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MÉXICO, DF, 20 de septiembre de 2015.- El presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya Cortés, no sólo terminó en malos términos con quien lo encarriló hacia la dirigencia de esta fuerza política, Gustavo Madero, pues también lo hizo con otro impulsor de su carrera política, Francisco Garrido Patrón, exgobernador de Querétaro.
De acuerdo con una publicación del semanario Proceso, el joven político vivió una década en la cúspide del poder, ya que fue funcionario juvenil municipal de la capital queretana y luego fue el poderoso secretario particular del gobernador.
Aunque el PAN perdió el gobierno estatal en 2009, de cuya derrota fue responsable como coordinador general de la campaña, el panista garantizó su futuro como diputado local plurinominal, coordinador de la bancada y presidente estatal de su partido.
Anaya estrechó su relación con la exesposa de Garrido Patrón, Marcela Torres Peimbert, senadora desde 2012 e integrante del órgano electoral que organizó la elección interna en la cual resultó electo.
Sin embargo, Ricardo Anaya está asociado a la deslealtad y a señalamientos por corrupción, pues tras su paso por el gobierno, Anaya acumuló un patrimonio de más de 10 millones de pesos.
En enero de 2011, Anaya tenía una casa de 521 metros cuadrados valuada, según él, en 4 millones 300 mil pesos. Pero Anaya no compró la residencia con su dinero, sino la recibió en “donación”, cómo supuestamente sucedió con la “casa blanca” de Peña Nieto, en marzo de 2005, según declaración patrimonial que rindió al iniciar el cargo de subsecretario de Turismo, en 2011, y que ocultó al año siguiente.
Desde que manejó los mil millones del PAC –para repartir materiales de construcción, insumos de mejoramiento urbano y hasta tinacos– ha estado bajo sospecha de haberse beneficiado ilegalmente de esos recursos.
El senador con licencia Francisco Domínguez Servién aludió a ese tema en 2013, cuando Anaya y el diputado federal Marcos Aguilar lo criticaron por el manejo de recursos como tesorero del Senado, en el contexto del choque entre Madero y Ernesto Cordero.
En otro caso, la exdiputada federal Raquel Jiménez Cerrillo declaró públicamente que éste se fue de Querétaro “huyendo de unos periodicazos” sobre el manejo supuestamente irregular de los mil millones del PAC.
La sospecha se robusteció cuando en 2011 fue detenido el defraudador Javier Bosque Urquiza, quien aseguró que Anaya, siendo secretario particular de Garrido, le “prestó 8 millones de pesos, en cheque y efectivo”, pero sólo le devolvió “como 800 mil”.
Anaya publicó un desplegado para decir que sólo le entregó 800 mil pesos para invertir y que esa cantidad le fue devuelta en diferentes fechas.
En enero de este año, ya como presidente interino, cuando usó los tiempos oficiales del PAN para promoverse con la bandera de la anticorrupción, un grupo de prominentes panistas de Querétaro emitió un comunicado para contradecirlo.
“Ricardo Anaya se autopromueve como paladín de la lucha anticorrupción, pero quienes lo conocemos sabemos que es sólo un discurso muy lejano de actos concretos de congruencia. Su proceder, por el contrario, es testimonio del uso de las instituciones para beneficiarse a sí mismo”.
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