Autoriza Congreso de Veracruz donar terreno en Coatzacoalcos a FGE
XALAPA, Ver., 15 de junio de 2015.- A partir de las ocho de la noche y hasta después de las 10, el comité organizador vendía las pulseras de la quema, el pase de entrada para una de las fiestas más esperadas por los universitarios de la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales (FCAS).
Con fecha para el viernes 12 de junio, y un costo de entre 25 y 30 pesos en taquilla, grupos de jóvenes empezaron a reunirse en la parada del mural de Los Sauces. Listos estaban los garrafones, los collares, los antifaces y, por supuesto, las altas expectativas. El punto de reunión sería el asadero campestre de Briones. Los camiones saldrían a partir de las nueve hasta las 11, el costo del pasaje sería de 10 pesos.
Las 11 de la noche. Las mezclas del DJ son agradables, movidas, intensas, ideales para empezar. La gente busca a sus amistades o se da una vuelta por el lugar. Luego de un rato, gracias a la rola de “El taxi”, oficialmente inicia la quema…
Hay bulla que celebra, que canta, un suave olor a mota que de a poco se va incrementando. Están los que ya pasados de copas se ríen escandalosamente, aquellos que bailan con desconocidos y a lo lejos, sobre las cabezas de todos, ves un chorro de bebida lanzado hacia arriba pero cayendo a los demás. Se desata una lluvia artificial de colores y sabores: la cachaza. Se mojan, la mayoría termina empapado. En el cielo estrellado hay un globo de cantoya que los próximos a graduarse elevaron. El ambiente es bueno. En segundos un ruido particular llama la atención, algo destella luces, parece un encendedor pero suena como una matraca, eléctrica. Un joven –que ni consigues ver– agita un taser. La luz azul con calambres hace a pocos alejarse.
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