
Recibe Rosa María constancia de mayoría
POZA RICA, Ver., 28 de septiembre de 2015.- Después de 56 años, quedó formalmente concluido el mural de Pablo O’Higgin’s denominado “Desde las primitivas labores agrícolas prehispánicas, hasta el moderno desarrollo petrolero”, mismo que adorna desde la parte alta del Palacio Municipal, la imagen de Poza Rica y es emblema tradicional del municipio.
La conclusión se logra luego de que la viuda de O’Higgin’s, Maria de la Fuente, hiciera llegar a las autoridades locales las seis últimas fachaletas que estructuran la dedicatoria del artista hacia el pueblo de Poza Rica y que fueron trasladas hasta Poza Rica por el historiador Poza Rica, José Luis Rodríguez Badillo.
La develación de las seis últimas fachaletas que conforman la dedicatoria de Pablo O´Higgin´s del mural hacia los pozarricenses estuvo a cargo del alcalde Sergio Lorenzo Quiroz Cruz, quien agradeció el gesto de la señora María de la Fuente y de la interlocución del historiador José Luis Rodríguez Badillo.
“La cuestión era precisamente que quedara esta referencia para que quienes nos visitan y la propia comunidad pozarricense, sepa y conozca la trascendencia de esta obra; es una coincidencia y una armonía de voluntades lo que permite y hace que concluyamos las cosas de esta forma”.
El historiador José Luis Rodríguez Badillo agradeció la confianza depositada en su persona por haber trasladado a Poza Rica las seis últimas fachaletas “históricas” y que llegan a la ciudad en un momento muy oportuno, luego de las labores de restauración que especialistas del INAH, en donde se invirtieron recursos por el orden de 1.2 millones de pesos.
Previo a la presentación, el cronista de la ciudad, Leonardo Zaleta Juárez, quien describió que Pablo O´Higgin´s decidió de acuerdo a las condiciones climáticas y acción depredadora de la refinería, la mejor técnica era aplicar la técnica de Muraleta; así logró la cerámica opaca, comenzando a trabajar este proceso novedoso en septiembre de 1958 en los talleres de la empresa Cerámica de Monterrey, donde en ocasiones el horneado se tuvo que intentar hasta 14 veces para que el color quedará en el mismo tonó.
La obra tuvo una accidentada inauguración en marzo de 1959, describió el cronista local.