Gabriel García-Márquez/Sentido común
Apropiación petrolera*
Cada vez más me pregunto, con Arnoldo Kraus, ¿será que corrupción e impunidad dejarán de ser algún día marca mexicana registrada? La situación está pa’ llorar, por más que intento encontrarle el lado amable y disfrutar de la vida, pero pronto veo que nuestro jodido México (para muchos) no tiene para donde jalar, salvo para algunos cuantos.
Ya se sabe, una decena de empresarios mexicanos, locos de contentos, se llevan la lana, 132 mil 900 millones de dólares, alrededor de 1.8 billones de pesos, según la revista Forbes. Pero no hay purrum, porque de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en Mechico un mayor número de habitantes, cuatro de cada diez, aseguran no tener dinero suficiente para comprar los alimentos mínimos necesarios. Vaya, y la canasta básica (sin limones) promete seguir elevándose al espacio sideral.
Ah, pero eso sí, nuestro presidente Enrique Peña Nieto, en el 76 aniversario de la expropiación petrolera, “aplaudió la determinación audaz de los mexicanos para transformar el sector energético nacional y por la cual, aseguró, el país tendrá ahora más petróleo, más gas y más electricidad. Dijo Peña Nieto: Que no haya duda, con la reforma energética el Estado mexicano es y seguirá siendo el único dueño de las reservas petroleras, de la renta petrolera y de Petróleos Mexicanos”. (La Jornada/19-03-14). ¿Ustedes le creen? Yo tampoco. Porque como dijo Xavier Forneret, la promesa y la verdad son como bolas que los hombres se tiran entre sí y que se quedan en el aire.
O si no, chequen lo que escribió el periodista Enrique Galván Ochoa: La privatización del petróleo, que hasta el año pasado fuera patrimonio exclusivo de la nación, es un filón de oro negro que generará nuevos magnates. La revista británica The Economist hace eco del libroPlutócratas, de Chrystia Freeland, para ilustrar los mecanismos de la plutocracia de nuestros tiempos –ese 1% de la población– para adueñarse de la mayor parte de la riqueza de la Tierra. En realidad, no es tan complicado. Es un proceso decuatificación, de aprovechar a loscuates para hacer negocios. ‘‘Muchos de los magnates de hoy día han sido acusados de hacer sus fortunas acaparando una rebanada más grande del pastel en lugar de ayudar a hacer el pastel más grande’’, dice la revista británica… Cabildean e instalanlobbys para que las reglas o las leyes los beneficien a expensas de los competidores y de los clientes. ¿Nos resulta algo conocido este fenómeno en México? ¿No fue cambiado el texto constitucional para beneficiar a los nuevos detentadores de la riqueza petrolera –los cuates de la clase política, y a la misma clase política? México tiene ya un camino recorrido en este terreno. Forma parte del Top 10 de la plutocracia mundial; ocupa el lugar número 7. The Economist explica que esto se debe principalmente a Carlos Slim, cuyas compañías Telcel y Telmex controlan 75 por ciento de las líneas fijas y móviles del país. Habría que agregar a otros monopolios y oligopolios: Televisa, la industria del pan, el cemento, la cerveza, los refrescos… y al pripanperredismo”. En la madre, pobre México jodido.
De cinismo y anexas
Georg Christoph Lichtenberg escribió: “No quisiera gobernar Alemania con el mismo absolutismo que gobierno mi escritorio; me la pasaría volcando tinteros y causando estropicios al tratar de poner orden”. ¿Les recuerda algo?
Por lo pronto ahí se ven.
*Debo el título al monero Hernández