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No hay país tan democrático como México: Sheinbaum
MÉXICO, DF, 23 de septiembre de 2015.- Han pasado 10 años desde que se publicó “Los demonios del Edén”, obra de investigación periodística sobre comercio y abuso sexual infantil pero hasta la fecha el sistema judicial mexicano, con más herramientas legales y de indagación, no consigue sentenciar a todas las personas investigadas por ese delito, entre ellos a Miguel Ángel Yunes Linares, Kamel Nacif y Mario Marín.
Las redes de pornografía infantil y trata de personas cambiaron su modo de operar en el ámbito cibernético señaló la autora del libro, Lydia Cacho, quien acompañada de Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), presentó una nueva edición de su obra, con el título “Los demonios del Edén. El poder que protege a la pornografía infantil”.
Con tres nuevos capítulos donde hace un balance sobre la situación actual de la trata de personas y la pornografía infantil en México, la periodista hizo hincapié en que a los señalados “si no los tocó la justicia, los tocó la sociedad”.
En 2014, la periodista logró que el empresario Jean Succar Kuri, uno de los principales operadores de la red de corrupción y pornografía infantil, fuera condenado a 113 años de prisión.
También logró que Kamel Nacif, empresario de la mezclilla, cerrara al menos 15 maquiladoras en México y que la compañía Disney finiquitara su sociedad gracias al empuje ciudadano en Estados Unidos.
En el caso del diputado federal por el Partido Acción Nacional (PAN), Miguel Ángel Yunes Linares, destacó que existen investigaciones en su contra por delitos de otra índole, pues “si bien la justicia social no lo castigó por estos hechos, hubo una reacción cívica que lo tocó en dos aspectos: el prestigio y el dinero”.
Por su parte, el exgobernador de Puebla, Mario Marín, quien en su momento defendió a Kamel Nacif y avaló la detención y tortura psicológica contra la periodista, intentó sin éxito convertirse en senador.
Los priistas decidieron no apoyar a Marín en su postulación al Congreso por los costos políticos que implicaría. “Lo han sacado de varios lugares, se le ha impedido hacer negocios de inversión y ya no tiene fuero federal. Ha quedado como paria social. Si no lo tocó la justicia, lo tocó la sociedad”, sentenció Cacho.
Lydia Cacho denunció que los agentes del Ministerio Público siguen sin estar lo suficientemente capacitados para actuar en casos de trata de personas y pornografía infantil, además de que mantienen una sobrecarga de trabajo que obstaculiza su labor.
Asimismo, criticó que después de 2007 el gobierno mexicano retirara los fondos que permitían que los refugios pudieran atender de manera integral a las víctimas de trata de personas.
Tras una década de hostigamiento y persecución por parte de la red de empresarios y funcionarios que Cacho denunció en su libro, la comunicadora consideró que sí hubo consecuencias contra sus atacantes.
“La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito dio a conocer que la red de pornografía infantil de Succar Kuri se debilitó después de la denuncia periodística”.
Su obra, dio, “nos ayudó a entender que el periodismo sí tiene una misión muy importante y un impacto en la sociedad”.
Lydia Cacho fue detenida en diciembre de 2005 y encarcelada por los supuestos delitos de difamación y calumnia, después de que el empresario Kamel Nacif Borge –presunto involucrado en la red de trata y prostitución infantil– la denunció ante un juzgado en el estado de Puebla. Cacho pagó la fianza impuesta y salió libre.