Ricardo Alemán/Itinerario político
* ¿Quién pompó?
Se equivoca Héctor Yunes.
Sí debe transparentar el gasto realizado para su faraónico informe.
Lo debe hacer porque la primera sospecha es que, contrario a lo que él afirma, sí pudo haber dinero público en su promoción.
La mayoría de los espectaculares utilizados para anunciar el evento (con una anticipación mayor a la que permite la Ley) suelen ser ocupados por el gobierno estatal para promover sus programas y acciones.
El socio mayoritario del World Trade Center es el gobierno estatal, al grado de que en ese mismo inmueble el Gobernador del Estado tiene oficinas que utiliza cuando debe despachar asuntos vinculados con la zona conurbada.
La segunda sospecha es que los recursos aplicados para la promoción de este evento, efectivamente, no sean públicos, pero sí mal habidos.
El Instituto Nacional Electoral (INE) ha insistido en poner una barrera para impedir la penetración de la delincuencia organizada en las actividades electorales, y ha pedido a los partidos que vigilen con mucho celo el origen de los recursos que sus aspirantes y candidatos aplican para su promoción.
El costo no fue “menor” como el senador Héctor Yunes afirma, a menos que sea de tales proporciones su fortuna, que la suma invertida le parezca insignificante.
Si dice no tener ataduras, ni compromisos, ni pactos vergonzantes, no debería tener objeción para hablar del origen de los recursos para promover su evento de arranque de campaña por la gubernatura de Veracruz, disfrazado de informe de labores.
Se equivoca Héctor Yunes cuando se “tira al suelo” arguyendo que los que le piden transparencia en los gastos lo hacen para golpearlo en los medios, “porque saben que voy a la cabeza de las encuestas”.
No es así.
Quienes piden transparencia son los que quieren creer en sus palabras, cuando dijo que –como todos los ciudadanos- él también está harto de la corrupción.
Si Héctor Yunes considera que “es la hora de reorganizar el gobierno, de hacerlo más eficiente y más fuerte. Más cercano, más confiable. De inyectarle un nuevo espíritu y una nueva ética al servicio público”, pudiera predicar con el ejemplo y, en un acto de coherencia, de responsabilidad ética y de espíritu de servicio, podría empezar por transparentar sus acuerdos con el Gobernador Javier Duarte, que provocaron, de entrada, que el senador suavizara su discurso.
¿Fue, acaso, el patrocinio de su evento, uno de esos acuerdos?
No debemos olvidar que ya en alguna ocasión el gobierno estatal ofreció un “paquete” similar a otro político, el ahora auto-denominado candidato independiente, el panista Gerardo Buganza. En 2010, para fortalecer su presencia en la entidad y competir en el proceso interno panista por la candidatura al gobierno de Veracruz, Buganza realizó un informe de gobierno muy parecido al que ahora rindió Yunes Landa. Con anuncios espectaculares, con spots de radio, y hasta con camiones para acarrear (“movilizar”, dicen los técnicos) a los invitados. Todo, por cuenta del Estado.
El evento organizado por Héctor Yunes Landa fue cuidado hasta el último detalle. El hecho de que se anunciara con varios días de anticipación que el Gobernador Javier Duarte asistiría, provocó que muchos de los invitados confirmaran su presencia. Entre los que integran la clase política suelen cuidarse las espaldas, y si el jefe del priismo en Veracruz es Javier Duarte, acudirán únicamente a los actos políticos que sean bien vistos por él.
Sin embargo, al término del evento, la impresión fue coincidente: Dejó dudas en cuanto a “calor”, convocatoria y el perfil de los asistentes.
Fue más un evento de Javier Duarte, que de Héctor Yunes Landa, dicen, una percepción que podría terminar pesándole al senador.