Raúl López Gómez/Cosmovisión
En estos días se cumplieron 200 años de relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos. La realidad que comparten ambos países ha sido y es muy compleja, pero en los últimos tiempos ha escalado a una situación alarmante. Tenemos un saldo negativo si nos vemos como una región que comparte mucho más que vecindad.
La violencia que padecemos en México ya es insostenible, y mucha es provocada por una cuestión de causa y efecto entre ambas naciones. Por tanto, las estrategias para detener los crímenes, el terrorismo que padecen decenas de poblaciones a diario, deben ser conjuntas, tienen que responder a un diseño que garantice la seguridad regional.
Por México pasa la droga que va con destino a Estados Unidos, y todo representa un negocio que se disputan cárteles y grupos delictivos, dejando en este paso miles de muertos mexicanos. Estos criminales además, alargan sus brazos a otras actividades como la extorsión, el secuestro, la venta en territorio nacional, todo dejando un derramamiento de sangre, que está llegando a niveles históricos.
Cuando aseguramos que el problema y la solución debe ser en conjunto es porque el trasiego de drogas a Estados Unidos ha propiciado que, en 2021, unas 107 mil personas murieran de sobredosis en aquel país; esta cifra corresponde a un aumento del 15% en comparación con 2020, y la tendencia sigue en aumento para este año.
A 200 años de sus relaciones diplomáticas, deberían pensar en reformular esta conexión inseparable. Es tiempo de que, con madurez, definan qué se necesita para que vivan en paz ambas naciones. Se ha manejado un falso debate de la soberanía, pero ésta no puede existir si el miedo y la violencia son las que privan territorios enteros.
México parece estar en permanente guerra interna. Hace unos días en la población de Guerrero, el Durazno, en el municipio de Coyuca de Catalán, 7 personas fueron asesinados afuera de una escuela, a pesar de que la población dio aviso a las autoridades, casi 24 horas permanecieron los cuerpos tirados, fueron los propios pobladores quienes tuvieron que dar atención a algunos heridos, uno menor de edad.
En Zacatecas, otro estado con una creciente violencia, recientemente se asesinó a un juez, hubo intento de fuga de una cárcel estatal, se bloquearon avenidas, y era recurrente escuchar fuego cruzado, lo que puso en alerta a las autoridades federales, sin embargo, a pesar del refuerzo de elementos de seguridad, la situación sigue siendo de incertidumbre.
Así podemos seguir enumerando los casos de terror que se vive en todo México, y muy posiblemente todo tenga que ver con sus negocios, con que no se tientan el corazón si alguien quiere arrebatarles un tanto de poder, y todo está enlazado en una economía que tienen vínculos en ambos lados. Además, si tomamos en cuenta el tratado comercial que sostienen los países, a nadie le conviene un socio que no puede controlar su peor enfermedad.
En el marco de la conmemoración de los 200 años, Joe Biden, presidente de Estados Unidos mencionó que «estamos conectados irrevocablemente», que los dos países comparten «un conjunto de valores», pero es mucho más lo que tienen en común, tienen la responsabilidad de velar por la seguridad y vida de sus pueblos, y están en falta.
Que esta fecha sirva para la reflexión y replantear la relación. Que la próxima meta sea la seguridad binacional, porque se puede vivir en paz, se puede vivir en armonía, pero hace falta que pongan sobre la mesa lo que realmente le preocupa a la gente: su seguridad y la de su familia. No esperen otros 200 años.