Coatzacoalcos, de nuevo bajo el agua
XALAPA, Ver., 3 de enero de 2014.- Tras ocupar un cargo como tesorera en un municipio de la zona de Los Tuxtlas, Sara Luz Herrera Cano regresó a Alvarado, en donde por algún tiempo sirvió a quien fue su protectora, Delia Ortiz, que en algún momento fue alcaldesa en ese municipio.
Desde aquellos tiempos, pesaban sobre ella acusaciones de cierto enriquecimiento, lo que le valió darse una vida a la que nunca estuvo acostumbrada pues ella fue de cuna humilde.
Buscó la nominación por el PRI para la alcaldía de Alvarado y a pesar que un grupo de priistas no querían apoyarla, sí fue electa como candidata, debido a que el PAN le buscó para que fuera su candidata en caso que su partido no le ofreciera el cargo.
Cuentan los que saben y los que lo vivieron que fue de inmediato que la alcaldesa se hizo de cuantiosos recursos. Aseguran que gastó dinero en cirugías. También en viajes de placer y hasta se fue de compras para presumir guardarropa a la moda.
Del mismo modo, aseguran que durante su mandato, la alcaldesa adquirió ocho propiedades. Pagó tres viviendas en “Residencial Banús”, cada una con un valor de 1.5 millones de pesos. Sus residencias fueron puestas a nombre de su hermana Magali, de su cuñado de nombre Arturo Uscanga y de su tesorera, Raquel González.
A la vez, se presume que adquirió cuatro departamentos en las calles Francisco Madero y José María Morelos, con un valor de dos millones de pesos y también una casa en la calle Joaquín Martínez y que tuvo un costo de 1.8 millones de pesos.
Cuando parecía que la vida le sonreía, ocurrió el asesinato contra Michel Martínez Corro, su secretario particular al que protegió durante mucho tiempo, debido a que lo educó y lo sacó adelante. Una persona que vino a Xalapa pero que vive en Alvarado declaró –bajo la promesa de mantener el anonimato- que la gente estaba segura que la alcaldesa estaba enamorada de él.
Inclusive, la gente murmuraba en voz alta sobre la extraña relación, debido a que ambos eran muy diferentes en lo físico: “Yo creo que ella se enamoró de él y cuando pensaba que todo estaba bien, el chico le dijo que estaba enamorado de un hombre. Seguro que eso fue un golpe tremendo a su orgullo”.
Se cree que desde el momento en que iniciaron las pesquisas, tras el hallazgo del cuerpo de Michel, no fue difícil establecer que ella tuvo que ver en el crimen, pues hubo varios detenidos e inclusive, asesinos confesos. Uno de ellos, declaró que la autora intelectual del crimen en contra de Michel Martínez fue la alcaldesa.
La trama se complicó aún más tras la aparición de siete cadáveres en la playa “La Cava” allí, en Alvarado. De inmediato surgieron las versiones que un testigo clave en el caso estaba entre los siete ejecutados.
Sin embargo, a pesar que el procurador de Justicia, Amadeo Flores Espinosa solicitó su desafuero poco antes que concluyeran los trabajos de la 62ª legislatura, ni el titular de la Junta de Coordinación Política, Flavino Ríos Alvarado ni ningún otro legislador quisieron hacer frente al tema, pretextando falta de tiempo.
Los nuevos diputados, que comenzaron a trabajar el 4 de noviembre tampoco hicieron mucho, pues depositaron su confianza en Juan Manuel Velázquez Yunes, diputado por Perote cuya única experiencia fue ser presidente municipal en esa demarcación.
Tras recibir el expediente, Velázquez Yunes, en lugar de dictaminar con sus compañeros diputados que el tema debía ser llevado al pleno para que él y sus 50 compañeros decidieran si debían desaforar o no a la alcaldesa también entró a dirimir el asunto en los medios de comunicación. Desde allí, todos supieron que la alcaldesa no sería desaforada.
Mientras tanto, en su informe de labores y durante la entrega de la estafeta al nuevo alcalde Octavio Jaime Ruiz Barroso, Sara Herrera Cano fue un mar de lágrimas y aseguró que enfrentaría a la justicia.
La noche del jueves, en el hotel Miami de Alvarado –se ignora porqué estaba allí- fue detenida por elementos de la Agencia Veracruzana de Investigación y trasladada al puerto de Veracruz. Durmió en la comisaría de Playa Linda para presentarse ante un juez la mañana del viernes.
Junto a ella, sus sueños truncados. En su futuro ya no se ve una diputación, ni buscar de nuevo la alcaldía, ni aún si gozará de sus propiedades. Antes que nada, tendrá que resolver el problema que se le vino encima. Pagar o no pagar por este crimen y el precio, seguramente, será muy alto.