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COATEPEC, Ver., 27 de junio de 2015.- La huerta del Rancho Agroecológico El Equimite es un retorno a la buena agricultura, pues tiene una cosecha programada de producción anual para brindar semanalmente canastas de hortalizas orgánicas con manejo biodinámico a 42 familias que conforman su Red de Consumo Responsable.
El proyecto cuenta con un total 25 hectáreas, de las cuales se encargan un nutriólogo, dos ingenieros de campos, un director general y colaboradores de campo divididos en 18 empleados de base y 14 trabajadores que están por algunas épocas, sobre todo en las de mayor producción.
El agrónomo Ometoxtli Méndez Ramírez explicó que el proyecto nace como una necesidad ante el hecho de que “los productos que consumimos día a día son de pésima calidad”: “No hay nada mejor que saber el origen de lo que se come, fue así como hace nueve años inició una idea de poder trabajar un racho para un número de familias, iniciado con la producción de hortalizas”.
Refirió que el lugar se fue expandiendo para trabajar con el mayor número de hortalizas y la producción de huevo y de gallina; asimismo, dijo que actualmente el lugar abarca poco más de 80 porciento de cafetal.
De 2014 a 2015 se ha aumentado de 17 a 42 el número de canastas que se entregan a las familias. El costo de una canasta chica es de 150 pesos y consumen cuatro personas; la grande en 250 y alcanza para siete. Los rollos son manojos medianos y grandes según la canasta.
“La meta es llegar a diciembre con 80 canastas, porque ya contamos con más de 6 mil metros cuadrados de camas de doble excavación efectivas para producción en campo, por lo cual no hay el riesgo de dejar a una familia sin alimento”.
Las canastas se surten de acuerdo con la temporada. En una temporada baja se pude tener 18 tipos de hortalizas y en alta hasta 32 tipos de hojas, verduras y frutas. Las mejores temporadas son los corazones de cada estación, pero junio, julio y agosto es época baja, y de septiembre a febrero vuelve a haber una producción considerable.
En el manejo orgánico, aseguró, no se utilizan químicos. “Al ser un producto orgánico no hay una imposición de una semilla externa, por lo que se busca aquellas que se puedan establecer en la zona de bosque, en este caso de liquidámbar y encino, es por ello que son las hojas las que mejor resultado han dado, y esto las familias lo agradecen”.