Carlos Ramírez/Indicador político
Entonces, ¿nos vamos con AMLO?
¿Qué pasó con la ola populista latinoamericana que fustigaba a voz en cuello a los que no creían en la “revolución bolivariana”?
Los que no estaban de acuerdo con ellos eran “cachorros del imperio”.
Ellos nos recomendaban (Chávez y Fidel Castro lo hicieron con todas sus letras) elegir presidente de México a Andrés Manuel López Obrador para alcanzar la emancipación de los pobres.
¿Y cómo les fue en su aventura populista? ¿Bien?
Qué tal si hubiéramos seguido sus consejos.
Esos países están hechos pomada económica y políticamente, corrompidos hasta la médula pues se lo robaron todo.
La ex Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, está siendo procesada por administración fraudulenta al vender dólares baratos, del Banco Central, a empresas que sufragaban sus gastos de campaña.
El señalado prestanombres de los muy bolivarianos y anticapitalistas señores Kirchner, Lázaro Báez, está preso sin poder comprobar cómo se hizo de unas 400 propiedades urbanas y rurales –como lo narró este fin de semana Mario Vargas Llosa en su Piedra de Toque-, más de un centenar de automóviles, más casas y departamentos en Miami.
¿Y la inflación en Argentina? Del 40 por ciento, que golpea más a los sectores pobres que vivieron engañados en una economía ficción. Algunos servicios básicos debieron elevarse hasta en 300 por ciento.
Dilma Rousseff cayó envuelta en las llamas del escándalo de corrupción más grande de la historia de Brasil, que ha implicado un saqueo a Petrobras por 31 mil millones de dólares, según estima Graca Foste, ex presidenta de la empresa estatal.
Ella es acusada de irregularidades administrativas, pero su equipo alrededor, como el tesorero del Partido del Trabajo, Joao Vaccari, está en la cárcel por blanquear sobornos que exigía a nombre del partido. Dilma dice que no sabía de eso. (¿No le recuerda el caso del entonces secretario particular de López Obrador, otro bolivariano de cepa, que exigía maletines con dólares?).
Toda esa rapiña, en nombre de los pobres y su bienestar.
¿Y cómo dejó a la economía de Brasil la aventura populista? Este año va a decrecer -2.5 por ciento, de acuerdo con el Banco Mundial.
Los que salieron de la pobreza a través de subsidios volverán a su triste condición, porque fue un progreso de mentiras.
Venezuela, el líder de los socialistas bolivarianos, está en la calle y con los líderes de la oposición en la cárcel por oponerse al presidente Nicolás Maduro.
El FMI informa que para este año los precios en ese país subirán 720 por ciento y en 2017 dos mil 200 por ciento.
Moisés Naím y Francisco Toro relatan la situación venezolana en un espléndido reportaje publicado el domingo en El País:
“Las tasas de mortalidad se disparan; los servicios públicos se desmoronan; la inflación de tres cifras ha sumido a más del 70 por ciento de la población en la pobreza; una oleada de crimen incontrolable obliga a la gente a permanecer encerrada en sus casas; los consumidores tienen que hacer cuatro o cinco horas de cola para comprar; los recién nacidos, y también los ancianos y enfermos crónicos, mueren por falta de medicamentos y aparatos sencillos en los hospitales. Ahora hay una auténtica hambruna”.
¿Entonces? ¿Nos vamos con López Obrador?
*Este texto es responsabilidad absoluta del autor