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Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
El presente año representa dos importantes conmemoraciones para los pueblos mexicas del altiplano central de México. A finales de febrero se conmemoran los 500 años del asesinato del último Huey Tlatoani Cuauhtémoc, ocurrido el 28 de febrero de 1525. Asimismo, se celebran los 700 años de la fundación de la Ciudad de México, que se remonta al año 1325 en el Valle de México – Tenochtitlan. Estos son grandes acontecimientos para el pueblo azteca.
El gobierno federal ha ignorado estas efemérides tan importantes para la conciencia nacional. Según tengo entendido, ha declarado el año 2025 como el «Año de las Mujeres». En el caso particular del quinto centenario del asesinato del último monarca azteca, se suma a una serie de acontecimientos, incluidos el primer asesinato de un fraile franciscano muy cercano al emperador Carlos V de Alemania y I de España, Fray Juan de Tecto, quien pertenecía a la primera generación de frailes católicos que llegaron a las tierras del Nuevo Mundo para la evangelización de los indígenas, siguiendo la recomendación testamentaria de Isabel de Castilla (1453-1505). El único responsable del magnicidio fue el conquistador extremeño Hernán Cortés (1485-1547).
El Imperio Azteca, fundado en 1325, tuvo un periodo de duración de cerca de dos siglos, dominando el territorio que hoy conocemos como Mesoamérica. En la primavera de 1519, llegó la tercera y definitiva exploración castellana encabezada por Hernán Cortés, 27 años después de que el genovés Cristóbal Colón «descubriera» estas tierras, según la perspectiva del lector.
Hernán Cortés, junto con un puñado de hombres de la península ibérica, un par de africanos y aborígenes taínos, logró, con el apoyo de poblaciones originarias, derrotar militarmente a los mexicas en dos año. Es importante destacar que los europeos eran, tecnológicamente, superiores a los aztecas.
El monarca Moctezuma dio crédito a los presagios propios de sus creencias religiosas, como el retorno de Quetzalcóatl, pero también hubo descontento entre los pueblos sometidos por los impuestos y la habilidad negociadora de Hernán Cortés con los gobernantes totonacas y, más tarde, tlaxcaltecos.
Entre 1519 y 1525, Mesoamérica estuvo gobernada por tres Huey Tlatoani: Moctezuma (1466-1520), quien murió a consecuencia de una pedrada en 1521; Cuitláhuac, quien gobernó por un breve tiempo antes de morir debido a la viruela; y Cuauhtémoc, quien gobernó sin poder real y fue asesinado en la región maya en 1525, hace justamente 500 años. Él es el gran representante de la resistencia de su pueblo.
La biografía de Cuauhtémoc es, sin duda, un gran reto de investigación, y uno de los principales problemas es la escasez de fuentes sobre el último emperador mexica. Entre los códices y las fuentes occidentales, se encuentran los primeros cronistas y el propio Hernán Cortés, con sus cinco cartas de relación dirigidas al emperador Carlos I de España (1500-1557). Dichas cartas son la versión personal del conquistador sobre sus actividades desde la primavera de 1519.
Cuauhtémoc, el próximo viernes 28 de febrero de 2025, en el marco de los 500 años de su asesinato, será recordado junto a un grupo de nobles mexicas y al fraile franciscano Juan de Tecto, quien tenía cercanía con el emperador Carlos V. Sin embargo, el actual gobierno federal y de la Ciudad de México solo realizará un funeral de Estado para el último emperador, ignorando a los demás que también fueron asesinados ese martes de Carnaval en el sureste del país.
Los dos primeros siglos tras el asesinato de Cuitláhuac pasaron en total silencio, bajo el dominio de la Corona Española. En el tercer centenario, en 1825, durante la construcción de la nueva nación mexicana, comenzaron los primeros reconocimientos al héroe de la resistencia del siglo XVI. En el cuarto centenario, bajo el gobierno de Plutarco Elías Calles, se llevaron a cabo actos conmemorativos. Durante el Porfiriato, hubo una revalorización histórica, impulsada por profesionales del pasado. En el quinto centenario, el gobierno federal ha utilizado una falsa bandera en el rescate del romantizado mundo indígena. No ha habido voluntad política para designar el año 2025 como el «Año de Cuauhtémoc», a 500 años de su asesinato.
En los últimos dos años ha surgido un debate entre los propios descendientes del monarca mexica, en relación con el descubrimiento de los restos de Cuauhtémoc por la científica social Eulalia Guzmán en 1949. Tres años antes, también se habían descubierto los restos del conquistador Hernán Cortés. Desde hace 70 años, existen dos corrientes: la oficial, desde el gobierno federal, que niega la autenticidad de los restos, y otra que sostiene, con argumentos sólidos, que sí son los del último emperador. Pablo Moctuma Barragán y Eduardo Matos Moctezuma, ambos descendientes directos de la clase gobernante mexica, han expuesto sus puntos de vista en foros y publicaciones. Pablo Moctuma Barragán publicó en 2024 el libro *Cuauhtémoc: Águila que retoma el vuelo*, y tuve la oportunidad de comentar en su presentación aquí en Xalapa, en el Colegio de Veracruz (cfr. https://youtu.be/fXN11rygMWU?si=ow56qQ5kWEFjJI5E).
Hernán Cortés es responsable de la matanza de Cholula, de la matanza de la fiesta de Tóxcatl, del asesinato de Moctezuma y también del de Cuauhtémoc y sus compañeros. Es importante señalar que toda conquista ha sido siempre un hecho violento, incluso en las conquistas amorosas.
Cuauhtémoc, como miembro de la clase gobernante, estuvo muy cerca de todos los acontecimientos de la conquista desde la primavera de 1519 y formó parte de los militares mexicas que no vieron con buenos ojos dichos acontecimientos. Una vez que cayó el Imperio Mexica en el verano de 1521, el 15 de octubre de ese mismo año, Cuauhtémoc y Teplepanquetzal, tlatoani de Tlacopan, integrante de la Triple Alianza, también fueron parte de esta historia.
Existen varias explicaciones sobre el asesinato de la alta clase gobernante mexica y su derrota por los occidentales. En los primeros años tras la caída del imperio, aún había una inmensa población de pueblos originarios, y los conquistadores, desde sus primeros días en estas tierras, lograron establecer alianzas estratégicas primero con los totonacas y, meses más tarde, con los tlaxcaltecos. Cuauhtémoc, mientras viviera, representaba una gran amenaza para los conquistadores, por lo que Cortés tuvo que sacarlo de sus dominios y llevarlo hasta la región maya. El asesinato del monarca mexica fue el pretexto para organizar una rebelión. A pesar de su situación física, el liderazgo que tenía Cuauhtémoc, lejos de sus pueblos gobernados, era más fácil de controlar para los conquistadores.
Junto a Cuauhtémoc, tambien asesinados : Teplepanquetzal, Coanacoch, tlatoani de Tetzuco, y los capitanes Ecatzin, Temilotzin, dirigentes de la Tripe alianza ( Tenochtitlan, Texcoco, Tlacopan) y el fraile franciscano Juan de Tecto. Los mexicas antes de su asesinatos fueron bautizados, recibiendo nombre cristianos.
La gran polémica sobre los restos del joven gobernante mexica, que tenía apenas 24 años, persiste. Aún no se han puesto de acuerdo sobre la fecha exacta de su nacimiento.
A 500 años del asesinato del último Huey Tlatoani Cuauhtémoc, el héroe de la resistencia, continúa volando en el suelo nacional.