Ejercen periodistas en Estado de Silencio de norte a sur de México
MADRID, Esp., 29 de julio de 2015.- Como futbolista, Miguel “El Piojo” Herrera demostró un temperamento por encima del promedio y sus desplantes le ganaron la fama; como director técnico de la Selección Mexicana demostró que su carácter no había cambiado un ápice.
El País muestra los seis momentos que ejemplifican el temperamento explosivo del ex seleccionador nacional. Hace apenas unos días, en un video se difundió la agresión de “El Piojo” contra el comentarista deportivo Cristian Martinoli, después de ganar la Copa de Oro, que desencadenó su cese como director técnico del tricolor.
Herrera ya había dejado claro su disgusto con Martinoli, que había dicho frases como: «da 27 mil entrevistas y 14 mil comerciales, porque a eso se dedica. Él lo único que hace es prometer humo, porque nadie le pide ningún tipo de resultados». Al encontrarse en el aeropuerto de Filadelfia, esto fue lo que ocurrió.
Herrera ya había advertido al comentarista que sus críticas no le habían caído muy bien. En rueda de prensa que concedió después de que México fue eliminado de la Copa América disputada en Chile, dijo: “Hay sólo un pendejo que me ataca y en algún momento me cruzaré con él y discutiré con él».
En otro caso, como director técnico del América, explotó contra el ex líder del movimiento Yo Soy 132 y ahora presentador de Televisa, Antonio Attolini, quien lo cuestionó por haberle dado el brazalete de capitán al Maza Rodríguez, pues en su opinión había insultado a la afición. «Haz preguntas serias», espetó Herrera.
Cuando jugaba en el club Atlante, el histórico equipo fundado en el DF y que se identificaba por tener una hinchada que, en su mayoría, provenía de los barrios bajos de la capital, “El Piojo” calificó como ladrón a un árbitro y aseguró que les habían robado un partido contra Cruz Azul.
También como jugador del Atlante, “El Piojo” encaró y casi golpea a un aficionado, después de un partido contra el León. El Atlante tardó dos horas en salir del estadio debido a la tensión desatada por el partido disputado en 1994.
Como seleccionado nacional, agredió al jugador hondureño Eugenio Dolmo Flores durante las eliminatorias mundialistas para la Copa de EU 1994. La ironía es que el entrenador que dirigió a México durante la Copa de Brasil 2014 nunca participó en un Mundial como jugador. Muchos señalan este incidente como la razón por la que no se le convocó.