Paran labores en Normal Veracruzana por violación a su autonomía
XALAPA, Ver., 23 de junio de 2015.- Han pasado 14 años desde que se encontró el primer cuerpo de una mujer violada y asesinada en el Santuario de Las Garzas de la ciudad de Xalapa y, hasta el momento, la ahora llamada Fiscalía General del Estado (FGE) no ha podido encontrar a el o los presuntos asesinos, ni tampoco ha brindado la vigilancia especial, que en su momento prometió, a la zona en que convergen las colonias Lomas del Seminario, Lomas de San Roque, 9 de Abril y Pocitos, por citar algunas.
El primer caso ocurrió el primero de agosto de 2001, luego de que un grupo de habitantes de la colonia Pocitos, colindante con el Seminario Mayor, Lomas del Seminario y la Unidad Fovissste de Xalapa, descubrieran el cuerpo de la comerciante Reyna García Alarcón.
Su cadáver fue localizado entre la maleza con signos de haber sido atacada sexualmente y estrangulada con su ropa íntima.
De inmediato la zona fue acordonada por elementos de la ya desaparecida Policía Intermunicipal Xalapa-Banderilla-Tlalnelhuayocan (PIXBT) y de la entonces Policía Judicial, quienes asistidos por peritos criminalistas y personal de la Agencia Cuarta del Ministerio Público, llevaron a cabo las investigaciones de campo.
El cuerpo fue levantado y llevado al Servicio de Medicina Forense (Semefo), donde familiares de la víctima la identificarían más tarde, en tanto el Ministerio Público (MP) iniciaba la investigación ministerial 679/200.
Hasta ese momento, la entonces Policía Judicial del Estado carecía de pistas para dar con el paradero de el o los presuntos asesinos.
Grupos de agentes fueron comisionados para el esclarecimiento de este crimen pero no pudieron ubicar al responsable.
Más tarde, un segundo cuerpo femenino, con los mismos rasgos de violencia, sería localizado en avanzado estado de descomposición entre los matorrales.
En esta ocasión la Agencia Quinta del Ministerio Público abrió el expediente 974/2007.
Las investigaciones por parte de los elementos de la entonces Procuraduría General del Estado (PGJE), con apoyo de la PIXBT, permitió ubicar y detener a tres presuntos implicados en estos dos feminicidios, entre ellos Jesús Bárcenas Jiménez, Víctor Garmendia Méndez y Eder Roberto Lara Téllez, quienes fueron llevados a un hotel por la zona de Los Lagos, en calidad de arraigados.
Mientras la Policía Judicial continuaba con las investigaciones para esclarecer estos crímenes, Garmendia Méndez aprovechó un descuido de los agentes judiciales que lo custodiaban y escapó del hotel por la parte trasera. Los otros dos sospechosos, serían turnados ante un Juez, al vencer el arraigo ordenado por el MP.
Las diligencias continuaban cuando en mayo de 2004 salía a la luz pública el homicidio de otra mujer en el mismo lugar y de la misma forma.
Manuela Ascensión de la Cruz había salido de su domicilio a muy temprana hora, a comprar el desayuno para su esposo e hijo menor de edad, pero ese día ya no regresó a casa.
Preocupado, su marido decidió salir a buscarla por el Santuario de Las Garzas y, luego de varios minutos, localizó su cuerpo sin vida, con signos de haber sido atacada sexualmente y estrangulada, por lo que de inmediato avisó a las autoridades.
Para ese entonces ya comenzaba a preocupar el hecho, pues ya se pensaba en que un asesino serial operaba en la zona.
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la Policía Ministerial del Estado (PME) ordenaron rondines por la zona en busca de algún otro sospechoso, pero nuevamente no se pudo dar con el paradero del criminal; en tanto, los dos sujetos consignados ante un juez por el crimen de una de las primeras víctimas, serían puestos en libertad, luego de conocerse que no había elementos suficientes para procesarlos por el crimen. A Eder Roberto Lara Téllez, mejor conocido como “El Gori”, se le encontró un teléfono celular que pertenecía a una de las mujeres asesinadas.
Un nuevo caso de feminicidio se consumaba en la capital del estado el 12 de julio de 2007, cuando fue localizado el cadáver de la estudiante Karina Cabrera Ramírez, de 17 años; había sido ultrajada, estaba semidesnuda y presentaba signos de haber sido estrangulada con su prenda íntima.
Una vez más, el escenario fue la zona boscosa del Santuario de las Garzas.
Por estos hechos, el Ministerio Público abrió la causa penal número 547/2007 y nuevamente se detuvo a Víctor Garmendia Hernández, quien sería ingresado al penal regional de Pacho Viejo, señalado como presunto responsable del delito de feminicidio.
Cuando todo parecía indicar que los crímenes en la zona del Santurio de Las Garzas y sus alrededores terminarían con la captura de este sujeto, se daba a conocer la muerte por homicidio de una estudiante de la Escuela Secundaria Técnica 105, ubicada en la Unidad Fovissste, a la altura del Seminario Mayor. La víctima, la menor Laura Jennifer García Ávila, de 13 años de edad, quien luego de salir de clases, se dirigió a su domicilio pero, al caminar por una zona apartada, fue abordada por un desconocido y llevada hasta la maleza, donde fue atacada sexualmente y ahorcada.
Su cuerpo fue localizado el 22 octubre de 2009, cerca de las 13:30 horas, por sus familiares, preocupados porque la menor ya había salido del plantel educativo y no llegaba a su domicilio, ubicado en la colonia Cerro Colorado.
De nueva cuenta, la PGJE del estado comenzó con las investigaciones del feminicidio de otra menor, cuyas características coincidían considerablemente con los casos anteriores.
Los agentes, junto con personal de la PIXBT, realizaron una serie de operativos que les permitió ubicar y detener a los pocos días al estudiante universitario Jonathan Abraham Cortés López, alias “El Jona”, luego de que armado con un cuchillo de cocina, intentó violar a una estudiante de la preparatoria Antonio María de Rivera, en la colonia Cerro Colorado.
En ese entonces se aseguraba que “El Jona” había confesado haber violado y asesinado a la estudiante de la Escuela Secundaria Técnica 105, Laura Jennifer García Ávila, pero en menos de 48 horas fue dejado en libertad, bajo las reservas de ley.
En su momento, Estela Nieves Ramos Cacho, titular de la Agencia Primera Especializada en Delitos Sexuales y Protección a la Familia, dijo que dejó en libertad al estudiante del noveno semestre de arquitectura, Jonathan Abraham Cortés, por falta de elementos para consignarlo al penal de Pacho Viejo. En él ya pesaba la investigación ministerial número 707/2010.
Para el 12 de febrero de 2009, uno de los presuntos implicados en uno de los feminicidios cometidos en la zona del Santuario de Las Garzas, sería nuevamente detenido, pero en esta ocasión por haber incurrido en otros delitos.
Roberto Lara Téllez, «El Gori», permaneció preso sólo algunos meses en el penal de Pacho Viejo, acusado de lesiones y robo e involucrado y arraigado por el crimen de la joven Karina Cabrera.
«El Gori» volvía a ser capturado por elementos de la PIXBT, esta vez señalado de haber participado en una violación tumultuaria a una estudiante en la colonia Veracruz.
Eder Roberto Lara estaba con otros rijosos cuando interceptaron a una estudiante de 15 años que había salido de una escuela telesecundaria y caminaba por el andador Herreros y Aguas de Xalapa. Uno de los agresores le colocó un trapo, al parecer con solvente, que le hizo perder el conocimiento.
La agraviada dijo que al despertar estaba en un taller de hojalatería y se percató de que estaba sufriendo un abuso, por lo que fue obligada a ingerir licor e inhalar solventes para mantenerla controlada e incluso, según el reporte de la policía, tenía polvo blanco.
La joven dijo que intentó defenderse de Eder, a quien reconoció y lo rasguñó, al tiempo en que otra muchacha, a quien identificó sólo como «Tere», se le fue a los golpes; no obstante, la violación continuó a manos de otro sujeto.
El Gori fue nuevamente llevado a prisión, donde aún permanece sujeto a proceso penal.
El caso Gaby Benítez Ibarra
Habían transcurrido ya algunos años de tranquilidad en la zona del Santuario de Las Garzas, donde vigilancia de PIXBT fue redoblada para garantizar la seguridad de los vecinos. Se colocó un módulo de seguridad por parte de la SSP para evitar nuevos casos, cuando a través de las redes sociales se dio a conocer la desaparición de la estudiante de la Preparatoria Xalapa, Gabriela Arlene Benítez, de escasos 17 años.
La joven había desaparecido el 13 de junio de 2011, por lo que una vez más se ponía en entredicho la seguridad en la capital del estado.
Fue la madre de la menor, quien cursaba el último año del bachillerato, la señora Bárbara Ybarra, quien denunciaba la desaparición de su menor hija; utilizando las redes sociales, solicitó la intervención de la ciudadanía para ayudar a buscarla, sin éxito alguno.
Algunos compañeros de clase, familiares y amigos incluso participaron en marchas para exigir a las autoridades ministeriales dar con su paradero, pero los constantes operativos por parte de la SSP y la PME fueron nulos, pues nadie sabía nada de su paradero.
Tres meses después, un grupo de trabajadores de parques y jardines del ayuntamiento halló a una joven asesinada cuando realizaba labores de limpieza en la reserva ecológica Molinos de San Roque.
El cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición, fue levantado por personal de Servicios Periciales y llevado al Semefo con la incógnita de que podría tratarse de Gabriela Arlene Benítez Ybarra, ya que parte de la vestimenta que llevaba el día que desapareció, coincidía con la hallada en la escena del crimen.
Fue a través de pruebas periciales como se pudo comprobar la identidad de la víctima: Gabriela Arlene. Al parecer, también fue víctima de abuso sexual y posteriormente estrangulada por su agresor.
Cuatro años después, otro feminicidio en el Santuario de Las Garzas
Cuatro años después, otra menor de edad fue asesinada en el Santuario de Las Garzas. Su cuerpo fue localizado la tarde-noche del lunes, cerca de las 19:20 horas, en la misma zona donde fueron localizados los cuerpos de las otras mujeres.
Al lugar se presentaron elementos de la FGE y PME para iniciar, junto con personal de Servicios Periciales, las investigaciones de campo, que concluyeron ya entrada la madrugada del martes.
El cuerpo, de quien ahora sólo se sabe es menor de edad, fue llevado al Semefo para realizarle algunos exámenes que permita a las autoridades ubicar y capturar al presunto asesino.
La identidad de la víctima se mantiene en secrecía por seguridad de la familia, según los reportes de la Fiscalía.
Ahora solo falta esperar que en esta ocasión la dependencia realice su trabajo y logre detener a el o los responsables de este crimen y saber si éste tiene relación con los otros homicidios en la reserva ecológica.