Quirino Moreno Quiza/Repechaje
Las palabras del Presidente
No basta con ser aspirante a la gubernatura, hay que parecerlo.
Uno de los temas que más ocupa la atención de quienes suspiran por convertirse en los sucesores de Javier Duarte de Ochoa, es generar la percepción de que cuentan con los méritos y las voluntades que se necesitan para acceder a ese cargo.
Para acreditar que se han ganado con esfuerzo y persistencia el derecho a competir, los aspirantes suelen mostrar con cierta periodicidad, encuestas de opinión que los colocan a la cabeza de las preferencias ciudadanas.
El mensaje es que ellos aspiran porque se saben capaces de superar la prueba de las urnas.
Las encuestas pueden ser contratadas para que salgan “a modo” y con ello se genere la percepción de que hay un fuerte potencial de triunfo en determinado aspirante.
Pero eso no es lo único que requieren. Los que suspiran también entienden que necesitan de una voluntad superior, que se incline a su favor, o que al menos “palomee” la propuesta.
Para conquistar dicha voluntad también hay estrategias.
Lo primero es, una vez más, generar una percepción favorable. Esto es, que la clase política perciba que los astros se alinean para favorecer a ese aspirante.
Todas esas tácticas las está utilizando el senador Héctor Yunes Landa.
Ya dijo e insistió hasta el hartazgo, que él encabeza las encuestas que él mismo ha mandado hacer para tratar de anticipar la voluntad de los veracruzanos. Ahora se dedica a filtrar versiones parciales de charlas con el Presidente en las que se asegura que ya prácticamente fue destapado para ser el candidato del PRI a la gubernatura el próximo año.
Cuentan que en su reciente visita a Antón Lizardo, a las instalaciones de la Escuela Naval, al saludarse, surgió la siguiente conversación entre Peña Nieto y Yunes Landa:
– Ya vi que estás listo. Eso veo en tus espectaculares.
– No estoy listo, señor Presidente, así nací.
Quienes lo narran cuentan que después de la ingeniosa respuesta del senador, el Presidente soltó la carcajada.
Hay, sin embargo, una versión más completa. Comentan que después de las risas el Presidente le aclaró al senador:
– No pierdas de vista que aunque yo soy el Jefe de la Fuerza Naval, Javier es el capitán de este barco.
El senador habría respondido:
– Lo sé, señor, y me mantengo en sintonía con el Gobernador.
Cuentan que el Presidente se dirigió a Javier Duarte y le preguntó cómo veía a Héctor Yunes.
Su respuesta tampoco tuvo desperdicio:
– Muy bien, señor Presidente, aunque lo tengo que cuidar mucho para que no se enferme.
– ¿Y eso? ¿Por qué?
– Sí, señor Presidente, es que a cada rato se destapa.
La carcajada fue aún más fuerte que la provocada por el propio Héctor Yunes.
La más reciente versión filtrada a columnistas sobre supuestas muestras de simpatías del Presidente Enrique Peña Nieto con Héctor Yunes Landa, hablan de un viaje en helicóptero, del puerto de Veracruz a San Andrés Tuxtla.
Durante el viaje, el Presidente le habría preguntado a Javier Duarte:
– ¿Cómo va tu relación con Héctor Yunes?
– Bien, señor Presidente.
– Acércate a él. Desde hace dos años en las encuestas va en primer lugar. Es el único que puede derrotar a la oposición.
– Sí, señor Presidente.
Esta versión es, a todas luces, menos creíble. En primer lugar, porque significaría que el Presidente no está bien informado respecto a las tendencias en la entidad, ya que no es cierto que Héctor Yunes las haya encabezado los dos últimos años. En todo ese tiempo ha compartido la punta con el otro senador, José Yunes Zorrilla.
Tampoco luce creíble que el Presidente advierta que Héctor Yunes “es el único que puede derrotar a la oposición”, pues esa sola expresión descalifica toda la operación y la estructura electoral que ha construido Javier Duarte para ponerla al servicio de su eventual sucesor.
Lo cierto es que dejando que corra el rumor, el senador Héctor Yunes Landa abona en la generación de una percepción que le favorece.
Él está moviendo sus fichas. Muy pronto sabremos si sus jugadas fueron las correctas.