Acercan Ciencia y Tecnología a estudiantes de sectores marginados
XALAPA, Ver., 24 de agosto de 2015.- La subrogación de úteros en México es actualmente una práctica legalizada en los estados de Tabasco y Nayarit, lo que representa una opción real para muchas parejas que con anterioridad quisieron adoptar un hijo pero que se toparon con trámites burocráticos que se lo impidieron, expresó el especialista en materia de derechos humanos, Luis González Placencia.
Sin embargo, refirió que al no existir un marco jurídico en otras entidades de la república mexicana, la subrogación de úteros se revela como otra faceta de trata de personas que, para diferenciarla de la trata con fines sexuales o laborales, podría denominarse trata con fines reproductivos y deja a las mujeres a merced de la voracidad del mercado de la subrogación uterina, por que se vuelve necesaria una legistación al respecto.
En Conexión Veracruz incluso habló de que en Cancún hay empresas que se encargan de dar estos servicios. La renta del útero es, dijo, una realidad cada vez más recurrida; sin embargo, aseguró que la cuestión trasciende por la cuestión legal, porque en el fondo y no obstante las buenas razones que estén detrás de la búsqueda de procrear descendencia genéticamente vinculada al menos a un miembro de la pareja, se trata de un fenómeno que hoy constituye un mercado de arrendamiento donde el servicio y la mercancía corre a costa de las mujeres.
Dijo que la subrogación de úteros responde también a una demanda que, a su vez, está determinada por una necesidad, y frente a la imposibilidad de conseguir el embarazo, ya sea por infertilidad, o bien porque ninguno de los miembros de pareja.
Manifestó que aunque es posible satisfacer esa necesidad por la vía de la adopción, muchas de las parejas que buscan un útero subrogado sólo consideran adoptar como una última opción. Por ello destacó que hoy por hoy, a las dificultades burocráticas de la adopción hay que añadir los prejuicios que operan frente a la posibilidad de criar al hijo o hija de otras personas.
“Muchas aceptan la paga para sobrevivir. El razonamiento puede ser tan simple como trágico: tú necesitas un útero y no lo tienes o no sirve que lo tengas, yo en cambio tengo un útero funcional y libre; yo necesito dinero y no lo tengo, tú en cambio lo tienes o lo puedes conseguir. La ventana de oportunidad se abre para que quien necesita un útero lo tenga mientras lo necesita y quien necesita dinero lo obtenga como resultado de extraer renta de su propio cuerpo”.