerarquía que depende de los
intereses de la Curia de Roma estaba acostumbrada a hincar ante el poder del Vaticano a
los presidentes mexicanos: Salinas les otorgó el perdón jurídico a cambio de su propia
legitimación, Zedillo quedó atrapado en los intereses del Opus Dei, Fox se hincó ante el
Papa y enarboló un pendón de la Virgen de Guadalupe, Calderón metió a la iglesia a la
política a través del PAN vía la Democracia Cristiana Internacional que hoy está detrás de
los ataques del Partido Popular, Vox, el yunque España-Puebla y el presidente ¿socialista?
Pedro Sánchez y Peña Nieto se convirtió en un acólito del episcopado.
Lo que tiene que aclararse primero es si el documento Compromiso de la Paz es un
posicionamiento político histórico de la Iglesia católica, una respuesta a peticiones de sus
feligreses que padecen la violencia criminal en sus comunidades, una solución real en la
recomposición del poder político del Estado que es el único que tiene capacidad para
enfrentar a la delincuencia o una reorganización de las relaciones del poder de la Iglesia
con el estado.
En este contexto, el documento del Episcopado debe ubicarse en la larga lista de
confrontaciones de la Iglesia con el Estado: la Santa Inquisición durante la ocupación
española, el poder religioso que sometía al Estado en las Constitución de 1824, la iglesia
detrás de Santa Anna, las 15 Leyes de Reforma que representaron la gran victoria civil
sobre el poder eclesiástico, la intención de Elías Calles de crear una iglesia mexicana tipo
la anglicana, la contrarrevolución cristera, la guerra civil por la ley Elías Calles de control
de la Iglesia y la entrega del Estado al poder eclesiástico que Salinas obligó al PRI a
presentarla como iniciativa de ley.
Lo que falta por saber es decir compromiso por la paz será la estrategia de
seguridad del próximo gobierno con Sheinbaum o Xóchitl al frente del Estado.
Política para dummies: la política es la antítesis de la fe.
Hoy en El Independiente TV: https://www.youtube.com/@el_independiente:
hoy en la mesa de debates la economía en la campaña.
El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva del columnista y no del
periódico que la publica.
[email protected]
http://elindependiente.com.mx
@carlosramirezh