Acercan Ciencia y Tecnología a estudiantes de sectores marginados
QUIMIXTLÁN, Pue., 13 de abril de 2015.- La distancia es corta, apenas 63 kilómetros; el camino, de postal: es primavera, el verde follaje domina el paisaje y la vegetación cambiante hace leve el ya de por sí corto viaje; adelante, una curva anuncia la llegada a Quimixtlán, Puebla, el pequeño y religioso pueblo que es dueño del 60 por ciento del agua que abastece a la capital de Veracruz, y cuyo río, el Huitzilapa, se está secando.
Quimixtlán, estampa mexicana
Sobre una roca, un árbol que parece tener al menos unos 100 años es la manzana de la discordia de los gobiernos veracruzano y poblano; por décadas se lo han disputado.
Pasando este punto, los poblanos comienzan a saludar; los niños descalzos caminan en la terracería, las jovencitas, tímidas; las señoras, a prisa atizando el fogón. Pasa del medio día.
A la mitad del pueblo hay un vado casi seco pero con la suficiente agua para lavar ropa. Una mujer muy joven carga a su bebé en la espalda sujetado con un rebozo y dos más de cinco años a lo sumo, la acompañan.
Es uno de los municipios más marginados hacia la zona este del estado de Puebla, y se encuentra en la lista de municipios de la Cruzada Nacional Contra el Hambre.
El presidente municipal, Juan Flores Hernández, es de filiación panista, pero las decisiones en el pueblo, de acuerdo a la gente del lugar, las toma el sacerdote de la Iglesia católica, previamente consensuadas, desde luego, con los caciques del lugar.
Hay servicios básicos como luz y drenaje, incluso, telefonía, pero se vive al día; en la tiendita comunitaria, una rockola reproduce estruendosamente corridos de los Tigres del Norte.
Es uno de los municipios más pequeños de Puebla, sin servicios médicos ni espacios culturales o de recreo.
Al caer la tarde, los varones regresan de la milpa a sus viviendas, en su mayoría hechas de block y lámina, sin pintura. Hay también casas que “desentonan” con el escenario de pobreza.
La presa Los Colibríes
Aquí, en este pueblo-estampa del México Profundo, se ubica la presa Los Colibríes, financiada por la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS) de Xalapa, que contiene el agua del río Huitzilapan, la fuente de abastecimiento del vital líquido para el 60 por ciento de la población en Xalapa.
En 1985, ante el comienzo de la falta de agua en la capital de Veracruz provocada por la expansión territorial, se pensó en la construcción de la presa, pero fue hasta el 22 de marzo de 1990 que se concretó el proyecto.
La administración de Guillermo Zúñiga Martínez, papá del actual alcalde, firmó el acta de hermanamiento con el municipio de Quimixtlán, con lo que se garantizaba el suministro del vital líquido los xalapeños a cambio de algunos servicios que Xalapa llevaría a los “dueños” del agua. El proyecto tuvo éxito, y en los próximos años los capitalinos se olvidaron del estiaje.
El tiempo transcurrió, el acuerdo se respetó por varias administraciones; no obstante, la mancha urbana continúo creciendo y la falta de cultura para el cuidado del recurso empezó a generar cada vez problemas mayores.
A 25 años de distancia, la situación es crítica en Xalapa, el Huitzilapa está agonizando. Hoy la presa bombea mil litros de agua por segundo hasta la planta de tratamiento de la CMAS, pero opera a poco menos del 40 por ciento de sus niveles originales en la década de los 90.
La ruta del agua
Durante un recorrido que realizó Quadratín Veracruz a la presa, el operador de la CMAS, Rafael Castro Villegas, explicó que el proceso de traslado del agua desde su nacimiento hasta que llega a los hogares en la ciudad para su consumo.
“Al agua se le da un tratamiento inicial de sedimentación simple en siete tanques de 330 metros cúbicos de capacidad que presenta un desnivel desde 1.5 metros en la parte más alta hasta 2.8 en la más profunda, desde la presa el líquido se conduce por gravedad mediante 62 válvulas de expulsión de aire”.
El agua llega a la planta de tratamiento, que cuenta con una caja de distribución y mezcla rápida. “En esta estructura se realizan las funciones de aforo del gasto, es decir los litros que entran a tratar; aplicación y mezcla de reactivos y distribución proporcional del flujo a los dos módulos existentes. Se tiene también la recepción del agua de recirculación proveniente del retrolavado de filtros de arena”.
Posteriormente, el procedimiento es la sedimentación y la filtración, que consiste en permear por gravedad el agua sedimentada a través de un lecho filtrante compuesto de arena sílica-cuarzosa y grava sílica, reteniéndose los sólidos que por su baja densidad o geometría irregular no fueron separados en el agua clarificada.
Al agua se le aplica finalmente cloro gas para que reaccione formando ácido hipocloroso que destruye los organismos infecciosos como bacterias patógenas, virus, algas o protozoarios, finalmente se almacena temporalmente el agua potabilizada antes de enviarla a la red de distribución.
Los acuerdos
Por segundo año, en esta época de estiaje no existe el riesgo del cierre de las válvulas de la presa, como sí ocurrió en repetidas ocasiones en el gobierno de Elízabeth Morales García, actual candidata a una diputación federal por el Distrito de Xalapa Urbano.
Desde hace dos años que no ha habido ni un connato de amenaza o de violencia para cerrar las válvulas de la presa de Los Colibríes, comenta el Coordinador de Agua y Vinculación de la CMAS, Bolívar Arias Holguín.
“Sin embargo, en administraciones pasadas y durante muchos años hemos tenido siempre la amenaza latente de algunos inconformes que por intereses mezquinos tratan de manipular a la población de Quimixtlán y nos cierran las válvulas, lo que provoca un caos en Xalapa”.
El funcionario municipal destaca los acuerdos que se refrendaron en esta administración no sólo con el municipio de Quimixtlán, sino también con los de Chilchotla y Huitzilapa, ya en este lugar es donde nace el agua que se almacena en la presa de Los Colibríes.
La mayoría de los acuerdos tienen que ver con intercambios culturales, además de mantener en óptimas condiciones algunos tramos carreteros, como se estableció en el hermanamiento que firmaron hace un cuarto de siglo.
Cada mes, los tres alcaldes involucrados se reúnen para revisar pendientes o renovar acuerdos; por lo pronto, próximamente el gobierno de Xalapa financiará un viaje a niños de Quimixtlán para que conozcan museos de la ciudad.
Y aclara: el municipio de Xalapa no construye obras en Puebla porque legalmente está impedido al ser otro estado; “lo que siempre ha habido son acuerdos de mantenimiento de los caminos, el ayuntamiento aporta la mano de obra para algunos trabajos de este tipo”.
La reforestación es un nuevo acuerdo, y desde 2014 la capital veracruzana contribuye; para este año se duplicará la siembra de árboles tanto en Quimixtlán como en Chilchotla.
El desabasto de agua en Xalapa es un peligro constante al no contar con fuentes de suministro propias, y aún más, porque el Río Huitzilapa agoniza, sus niveles están muy por debajo por la deforestación, y llegará el momento en que se extinga por completo. “Eso nos preocupa pues hasta ahora ninguno de los proyectos que se han presentado para la posible solución emergente del problema ha sido viable, la única solución que considero oportuna es hacer un buen uso del líquido y cuidarla como el gran tesoro que es”.