Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
México, subcampeón mundial en impunidad
Siempre hemos creído que los mayores problemas de nuestro país son la corrupción, la violencia y la desigualdad, cuando en realidad la impunidad es causa principal de tanto dolor nacional; el gran reto para fortalecer nuestra democracia.
De la impunidad deriva violar la ley como apuesta segura –de cada cien delitos sólo se castigan dos–; delinquir es buen neogicio…
La impunidad florece a costa de marchitar leyes y reglamentos; creer en la justicia es pura candidez.
Si bien diputados y senadores presumen brindarnos el marco legal para combatir corrupción y falta de transparencia, en realidad los cambios cacareados resultan insuficientes. Aunque existan penas severas y más reglas para fortalecer a las instituciones del Estado –organismos con uñas y dientes para castigar– en realidad todo cambia para quedar igual a causa de la impunidad.
El Índice Global de Impunidad elaborado por la Universidad de las Américas (UDLAP) y el Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de Puebla es rotundo. De acuerdo con datos del INEGI y la ONU, estamos al fondo de la tabla mundial; entre 59 países medibles… sólo Filipinas está peor que nosotros.
¿Por qué nos ahorca la impunidad?
Tenemos más policías que el promedio de los países medidos por la ONU, pero los guardianes de la ley trabajan en condiciones lamentables; los agentes del Ministerio Público son pocos e impreparados; el déficit de jueces es brutal –tenemos diez veces menos impartidores de justicia que las naciones mejor calificadas–; el sistema penal es lento e ineficaz; las cárceles están colmadas de inocentes, atiborradas de procesos pendientes…
Nos gusta engañarnos pensando que los documentos aprobados en el Congreso son recetas mágicas, capaces de surtir efecto con sólo invocarlas… nada más falso.
¿Nos hace falta un proceso traumático –como lo courrido en Europa del Este– para reconstruir nuestro andamiaje institucional y exorcisar de veras al demonio?
EL MONJE LOCO: ¡Arriba Xóchitl Gálvez! La panista hidalguense tiene luz verde para contender por la Delegación Miguel Hidalgo; rescatar para los azules el bastión perdido frente al PRD… pero sus adversarios políticos tienen memoria… y no perderán el tiempo para recordarnos que Xóchitl quedó manchada por el escándalo –hace tres años– detonado por su hermana Malinali, aprehendida por ser integrante de una banda de secuestradores… y por los pecados de Catalina Gálvez, la otra hermana sindicalista y “aviadora” del gremio magisterial.
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