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Samuel Aguirre Ochoa/Avanza el mundo multipolar
Hay un refrán popular que dice: “Si estás bien con Dios, ¿a qué vas a pedirle favores al diablo?” Y viene muy al pelo porque algo así le está pasando al diputado plurinominal morenista Diego Castañeda Aburto, a quien se le queman las habas por ser el nuevo titular de la Fiscalía General del Estado.
Pero el tipo anda más perdido que una pulga en un perro de peluche.
Diego, que es Presidente de la Comisión de Procuración de Justicia en el Congreso local, cuenta a quien lo quiera escuchar, que la FGE es una promesa que le hizo la gobernadora Rocío Nahle y se la va a cumplir.
Pero en su afán por consolidar la posición que desea está buscando donde no debe, es decir, anda coqueteando con el diablo, en detrimento de la cercanía que dice tener con la gobernadora.
Una de las versiones que circulan en Radio Bemba, es que Diego buscó en los pasillos legislativos del Senado de la República, al tabasqueño Adán Augusto López Hernández, amigo cercanísimo ahora de la familia Yunes Linares-Márquez, para solicitarle su respaldo y llegar a la FGE.
¿Sabrá el norteado legislador que desde que Adán anda del brazo y por la calle con los Yunes de El Estero, Rocío no lo puede ver ni en pintura? ¿Estará enterado del concepto en que lo tiene hoy la gobernadora?
Cuentan los enterados que Adán ni lo hizo entrar a su oficina; lo recibió en el pasillo y ahí le dio un batazo de jonrón.
Y es que nadie imagina otra reacción de Adán con un tipo tan desinformado que no lee los diarios, no escucha los noticieros radiales, un tipo que no se asoma a los portales de noticias y que ni siquiera ha de ver los noticieros de televisión, pero que quiere ser Fiscal General de Veracruz.
Que no sepa del distanciamiento entre su jefa la gobernadora con Adán Augusto López es hasta imperdonable.
Pero no paró ahí el asunto.
Después de recibir semejante portazo se plantó ante César Yáñez Centeno, Subsecretario de Gobernación y le planteó lo mismo. “Suplicarle señor Subsecretario que me eche la mano para ser el próximo Fiscal General en Veracruz” le habría dicho. Y quienes lo conocen dicen que agregó: “Créame que sabré agradecerle”.
Ofendido, César lo mandó al diablo y lo tomó a loco preguntándose quizá: “Como es que este sujeto viene a mi con semejante petición, cuando debería hacérsela a la señora gobernadora que es su jefa política”.
Si las versiones son ciertas ya lo debe saber la gobernadora, que si alguna vez se fijó en él para la Fiscalía, lo debió borrar de un plumazo. Y Diego Castañeda Aburto debe estar desesperado, desorientado y bien pasmado.
Y algo de cierto debe de haber en los trascendidos porque hasta sus mismos compañeros de Morena en el Congreso lo apodan “El Tehuacán sin gas”.
Ni hablar, como decían los viejos políticos: hay días de sumar, días de sumarse y días de sumirse. Y parece que así fueron estos días en la Ciudad de México para el legislador morenista, que en definitiva ya no debe ser tan cercano a la mandataria veracruzana.
Si como el presume, la señora Nahle le había prometido la FGE, ¿a qué rayos fue a México a pedirle favores al diablo disfrazado de Adán Augusto?
Y se le vino su teatro encima porque un sujeto presumido, petulante, pagado de sí mismo y bien norteado, no tiene por qué ser Fiscal General del Estado.