Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
Y mientras va en aumento la deuda que debemos los mexicanos (cuentan por ahí que cada bebé nace con una deuda de 57 mil pesos); digo, la deuda pública del país que según la Secretaría de Hacienda hasta ahora son de alrededor de 6 billones 500 mil millones de pesos, pos qué caray, somos un país rico, concluyo esta serie de tres entregas sobre la intervención de Pedro José Peñaloza:
“¿A dónde se van los jóvenes que tienen rencor social? Se van a tres lugares: al comercio informal, a gringolandia o a la criminalidad. No se van a otro lado; no se van al Tibet, no se van a la reflexión trascendental. Se van a esos tres lugares. Entonces quiere decir que algo grave no estamos resolviendo. Los jóvenes han sido rechazados por el sistema y nos preguntamos por qué son tan violentos. ¿Qué querían? ¿Qué nos lanzaran flores? ¿Qué nos dieran besos en la calle cuando los patearon de la escuela, cuando la familia los expulsó, cuando la comunidad los rechazó por su forma de vestir, por su forma de hablar? ¿Qué querían? Todos los jóvenes están en un proceso de exclusión social creciente que nadie está dando respuesta. Tenemos que modificar la ecuación. Hoy la ecuación dominante es que el crimen se combate con más armas y con más cárceles. Esa es la ecuación que tenemos que destrozar. Y no hay una sola experiencia en el mundo, excepto regímenes fascistas, que nos hayan dicho que a más cárceles más seguridad. Entonces esa es la ecuación que hay que modificar. ¿Quiénes están en las cárceles hoy? Los jóvenes, los inocentes y los pobres.
“¿Ha bajado la delincuencia en México? No, y hemos aumentado las penas, lo cual es populismo punitivo que no nos ha llevado a ningún lado. ¿Quiénes están en las cárceles? Los jóvenes; los jóvenes están hoy en la cárceles perfeccionándose para salir y reencontrarse con esa exclusión social y ese rencor que los llevó ahí.
“¿Saben que tenemos que hacer? Hacer presupuestos multianuales. En lugar de que en cada año los diputados discutan el presupuesto, que lo hacen siempre a las prisas, que lo discutan multianualmente. En lugar de estar pensando cada año, hay que pensar en el largo plazo. Decía Bismark que la diferencia entre un político y un estadista, es que el político piensa en la próxima elección y el estadista en la próxima generación. Es tiempo de que pensemos como estadista, no a corto plazo. Los problemas de México no van a resolverse en seis años. Por eso el error estratégico, ideológico y cultural es que cada seis años se construye el país. ¿Díganme ustedes qué problema se resuelve en seis años?
“Otro, que el Plan Nacional de Desarrollo sea discutido durante todo un año en las universidades y que lo saquemos del ámbito político. En las universidades, no en foros políticos; se lo damos a los especialistas. Un año de discusión y que nos presenten el Plan no para seis años, sino para veinte años, y el presupuesto anual de la Cámara se convierta en presupuesto multianual. La formula es: pase lo que pase aumentemos el presupuesto en educación, en inclusión social, en oportunidades para los jóvenes, en oportunidades para las mujeres, en oportunidad para los niños. Y hay dinero, mucho dinero en México. El 10 por ciento de la población en México se lleva a su bolsillo nada más y nada menos que el 60 por ciento del producto interno bruto, y solamente voy a decir las iniciales de quien encabeza ese grupo que se lleva el 60 por ciento, sólo las iniciales, Carlos Slim, sólo dije las iniciales”.
Por lo pronto ahí se ven.