Paran labores en Normal Veracruzana por violación a su autonomía
XALAPA, Ver., 29 diciembre de 2015.- Tirar los televisores a la basura significa un grave problema de contaminación, pues al desintegrarse, las tarjetas que contienen estos aparatos, conocidas como “galletas”, que son circuitos que contienen diferentes químicos, se vuelven tóxicos al hacer contacto con el aire, comparándose con la oxidación de una pila al aire libre.
Este 31 de diciembre la señal de televisión en Veracruz migrará de analógica a digital, por lo que quienes tienen centros de acopio insisten en que quienes no adapten decodificadores o contraten servicio de señal por cable o satelitales para sus viejos aparatos, no los tiren, si no que los lleven a estos lugares para que reciban el tratamiento adecuado y se reduzca así el nivel de contaminación.
Los metales pesados de las piezas de la televisión se derriten poco a poco y al caer al suelo contaminan los mantos acuíferos. Aunque es un proceso largo, si se toma en cuenta que se deseche una mayor cantidad de estos aparatos con el cambio de señal analógica a digital, el daño se potencializa y acelera.
Un televisor expuesto al aire libre acumula líquidos que con el tiempo producen el desprendimiento de contaminantes dañinos a la tierra y al agua, estos componentes se desprenden de los indicadores que contienen estos aparatos, por lo que tirarlos a la basura representará un serio problema ambiental.
“En un basurero, lo que hay abajo es tierra, los materiales traspasan la superficie y llegan a donde hay agua, lo que hacen es contaminarlos. Una televisión, como una pila, puede contaminar varios elementos naturales, alterarlo a tal forma que deja de ser funcional”, explicó Ignacio Parra, presidente de la Fundación Bizarro A.C.
Ante este riesgo, los centros de acopio de los televisores son una alternativa para tratar adecuadamente los aparatos que se han vuelto obsoletos y evitar que funjan como contaminantes. Es exponiendo al aire libre a los televisores como quienes tratan la basura electrónica desintegran estos aparatos.
“Nos encargamos de desarmar los componentes, no se recupera nada para reusar o revender, aunque los técnicos buscan piezas como refacciones, pero no es nuestra función, tampoco préstamos o regalamos partes ni para que hagan figuritas de manualidades, ni nada de eso, porque es darle la vuelta”.
Una vez desarmados, los componentes de los televisores se dividen en tres grupos: el plástico, que a diferencia del pet, no es reciclable, se descompone al estar expuesto en un contenedor hasta que se cristalice en un periodo de dos semanas para luego entregarlo a empresas dedicadas a procesarlo en ese estado.
Luego se separan los circuitos electrónicos, el fierro, las tarjetas y el cinescopio. Las tarjetas se revisan en un espacio especial donde se les retiran algunos filtros que contienen elementos contaminantes, posteriormente se aísla el cinescopio. Los elementos contaminantes extraídos de las tarjetas se envían a una empresa a la ciudad de Toluca, Estado de México para un proceso de fundición.
“En Veracruz no tenemos este tipo de infraestructura, ya sea por el lado financiero o cualquier otro, no existen medios para fundir este tipo de componentes. Entre las empresas que nos dedicamos a esto, nos ponemos de acuerdo y los enviamos a esta empresa para que a su vez, llegue a Texas”.
Desde mediados de año, la Fundación Bizarro comenzó a recibir más televisores, pero se contempla que aumente tras el apagón analógico.
“A veces llegan cinco u ocho televisores así, algunos esperan algo a cambio. No siempre podemos darle ese beneficio, porque nos dedicamos sólo a recibirlos”.
A partir de los años 80, la utilidad de los aparatos se ha reducido, pero fue en 2000 cuando se acortó aún más tras los convenios de las grandes empresas, generando así el aumento de desechos electrónicos. Una pantalla actualmente dura en promedio tres años.
Las instalaciones de Fundación Bizarro se encuentran en la avenida 20 de noviembre, número 174, y pueden contactarlos en la página de Facebook: “Fundación Bizarro A.C.”, en Twitter como “funbizarro” y en el número 8 20 41 93.