Carlos Ramírez/Indicador político
Como muchos otros mexicanos, tal vez usted acostumbre a tomar una taza de café al despertar, mientras lee, de camino al trabajo o una jarra completa mientras permanece en la oficina. Detrás de esa aromática taza, hay una añeja crisis entre los productores que no se vislumbra a ser resuelta.
A nivel nacional, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagarpa), reconoce que para México, el café representa una actividad estratégica pues emplea a más de 500 mil productores, en cerca de 690 mil hectáreas de 12 entidades federativas y 391 municipios.
Las mismas cifras de la dependencia federal arrojan que el cultivo del aromático involucra exportaciones por 897 millones de dólares al año, además de que nuestro país es el principal productor de café orgánico del mundo, destinando a esta el 10 por ciento de la superficie; además de que vincula directa e indirectamente a cerca de 3 millones de personas y genera un valor en el mercado de alrededor de 20 mil millones de pesos por año.
Vital importancia toma en este estado del sureste el hecho, cuando somos la segunda entidad productora con una superficie –según datos del Gobierno de Veracruz-, de 153 mil hectáreas que producen un millón 300 mil quintales y benefician de manera directa a 300 mil familias dedicadas a este cultivo.
Así, Veracruz está considerado de alta producción dado que el 84 por ciento está concentrado en Chiapas, Veracruz, Oaxaca y Puebla, el 15 en Guerrero, San Luis Potosí, Nayarit e Hidalgo y el 1 por ciento en Jalisco, Querétaro, Colima y Tabasco.
Sin embargo, vale la pena revisar los montos de apoyo de fomento productivo al café durante el sexenio anterior para los productores veracruzanos del grano: 109 millones 560 mil pesos en 2007, 104 millones 351 mil pesos en 2008, 112 millones 896 mil pesos al siguiente año: 106 millones 398 mil pesos en 2010, 58 millones 729 pesos en 2011 y 82 millones 499 mil pesos el último año de la gestión albiazul.
Y es que lo anterior viene a colación porque hace apenas unos días, en el marco del aniversario luctuoso del Caudillo del Sur, Emiliano Zapata, cientos de integrantes de organizaciones productoras, se inconformaron por las bases y lineamientos del Programa Pro Café, y el cual tiene como objetivo contribuir a incrementar la producción y productividad de las unidades económicas rurales agrícolas, mediante incentivos de inversión en capital físico, humano y tecnológico a Productores de Café, dando prioridad a las 12 entidades productoras.
Lo cierto es que el Programa, que apoya a los productores en diversos rubros como en infraestructura y producción de planta en viveros tecnificados (6 mil 500 pesos por productor); la adquisición de planta de café arábiga (mil 500 pesos por productor), en incentivos económicos -que se establezcan a través del “Fondo de Estímulos Productivos para Pequeños Productores”-, (mil 300 pesos por productor) y hasta 900 pesos por acompañamiento técnico para el impulso productivo al café, pide demasiado papeleo, demasiada burocracia al productor, lo que deja fuera a cientos de cafeticultores cuyas pequeñas producciones no alcanzan ni una hectárea.
¿Y entonces?
@YamiriRodriguez