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LAS PUENTES, Coatepec. 11 de enero de 2015.- Siete de la mañana. Un frío cala al cuerpo, pero el corazón está cálido, tranquilo. El pueblo es confundido con San Marcos, Xico, porque sólo los separa el río, pero es fácilmente identificable por una magnánima estatua de San Rafael Guízar y Valencia que está sobre un pedestal de 8 metros.
Los mismos pobladores desconocen porque el lugar se llama “Las Puentes” y regularmente es mal llamado como “Las Fuentes”. Se habla de que hay unos 700 habitantes.
En los últimos años, éste fue el refugio del periodista César Augusto Vázquez Chagoya; “El Licenciado” o “El Lic”, como era más conocido en esta comunidad. Pese a las limitaciones, el también ex político y policía, apreciaba este lugar por su relativa lejanía del tráfico y ruido de Xalapa, por ser un lugar con mucho agua y porque es un punto medio entre dos pueblos bellos, con clima agradable y de mucha tranquilidad: Xico y Coatepec.
Aquí fue sede de la fábrica textilera “La Purísima” en la que se llegaron a hacer uniformes para soldados de la Segunda Guerra Mundial y que salían de la zona a bordo del tren El Piojito. De hecho, se observan que algunas calles están denominadas con los nombres de los industriales propietarios de dicha factoría: Carlos González Nova y Antonino González Abascal, padre del primero.
Ambos son los fundadores del corporativo que tiempo después se convertiría en Comercial Mexicana, uno de los mayores supermercados del país.
Según relatan algunos pobladores, recuerdan que los González visitaban la textilera y llevaban consigo dulces, ropa y zapatos para regalar a los niños de la comunidad: “Y es que en Las Puentes, cuando éramos chamacos, pues por mera costumbre andábamos descalzos; no precisamente porque fuésemos pobres, sino que era por costumbre andar así en nuestras casas”, relata entre risas Daniel Andrade, un ex obrero de dicha fábrica: “Yo creo que por eso los González venían con muchas cosas para regalarnos cuando éramos niños, porque deben haber creído que en verdad no teníamos ni para zapatos”.
Carlos González Nova falleció el 20 de agosto de 2009 y en Las Puentes lo evocan. Hoy su textilera es un viejo edificio abandonado que está a la venta. No existen indicios de las maquinarias inglesas, alemanas, polacas o japonesas. Quedan los reminiscencias de una fábrica que cerró apenas hace 20 años, cuando la industria empezó a quebrar. Edificios vacíos y naves industriales desoladas.
En Las Puentes sólo queda el recuerdo de cuando alguna vez llegaron los polacos a capacitar a los obreros en las nuevas maquinarias. El problema fue el idioma, pero al paso del tiempo lograban entenderse y llegaron hasta convivir con los coatepecanos: “En ese entonces se burlaban de nosotros porque decían que tomábamos vodka como niñas, porque lo mezclábamos con jugo de naranja, piña o uva”.
Si bien en apariencia Las Puentes no es un paraíso arquitectónico, éste pueblo acogió a Vázquez Chagoya como uno de sus habitantes más distinguidos y él devolvió el favor: realizaba apadrinamientos a niños regalándoles juguetes en épocas decembrinas o haciendo gestiones de mejoría para la escuela primaria de la comunidad. A cambio, Vázquez Chagoya sólo recibía lo que disfrutaba todos los días: tranquilidad, días lluviosos que hacían correr el agua en pequeñas cascadas por las paredes de piedra de la casa del periodista, o sus caminatas matutinas por el viejo camino real conocido como “El Aguacatal”.
Precisamente uno de los proyectos que quedó pendiente para Don César fue la construcción de un paseo por la calle empedrada que logró rehabilitar, a través de la asociación civil “Guadalupe Victoria” (uno de los personajes que admiraba). La idea de Vázquez Chagoya era tener un lugar donde la gente pudiera caminar entre la naturaleza, pero a la vez admirar obras de arte como esculturas, algunas de las cuales serían dedicadas a los periodistas caídos en Veracruz. Otra área, tendría juegos para los niños.
De hecho la gran estatua de Guízar y Valencia (hecha por la reconocida escultora Edith Vázquez de Berlín) que destaca en el pueblo fue traída por Vázquez Chagoya en enero de 2010.
Para Don César, el quinto obispo de Veracruz fue uno de los más grandes personajes que estudió en los últimos años y llegó a admirar tanto que se dispuso a crear un santuario en su honor. La idea original era colocar la efigie del santo en la escalinata de la Catedral de Xalapa, remembrando la época en que Guízar recibía a los niños para su clase de catecismo, pero hubo grupos locales que rechazaron la idea y también la de que la avenida Enrique C. Rébsamen cambiara a San Rafael Guízar y Valencia. Pareciera que la polémica entre liberales y conservadores resucitara en pleno siglo XXI, pero al final de cuentas los promotores de la obra cedieron y respetaron esos espacios. La estatua original puede verse en la entrada de Xalapa, llegando desde Veracruz, dándole la bienvenida a los visitantes.
Llegada de Guizar a Las Puentes
La inquietud por realzar la figura histórica de San Rafael Guízar y Valencia, hizo que Vázquez Chagoya volviera a buscar a los promotores y a crear una nueva representación escultórica. Esta vez ubicó a Las Puentes, lugar donde vivía, como el sitio donde se colocaría la nueva estatua, pero además se fundaría un santuario para recordar que en este lugar Guízar y Valencia emprendería su cruzada de apoyo a las víctimas del terremoto del 3 de enero de 1920 con epicentro en el municipio de Quimixtlán, Puebla, pero que devastó las zonas y pueblos aledaños a Xalapa, pertenecientes a la jurisdicción episcopal de Guízar y Valencia. Algunos datos indican que pudo haber habido entre 600 y 2 mil muertos por el movimiento telúrico.
Según relatan las crónicas de la época, San Rafael Guízar y Valencia personalmente a pie y en burro, caminó por toda la región para auxiliar e intervenir por los más desprotegidos. Hizo también labores de convencimiento para que los hacendados millonarios donaran bienes y ayudaran a los afectados, poniendo como ejemplo la donación de su anillo de obispo hecho de oro.
El 21 de enero de 2010, con todo un operativo por parte del Gobierno de Veracruz a través de la Secretaría de Seguridad Pública, Protección Civil y el ayuntamiento de Coatepec, llegó al pueblo de Las Puentes la segunda estatua de Guízar y Valencia, misma que fue recibida por los pobladores en medio de algarabías, lágrimas de alegría y aplausos.
La colocación fue otra fiesta, pues sería la única vez que la imagen estaría sobre tierra, al alcance de los creyentes, antes de subir a la altísima base. Por eso muchos pobladores llegaron a ver al santo hecho de bronce, a besarlo, tocar su cabeza, sus manos antes de que la subieran al pedestal. La escultora Edith Vázquez de Berlín lloraba emocionada porque no creía que su obra fuese tan apreciada por la gente, que trajo a niños y hasta a una anciana de más de 100 años de edad que conoció a Guízar y Valencia en persona.
Pueblo y su lucha contra el agua
Otra de las empresas en las que también participó Vázquez Chagoya fue la lucha por el agua. Entre la propaganda que se difundía por medio de la asociación civil “Guadalupe Victoria”, el periodista destacaba que este lugar debía de cuidarse y no tirar basura para no afectar a los manantiales.
De hecho, la voracidad por los constructores de fraccionamientos en Coatepec llegó a alcanzar a Las Puentes. El 30 de septiembre de 2009, Vázquez Chagoya denunciaba en su columna que un español radicado en el Distrito Federal, llamado Miguel Ortega, quería vender 27 hectáreas de un predio para edificar viviendas. El problema era que la venta de esos terrenos afectaría los manantiales de agua que abastecen a los poblados de Las Puentes y Zimpizahua. La venta se echó para atrás por protestas de los habitantes y los señalamientos del periodista.
Recientemente, ante los conflictos por el agua, volvió a estallar otro problema similar porque una persona llamada Vicente Libreros Alarcón solicitó permiso en 2005 para lotificar. La lucha de los habitantes de Las Puentes y Zimpizahua volvió a resurgir y llegó incluso hasta la actual administración del alcalde Roberto Pérez Moreno, a quienes los manifestantes le pidieron su respaldo público, pero éste se los negó.
La lucha llegó a los tribunales, donde el fallo favoreció a los habitantes de Las Puentes y Zimpizahua, echándose para atrás la lotificación de los terrenos de Vicente Libreros.
No obstante, el ayuntamiento de Coatepec anunció recientemente el incremento en la tarifa del agua en un 6%, lo que ocasionó la protesta de los pobladores, porque nunca los ayudaron ni apoyaron con el problema de los terrenos que se quieren vender para viviendas. De hecho, en la última asamblea realizada en el pueblo a finales de diciembre del año pasado, llegó a una conclusión tajante: el pueblo de Las Puentes ya no va a pagar por el servicio del agua a la Comisión Municipal del Agua ni al ayuntamiento de Coatepec.
Misa
Y así en medio de luchas por sobrevivir a la quiebra de la industria textil, el bajo precio del café, a la defensa de los manantiales en la zona, el pueblo de Las Puentes rindió una misa este domingo por el eterno descanso de uno de sus benefactores: César Augusto Vázquez Chagoya.
En la iglesia de la comunidad, desde muy temprano, llegaron familiares, invitados especiales y población en general para recordar el fallecimiento del político, el policía, el periodista, el amigo que partió al gran viaje el 12 de enero de 2014, precisamente en su casa de Las Puentes, que está casi a los pies del santuario a Guízar y Valencia que no logró culminar, pero que tiene al santo bendiciendo todos los días desde las alturas.