Kuri y Carvallo, líderes indiscutibles del PVEM en Veracruz
XALAPA, Ver., 15 de noviembre de 2015.- Treinta y cinco minutos después del mediodía de este domingo, el gobernador Javier Duarte de Ochoa arribó al irreconocible Velódromo de Xalapa, recinto oficial para el acto donde daría cuenta a los veracruzanos de las acciones realizadas en su quinto año de trabajo, acompañado del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, quien representó al presidente Enrique Peña Nieto.
A su llegada, saludó de mano en mano a los políticos que lo abordaron para darle una palmada en la espalda; alrededor de una hora antes, la presidenta del DIF Estatal, Karime Macías Tubilla, llegó con sus tres hijos, hasta las nanas que los acompañan vestían de pipa y guante.
Al interior, además de la pasarela política con la presencia de sus homólogos de Chiapas, Puebla, Quinta Roo y Yucatán, se concentraba toda la estructura del gabinete estatal, desde secretarios de despacho, directores de área, uno que otro colado, personajes del jet set del estado e indígenas de todas las regiones de Veracruz, hasta líderes sindicales de las diferentes corrientes; todos juntos aplaudían con enjundia al mandatario estatal, por un año más de compromisos cumplidos.
A un costado del imponente e impecable escenario, más de medio millar de maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Sección 32 le hacían competencia en porras a los asistentes del otro extremo, gente de todas clases sociales, veracruzanas y veracruzanos que acudieron a escuchar el anuncio del titular del Ejecutivo; muchos no habían probado alimento, por eso el ánimo decayó constantemente, en lo que Javier Duarte seguía su camino.
El Gobernador, sonriente como pocas veces. Desde que acudió a la sede del Poder Legislativo, alrededor de las 10:00 de la mañana, mantuvo el mejor de sus ánimos, ni la gripa ni la prensa le arruinó su gran día.
Diez minutos antes de las 13:00 horas, todos de pie, se llevó a cabo los honores a la bandera, después Javier Duarte tomó la palabra y pronunció las acciones realizadas en cada uno de los rubros del poder que representa; sus hijos, Javier, Carolina y Emilio son los más animados; al menos durante la primera hora.
El impresionante cerco de seguridad fue burlado por un grupo de padres de familia que aprovecharon el acto para manifestarse y exigir la intervención del gobierno para ubicar el paradero de sus hijos desaparecidos. En ese momento, los más de mil 500 asistentes se quedaron perplejos; por más que los maestros, amigos del Gobernador, le echaban porras, el ambiente se encrespó.
El mandatario estatal hizo una pausa en su discurso y con serenidad dio una instrucción a su personal de seguridad, “dejen que quien se quiera manifestar lo haga en pleno ejercicio de sus derechos”, y continúo, aunque un poco nervioso por el incidente.
Sólo algunos pusieron atención a las palabras del mandatario, una vez más los periodistas buscaban “la señal” rumbo a la sucesión del gobierno; como ya lo habían anunciado previamente, los senadores Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla no asistieron.
Alrededor de las 15:00 horas los invitados comunes comenzaron a retirarse; Duarte seguía anunciado el trabajo de su equipo, el hambre ya tenía inquietos a muchos, quienes al final comieron al mero estilo gringo un “lunch”.
Sin duda este evento reactivó la economía del comercio informal en esta zona de la ciudad, pues quien corrió la voz convocó a más de dos decenas de vendedores de fritangas, comida rápida y artículos chinos. Los vendedores hicieron su agosto duplicando el precio de los productos, aplicando muy bien la ley de la oferta y la demanda.
Cuando el reloj marcaba las 15:15, el titular del Ejecutivo, un tanto incomodo por el malestar de la garganta y pese a que bebió agua en repetidas ocasiones, refrendó su compromiso por no bajar la guardia ahora que su gobierno se encumbra hacia la recta final; aseguró que Veracruz ya cambió y justo a 12 meses de que concluya su sexenio, viene lo mejor.
Cerca de las 16:00 horas, lo único que se observaba en el hoy Centro de Convenciones de Xalapa, eran montones de basura. El Gobernador, su familia, el invitado más “especial” de todos, Aurelio Nuño, y otros cuantos partieron (dicen), a comer a un exclusivo lugar, no sin antes despedirlo entre porras y aplausos.