
Exponen su talento artístico en el Foro Boca 5 veracruzanos
XALAPA, Ver., 31 de enero de 2016.- Listos están los xalapeños para la comilona de tamales este 2 de febrero, aprovechando que hay dinero, pues hace poco se pagó la quincena y no escatimarán en comprar entre 3 o 5 kilos de masa y carne para hacer al menos unos cien tamales y compartirlos con la familia o vecinos como lo marca la tradición.
Esperanza Téllez Huerta señala que desde hace unos días compró las hojas de maíz y las piñas para hacer atole. “Haré de dos tipos, de pollo con salsa roja y de cerdo en salsa de chile seco. Para que el gasto no se me hiciera pesado fui comprando por poquito; por todo han de haber sido 400 o 450 pesos. Es un gasto que vale la pena porque lo vamos a disfrutar en familia”.
Por su parte, Luís Germán Hernández Hernández aseveró que hace unos días dio a su hija el dinero para la compra de los ingredientes. En su casa todos son de buen comer, por lo que se harán más de 150 tamales.
“Sí, claro que sí habrá tamales. No hubo rosca de Reyes, pero cada año pago yo los tamales y uno de mis hijos lleva los refrescos; otra hija, algún otro antojito, y así tratamos de pasar una tarde agradable. No importa hacer un sacrifico, se vale gastar en esta fecha, todo sea por conservar las tradiciones”.
En tanto, Aurora Aidé Palomino Fernández dijo que el trabajo le impide cocinar el platillo, aunque los mandará hacer al mercado Jáuregui porque el pasado 6 de enero fue de las afortunadas a las que les tocó el “muñequito”.
“Tengo que mocharme, me toca poner los tamales; bueno, nos cooperaremos entre todos a los que nos salió el muñequito. Somos cinco y compraremos quizá 150 o más, no sé bien. Más o menos vamos a poner como 200 pesos cada quién. La reunión será en la casa de mi abuelita, pero ya por la noche el próximo domingo, es como un momento familiar. Es tradición en casa la cena de Navidad, la Rosca de Reyes y ahora los tamales”.
El precio de los tamales en Xalapa regularmente es de 8 pesos, los de pollo y hoja de maíz; los rancheros son elaborados con hoja de plátano y cuestan entre 10 y 12 pesos.
Desde hace días al interior de los mercados se miran los letreros para apartar con 50 por ciento de anticipo los pedidos.
Al respecto, Rosalía Jiménez Ruíz (la más popular de las vendedoras de tamales en el lugar) comenta que definitivamente en esta ocasión sus pedidos están por debajo de otros años; están a 40 y 50 por ciento.
Refiere que el encarecimiento de los alimentos ha ocasionado que la gente gaste menos en alimentos preparados fuera de casa, incluso n los tamales para el día de la Candelaria.
“Ya son varios años en que no tengo buenos pedidos para el día 2. Pero en este año sí que nos ha pegado mucho. La gente ha venido a preguntar que a cómo los tamales, y sí tenemos algún precio especial de 50 o 100 en adelante, pero no da. Nosotros seguimos con los mismos precios, y no se puede dar más barato. No hemos ni bajado la calidad ni mucho menos reducido el tamaño de los tamales, entonces como no se hace la rebajita que pide el cliente pues muchos han optado mejor por comprar sus ingredientes y prepararlos en la casa”.
Javier Rincón expresó que en su casa todos están animados con la tamaliza del fin de semana. “Será como una fiesta porque a los que les tocaron los tamales se les ocurrió rentar una marimba, y pues ya otro dijo que ponía unos cartones de cerveza y la pachanga parece ser que se armó, Además de tamales va haber otras cosas, pero el motivo es la Candelaria”.
La tradición
En México, el maratón Guadalupe-Reyes cierra con la comilona de tamales el día de la Candelaria.
En esta fecha se acostumbra vestir al Niño Dios y llevarlo a la iglesia, pero también es una costumbre popular que ese día quienes el 6 de enero, durante la partida de la rosca de Reyes, les tocó el “muñeco”, ofrezcan a amigos y familiares tamales y atole.
Comer tamales tiene que ver más que nada con el culto al maíz, representado en este platillo. En muchos pueblos indígenas, los habitantes llevaban a la iglesia mazorcas para que sean bendecidas, a fin de sembrar sus granos en el ciclo agrícola, que iniciaba justo el 2 de febrero, fecha que coincide con el undécimo día del primer mes del antiguo calendario azteca, cuando se celebraba a algunos dioses tlaloques, según Fray Bernardino de Sahagún.