Abren taquilla en Xalapa para Las Leonas, de Francisco Oyanguren
XALAPA, Ver., 5 de septiembre de 2015.- “Como un árbol cuando riega su semilla, tengo ya semillas en mis hijas, mis nietos, mi gente”, comentó la artesana Leocadia Cruz Gómez “tía Cayita”, quien a sus 85 años es una mujer que se ha convertido en pilar cultural en su región, Cosoleacaque, y en todo el estado de Veracruz, con su incansable labor de promoción de las artes indígenas.
En el marco del Día Internacional de la Mujer Indígena, cabe reconocer la trayectoria de Tía Cayita, premio Nacional de Ciencias y Artes 2006, en la categoría Artes y Tradiciones Populares.
La artesana platicó con Quadratín Veracruz sobre sus inicios en el telar de mano: “Empecé cuando era niña. Mis padres trabajan en la artesanía; mi mamá ayudaba con mi papá a sembrar algodón y trabajarlo. Ellos me enseñaron ese trabajo. Yo lo aprendí y lo hacía. Después ya no hubo terreno, nos lo quitaron y ya no pudimos sembrar. Mi papá seguía trabajando, conseguía el hilo para el telar. Mi mamá le enseñaba a la gente y a sus tres hijas. Ella me daba una canasta donde yo juntaba el algodón. Cuando se enfermó y dejó de trabajar el telar, yo seguí. Nos dejaban trabajos por encargo y yo los hacía”.
Tía Cayita narró que cuando sus papás “se pusieron grandes”, ella se quedó a cargo del trabajo artesanal, compartiendo su conocimiento con quienes quisieran, hasta que un día la invitaron a impartir clases a las nuevas generaciones: “Llegaron unas gentes, un licenciado de nombre Ricardo, y me dijo ‘oye, ¿tú no quieres dar unos talleres de telar de cintura?’ Y me fui”.
“Mi esposo dijo: ‘Ella sabe, que le enseñe a la gente para que no se pierda la tradición”, comenta la artesana.
Narró que por 20 años anduvo en rancherías, por la sierra, dando talleres. Se iba por semanas o meses a enseñar su arte. Llegó incluso a Coyoacán, en la Ciudad de México, a impartir su taller.
Con 50 reconocimientos en su haber hasta la fecha, un conocido la animó a participar en el concurso del premio Nacional de Ciencias y Artes 2006, el cual ganó. El dinero del galardón, Tía Cayita decidió invertirlo en el fomento e impartición de su arte.
“Yo dije, este dinero no lo voy a agarrar, juguetearlo, desecharlo; yo compraré un terrenito para construir una escuelita chica para dar taller”, expresó.
A esa escuela, donde han asistido miles de personas interesadas en aprender el arte del telar a mano, así como pintado, cerámica e incluso música flocklórica, Tía Cayita decidió ponerle un nombre en nahuátl, para recordar sus raíces como indígenas de Cosoloacaque. “Se llama ‘Nigan tonogue’, en náhuatl, que significa Aquí Estamos”, explicó con un brillo en los ojos.